Con Marc Anthony las canciones nunca son iguales, los solos de guitarra, la improvisación con las percusiones, con él no sólo se trata de salsa, se trata de música, de crear en el instante, así logra que las emociones se multipliquen, primero por la larga espera para poder volver a verlo en vivo y luego, por la energía que transmite en el escenario.
Miles se reunieron la noche del viernes en el Palacio de los Deportes en el primero de los dos conciertos que ofrece como parte de su gira Pa’lla voy tour, escucharon, bailaron y grabaron durante la hora y 40 minutos que duró el concierto.
Por su impecable forma de vestir podría ser conocido como el James Bond de la salsa: traje negro, inmaculada camisa blanca, reloj de lujo en la mano derecha, cadenas al cuello, pulseras en la mano izquierda, un anillo en cada mano y destaca sobre todo, una actitud que conquistó a los miles ahí reunidos.
Todos rindieron culto al artista y él se dejó querer. Desde el principio se pudo sentir una comunión que con el paso del tiempo se convirtió en complicidad, en la primera parte del show se escucharon temas como “Valió la pena”, “Y hubo alguien” y “Hasta ayer”, que se prestaron para que los músicos pudieran hacer solos de guitarra, de percusiones e incluso Marc se aventuró a tocar la batería, la experiencia se tornó diferente, hasta que volvió a llegar la cadencia de la salsa.
Y entonces invitó a todos a mover el cuerpo. Él parece que baila con las manos, con ellas determinan el ritmo, luego gira sobre su propio eje moviendo las caderas, su espigada figura marca la cadencia que siguen sus miles de fans que graban el momento con sus celulares y lo acompañan también en las estrofas de todas las canciones, entre ellas su favorita “Flor pálida”
En el concierto hubo improvisación, música, fiesta y un homenaje a los baladistas de la década de los ochenta como Juan Gabriel, José José y José Luis Perales, de quienes interpretó los temas “Abrázame muy fuerte”, “Almohada” e “Y cómo es él”.
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Muchos de los asistentes se dieron el permiso de retirarse el cubrebocas, cantaron a todo pulmón y bailaron con los éxitos “Palabras del alma”, “Qué precio tiene el cielo”, “Pa’alla voy”, “Te conozco bien” y “Parecen viernes”
Llegó el momento de la despedida, dos banderas aterrizaron en el escenario, la de México y la Puerto Rico, con ellas al hombre se retiró apenas unos instantes, para luego concluir la velada con “Tu amor me hace bien” y “Vivir la vida”, que terminó por explotar las emociones de un público que fue fiel hasta el final.
