Ante gran parte de los 78 magistrados, Edgar Elías Azaroficializó ayer lo que anunció desde noviembre pasado, cuando fuereelecto por segunda ocasión como presidente del Tribunal Superiorde Justicia de la Ciudad de México (TSJCdMx), que renunciaríaantes de concluir su mandato. Y así lo hizo en un Salón de Plenosque más parecía una capilla ardiente.
Sin embargo, al ahora expresidente del máximo tribunal deJusticia capitalino no mostraba el menor indicio de melancolía, detristeza, como de quien está obligado a renunciar a su trabajo.Por el contrario, tenía un rostro alegre, relajado, de alguien quese va satisfecho de su trabajo.
Y no era para menos, pues, desde anoche, el presidente EnriquePeña Nieto lo propuso como embajador de México en Países Bajos,cuyo cargo tendrá que ser ratificado por el Senado.
Aunque, quedó aclarado, la renuncia de Edgar Elías se haráefectiva “en fecha posterior a la designación del nuevo titulardel Poder Judicial capitalino”, lo cual será hasta el próximodía 30 del presente mes, pero el sustituto solo fungirá como talhasta el último día de noviembre del 2018.
Una vez aprobada la renuncia del magistrado y próximo embajadoren los Países Bajos, el Pleno de impartidores de justiciasometieron a aprobación las bases para el procedimiento dedesignación del nuevo presidente del órgano judicialcapitalino.
Las bases indican que a partir de ayer y hasta el próximo 23del presente mes, se deberán registrar aquellos magistrados queaspiren a ocupar la presidencia del TSJ para el periodo de abril de2017 a noviembre de 2018.
De igual forma, el próximo martes 28 de marzo compareceránante el Pleno de magistrados, en sesión privada, los aspirantesregistrados, para exponer sus propuestas de trabajo.
Los impartidores de justicia establecieron que la designacióndel nuevo presidente del Poder Judicial capitalino, será el jueves30 de marzo, en sesión pública.
Antes, durante la sesión privada del Pleno de magistrados,Elías Azar, aún titular del tribunal, agradeció a sus pares poracompañarlo no solo durante su gestión como presidente de casinueve años, sino por estar a su lado desde la primera ocasión quellegó al órgano judicial.
Les recordó que al ser electo en noviembre pasado para unagestión de tres años, prometió que se retiraría antes de queésta concluyera, y que su estancia solo se prolongaba porpropósitos que hoy son realidades, como la implementación de lajusticia oral y los acuerdos de un nuevo sistema de huellasdactilares de personas fallecidas, entre otros logros.
Expresó ante los 78 magistrados que actualmente existe un PoderJudicial capitalino –en realidad son 79, ya que él comopresidente hace el total que mandata el Reglamento Interno delTSJ--, “que es escuchado a nivel local, nacional e internacionaly que, como parte de un trabajo en conjunto, este órgano crecióde tal forma que sería imposible no resaltar en cualquier espaciode México”, destacó.
Finalmente, sin perder la postura, pero asumiendo un rostroserio, duro, recordó que aún queda por definir, en la SupremaCorte de Justicia de la Nación (SCJN), la controversia queinterpuso por acuerdo del Pleno de magistrados, por lo que expresósu confianza de que se logre que en la Constitución de la Ciudadde México se plasme la independencia del Poder Judicial local.
