“Entras al jardín y te transportas a otro espacio y a otro tiempo, estás como en la Toscana o en la campiña europea, no puedes creer que estas en la Ciudad de México y menos en Satélite”, explica Omar Baduy cuando describe el ambiente de Alessa Café, lugar donde se llevan a cabo los Sábados de ópera.
Todo comenzó cuando Baduy, como amante del bel canto, se preguntaba con sus amigos, dónde se podía escuchar ópera más allá del Palacio de Bellas Artes, sin muchas opciones decidió comenzar un proyecto en el que se pudiera escuchar arias operísticas y al mismo tiempo degustar buena comida.
“El concepto es muy bonito, tiene un escenario, está ambientado como un jardín toscano, tiene unos cortinajes rojos que bajan en la noche, una producción que parece que ves una película porque hay una trama que va ligando las intervenciones musicales y aunque no conozcas el idioma entiendes la emoción de cada aria”, explica la soprano Elizabeth Pacheco.
Con un vestuario acorde a cada tema, en el espectáculo se pueden escuchar piezas clásicas como La Habanera de Carmen, O mio babbino caro, La furtiva lágrima, entre otras, que son populares y conocidas por mucha gente, que hacen que el evento rompa con lo que comúnmente se puede esperar de un evento de ópera.
“Aunque la gente pudiera pensar que para conocer de ópera tienes que ser muy culto, no necesariamente, si tu vas y escuchas estas arias, estoy seguro que vas a decir, ya la conozco y el hecho de que se familiaricen con la música y que tenga buen ritmo y dinámico hace que sea divertido y se pase de voz en voz”, asegura Baduy, quien comenzó el evento en agosto y tiene esperanzas de extenderlo hasta noviembre.
En la puesta en escena “todo gira en torno al amor y al desamor y los inconvenientes que hay en el desamor, pero tiene variedad, no todo es serio, no es formato concierto, se busca precisamente interactuar con el público”, asegura el tenor Francisco Martínez.
Tanto Francisco como Elizabeth señalan que es un espectáculo único y que no coincide con nada de lo que hubieran experimentado antes como cantantes de ópera.
Finalmente Baduy comenta, “más que una cena-show, es vivir una experiencia de sentidos”, pues además del las actuaciones de Francisco y Elizabeth, la chef Dulma Caro se encarga de realizar un menú especial e irrepetible cada sábado.
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