La escasez de contingencias ambientales declaradas en la pasada temporada de ozono se debieron principalmente a condiciones meteorológicas atípicas y que los automovilistas, a pesar de que no hubo verificación, dieron mantenimiento preventivo a sus vehículos, reconoció Beatriz Cárdenas, directora de Gestión de Calidad del Aire.
En entrevista, la funcionaria de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) recordó que hace 20 años se tenían picos altos de contaminación a lo largo del año, incluso a niveles de 400 partes por millón, lo suficiente para declarar actualmente la Fase 2.
Explicó que el programa de Verificación Vehicular tiene como objetivo precisamente la reducción de las emisiones de las unidades motoras, a fin de que estén en determinado rango y eso determina el número del holograma.
De acuerdo con la experiencia, se detectó que el periodo entre febrero y junio es cuando se registran los picos más altos de ozono, incluso pueden estar por arriba de los 150 o 155 puntos, debido a la mayor radiación solar, las pocas nubes que se presentan y la estabilidad atmosférica con vientos débiles.
Dijo que los altos niveles de contaminación fueron contrarrestados con la aplicación de diferentes medidas, como el programa Hoy No Circula y la verificación vehicular. “Lo que se ha probado es que a lo largo de los años es que el número de picos se reduce a niveles considerados seguros”, subrayó la funcionaria.
Comentó que los contaminantes no dejaron de emitirse en esta temporada de ozono y existía el riesgo de que si no se efectuaban verificaciones los ciudadanos podían confiarse y no llevar a cabo el mantenimiento de sus vehículos, lo cual no sucedió. Los automovilistas capitalinos aprendieron sobre la verificación e hicieron mantenimientos preventivos.