“Es mejor quemarse que apagarse lentamente”. La sombría frase de la canción My My, Hey Hey (out of the blue) del músico canadiense Neil Young sirvió para consumir el último escrito de una de las personalidades que impactaría brutalmente la industria de la música.
Kurt Cobain se quitaría la vida, y con esta pérdida una generación de jóvenes quedaría con una huella imposible de borrar.
El líder de Nirvana, agrupación encasillada en el género grunge, pero con tintes de punk rock, pop y rock alternativo, cumple el 5 de abril 30 años del fallecido.
En el invernadero de su residencia ubicado a una cuadra del Lago Washington, en el vecindario Leschi, en Seattle, decidió poner fin a su legado con un disparo autoinfligido en la cabeza con un rifle Remington, calibre 20 y con ese acto murió el artista, pero nació la leyenda.
Miles de seguidores habían encontrado en Kurt Cobain un modelo a seguir, representó a la Generación X, que creció con un drástico cambio de los valores morales, identificados como el grupo que no encontraba su lugar en la sociedad y ligados a la holgazanería y el desafecto.
Gran parte de esa generación se vinculó inmediatamente con Cobain, y sus seguidores comenzaron a replicarlo en cualquier aspecto, desde su forma de vestir, hasta su forma de pensar y actuar… Incluso si hablamos de su suicidio, aunque se disimulara como un acto poético.
“Más que romantizar, las letras de Cobain, aunque eran muy personales, también hicieron eco en toda esa generación que se sintió aislada, desmotivada, en eterna crisis económica, viviendo una vida que no parecía tener un futuro muy halagador”, comentó en entrevista para El Sol de México el experto periodista musical Ivan Nieblas.
“Así que la visión pesimista de Cobain simplemente se reflejó en los que compartían esa visión oscura y desoladora alrededor del mundo, que ciertamente, ha sido romantizada en muchos ámbitos, no sólo por el cantante de Nirvana”, agregó el también locutor y escritor.
Diversos estudios han demostrado que existe una probabilidad entre la muerte de algún personaje y sus seguidores, en los meses subsecuentes a abril, mes del deceso del músico, se mostró un leve repunte de suicidios en Estados Unidos, aunque evidentemente no todos estaban relacionados con Cobain, sí hubo algunos casos en los que se referenciaba al artista en las notas de muerte, según una publicación del medio estadounidense Univisión.
Las letras de Cobain hicieron eco en toda esa generación que se sintió aislada, desmotivada, en eterna crisis económica, viviendo una vida que no parecía tener un futuro muy halagador Ivan Nieblas, experto periodista musical
Mientras que el diario español El País publicó en 1997 una nota sobre el suicidio de dos menores de edad francesas en una “veneración amorosa” al líder de Nirvana.
“Recuerdo que la generación más joven, de veinteañeros, aquellos que andaban en la escena del Skate, de los festivales, el punk melódico (o “happy punk” como le decían), la llamada 'nación alternativa', parecían bastante afectados por la noticia. En México, algunos hablaban de irse a Seattle y matarse de una sobredosis de heroína. Desconozco cuántos habrán cumplido su plan”, comentó Iván Nieblas.
Es una realidad de que Kurt no tuvo las intenciones de dejar un legado relacionado a una ola de suicidios, aunque en su día a día el discurso de su muerte de propia mano era muy común, tanto en sus diarios, como en las últimas entrevistas que realizaba en los medios.
En los últimos años de vida luchó contra la depresión y la adicción a la heroína, principalmente por no poder sobrellevar la fama e imagen pública, además de las presiones profesionales, las extenuantes giras, y desde luego que nunca pudo superar el fracaso del matrimonio de sus padres, con un divorcio que derivó en deambular por diferentes hogares o vivir en la calle, en un auto o en la sala de espera de un hospital.
“No creo que esa hubiera sido su intención. Él realmente estaba abrumado y deprimido por todo lo que sucedía a su alrededor… Era un veinteañero, que no tuvo las armas emocionales para lidiar con un fenómeno de esas dimensiones, y por supuesto, las drogas no ayudaron mucho a que pudiera hacer una pausa, tomar aire y pensar con serenidad lo que querría hacer con su persona y su carrera”, agregó el experto musical.
Para Ivan Nieblas, los medios se centraron en Cobain y desplazaron al resto de los integrantes de Nirvana, todo por un estilo que la industria se encargó de explotar.
“Él sólo estaba siendo quien era” y los medios estaban “empeñados en convertirlo en un rockstar y 'poster boy'/vocero de una generación”.
“Las presiones a las que se sometieron, siendo tan joven, debieron ser brutales. Aunque rechazaba todo el aparato de la industria musical, también sabía que mucha gente dependía de él: sus compañeros de banda, disqueras, productores, su staff de conciertos, editorial, su esposa y su hija, etc”, agregó.
Él sólo estaba siendo quien era y los medios estaban empeñados en convertirlo en un rockstar y poster boy/vocero de una generación. Las presiones a las que se sometieron, siendo tan joven, debieron ser brutalesIván Nieblas, El Patas
Iván Nieblas, mejor conocido como El Patas, y quien se ha dedicado al periodismo musical desde los 90 como escritor, locutor, guionista y músico considera que Cobain “combatió la designación de líder o vocero de “la generación grunge”.
Nunca quiso ser un rockstar como los de la generación de los 80. Él aspiraba a ser más como los Pixies, REM o Sonic Youth, bandas que tenían una reputación impecable y el control total sobre su arte”.
Kurt Cobain logró transformar el rock, creando, tal vez sin intenciones, un subgénero un tanto poético como melancólico que hipnotizó y representó a una generación en búsqueda de la comprensión y empatía, una generación que fue revolucionada con la imagen de un músico antisistema que operaba dentro del sistema, que repelía a la moda pero su estilo antimoda se volvió una moda.
Su partida del mundo sigue y seguirá retumbando en el corazón de una creciente gama de admiradores a 30 años de su muerte.