Un nuevo llamado para acabar con la violencia de género en la Universidad Nacional Autónoma de México tendrá voz desde las académicas que la conforman y quienes acompañarán la lucha de las estudiantes por una casa de estudios que garantice espacios libres de acoso y de un protocolo de atención funcional.
Diana Fuentes, profesora de asignatura del Colegio de Filosofía, es una de las voces que encabeza esta lucha desde la Facultad de Filosofía y Letras -campus que se mantiene en paro desde el pasado 4 de noviembre-, en la que buscan reunir firmas de estudiantes, profesoras y trabajadoras para que la UNAM no se vaya de vacaciones sin antes resolver las demandas.
Esta carta explica que cada demanda apunta tanto a mejorar los instrumentos que posibiliten las denuncias y su segui- miento oportuno, como a la necesidad de transversalizar el conocimiento y la perspectiva de género en la máxima casa de estudios.
Fuentes explicó en entrevista con este diario que uno de los grandes fallos de los procedimientos es la puesta, a juicio del director o directora del plantel, de los agresores, así como su sanción.
La unidad de atención de género es la encargada de asesorar y dar seguimiento a los casos y canalizarlo a la UNAM. Siguiendo esa lógica, Fuentes explica que en el caso de Filosofía y Letras suponen que lo mejor es canalizarlo a la administración central para que no quede suelto a que cualquier profesor o funcionario intente llevar el proceso.
“Lo que ha sucedido cuando una denuncia llega a la UNAM y una vez que esa denuncia se considera que es viable o no, y se regresa a la facultad, es ahí donde se vuelve manipulable porque queda al buen juicio del director saber qué va a hacer una vez que la UNAM ha emitido un juicio o ha determinado que el caso amerita una sanción.
“Entonces es ahí donde está la mayor deficiencia porque les puede llegar a ellos el caso y decir bueno merece o no merece sanción menor, de todos modos no pueden infraccionarlos de una manera grave, pero ahí es donde está uno de los grandes fallos del procedimiento”, relata.
Desde el pasado 14 de noviembre, la profesora inició el ejercicio de recolección de firmas. La carta titulada “Las cosas tienen que cambiar” recabó 308 firmas. Recibieron un sello de recibido y la promesa de ponerse en contacto en cinco días hábiles. No sucedió.
Al cierre del tercer informe sobre la implementación del protocolo para la atención de casos de violencia de género en la UNAM, se reportaron 82 procedimientos de carácter disciplinario en contra de profesores. De estas, se han lanzado 14 amonestaciones, 25 suspensiones y 17 contratos terminados. El resto se divide en exhortos y restan siete pendientes de sanción.
Fuentes y la comunidad de Filosofía y Letras pasarán a la movilización y realizarán una marcha el próximo miércoles con ruta aún por definir.