/ lunes 23 de octubre de 2017

Así viajamos a diario miles chilangos, entre lo moderno y arcaico

En un día laborable, una persona en el Valle de México tarda en promedio 88 minutos –casi hora y media– en viajar de su casa a su trabajo o viceversa

Roberto Torres abre los ojos y la oscuridad matinal le da la bienvenida. La pantalla de su teléfono móvil marca las cinco de la mañana. Es hora de alistarse para ir a la universidad.

Sale de su casa y camina hacia la calle con la sensación de haber olvidado algo. Llega a su primer transporte y a embestidas consigue entrar en un viejo microbús, fatigado por el empeño en subirse a la unidad y de encontrar un lugar vacío. En un espacio diseñado para albergar a treinta personas, caben cincuenta. Nadie se queja.

Desciende del descuidado camión, pero la travesía aún no termina. Ahora tiene que abordar el Metro. Dentro de esa ciudad de concreto y túneles, los minutos de espera parecen horas eternas. El tren se aproxima a la estación y la calma entre los usuarios se esfuma para dar paso a una batalla campal con el fin de poder irrumpir en el vagón

Foto: Cuartoscuro

 

Una vez adentro, la tranquilidad parece ganar terreno de nuevo: hombres y mujeres buscan acomodarse para descansar aunque sea por un momento. Roberto está cerca de llegar a su destino.

La rutina de este joven puede ser la de cualquiera de los casi 21 millones de personas que viven en la Zona Metropolitana del Valle de México –conformada por la capital del país y el área conurbada del Estado de México– y que todos los días tienen que desplazarse a su lugar de trabajo o estudio y luego de regreso a su hogar.

Para ir de un lugar a otro disponen de la red de transporte más grande del país, aunque no toda opera con calidad, eficiencia y agilidad.

Si bien, se ha modernizado de manera paulatina –con la incorporación de alternativas como el Metrobús, el Mexibús y el Tren Suburbano– aún consta de un importante número de unidades chatarra, principalmente microbuses concesionados y más de 10 mil taxis que operan de manera irregular en las delegaciones limítrofes con los municipios del Estado de México.

Esto genera un sinnúmero de problemas como contaminación, tráfico, estrés y la pérdida de horas hombre que reducen la calidad de vida de la población.

El desplazamiento dista de ser rápido. En un día laborable, una persona en el Valle de México tarda en promedio 88 minutos –casi hora y media– en viajar de su casa a su trabajo o viceversa, convirtiéndose en la segunda urbe en América Latina donde sus habitantes dedican más tiempo por día en sus trayectos, según el Informe de Uso Global de Transporte Público de la aplicación Moovit. Incluso, 30% hace más de dos horas en llegar a su destino.

Se rompió la tendencia a la baja observado cinco años antes. Foto: Archivo

 

Además del tráfico usual de la ciudad, sus habitantes tienen que esperar en promedio 11 minutos en la parada o estación del transporte que generalmente utilizan para abordar alguna unidad.

La delincuencia hace menos llevadero el viaje. Según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondiente a septiembre de este año, 92% de los habitantes del norte, sur y poniente de la ciudad se sienten inseguros cuando viajan en transporte público, lo mismo que 87% de los que viven en la zona oriente.

En el área conurbada del Estado de México la percepción de inseguridad es mayor. En el municipio de Ecatepec, prácticamente todas las personas se sienten inseguros en el transporte público (97%), indica la encuesta levantada trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

ABANICO DE OPCIONES

Las opciones para desplazarse por la ciudad van desde viejos e inseguros microbuses o mototaxis irregulares hasta medios modernos como el Tren Suburbano –que reduce hasta en 70 % los tiempos de viaje en los traslados hacia los municipios mexiquenses de Tlalnepantla, Tultitlán o Cuautitlán– o la Ecobici, que además de ser amigable con el ambiente ayuda a la salud, aunque estos últimos se concentran en zonas muy específicas de la ciudad.

Foto: Twitter @Suburbanos

 

Para viajar de un punto a otro, lo común es utilizar más de un tipo de transporte. El estudio de la empresa Moovit revela que 82 de cada 100 personas en la Ciudad de México realizan al menos un transbordo durante un solo viaje.

Entre el abanico de opciones, la CdMx cuenta con sistemas de transporte masivo como el Metro, Tren Ligero y Metrobús, además del Tren Suburbano que va hacia la entidad mexiquense.

El Metro tiene un costo de cinco pesos, cuenta con 195 estaciones distribuidas en 12 líneas y realiza un recorrido de 226 mil 488 kilómetros. Está construido de forma subterránea (115 estaciones), superficial (54) y elevada (26). Llega a mover en un día entre cuatro y cinco millones de personas; en un mes más de la población nacional.

El Metrobús cuenta con seis líneas –y hay una séptima en construcción– por las que viajan a diario 1.1 millones de usuarios por un precio de seis pesos, independientemente del trayecto recorrido.

La nueva línea del Metrobús unirá las delegaciones Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, en 50 minutos. FOTO: JOSÉ LUIS RUBIO

 

Por lo que se refiere al Tren Ligero, es una sola ruta que presta servicio en el sur de la CdMx y es administrado por el organismo público descentralizado Servicio de Transportes Eléctricos (STE) de la capital. Realiza un recorrido de 13.04 kilómetros, cuenta con 20 trenes y también tiene un costo de cinco pesos.

Además de estos tres sistemas, el gobierno capitalino cuenta con una red de trolebuses (autobuses eléctricos) que mueven a diario 228 mil personas y una Red de Transporte Público (RTP) que cuenta con mil 325 camiones para desplazar a casi 300 mil personas.

Foto: David Deolarte

 

El sistema de Trolebús realiza un recorrido de 203.64 kilómetros con ocho rutas y cuenta con 290 vehículos. Tiene un precio de cuatro pesos.

Por lo que se refiere a la Red de Transporte Público (antes RTP hoy M1), realiza un recorrido de tres mil 61 kilómetros en cinco rutas básicas: servicio Atenea (exclusivo para mujeres), Circuito Bicentenario (servicio expreso con paradas exclusivas), servicio ordinario y EcoBús (que va de Balderas a Santa Fe y de Santa Fe a Las Águilas) y de bajas emisiones de CO2.

El Tren Suburbano es un transporte ferroviario masivo que mueve a miles de personas que antes tardaban más de dos horas y media en viajar hacia el norte de la metrópoli y que hoy lo hacen en un máximo de 25 minutos. El Suburbano no sólo agiliza el desplazamiento de personas sino que además contribuye a reducir en 14% las emisiones contaminantes en la Zona Metropolitana del Valle de México, así como a disminuir el tráfico y los congestionamientos vehiculares del área conurbada.

Lamentablemente solo cuenta con una ruta de 25 kilómetros que parte de la estación Buenavista, en la delegación Cuauhtémoc, y llega al municipio mexiquense de Cuautitlán. El costo del viaje corto es de 7.50 pesos mientras que el viaje largo vale 17.50.

El Estado de México cuenta también con su red de transporte Mexibús, muy similar al Metrobús de la CdMx, a través de la que viajan 265 mil personas diariamente en sus tres líneas.

En lo que respecta al transporte concesionado, en la capital del país se conforma de un parque vehicular de 132 mil unidades entre microbuses, vagonetas, autobuses y taxis.

El pasado 20 de marzo de este 2017, el gobierno de la CdMx aumentó el precio del pasaje del transporte público. En microbuses y vagonetas el costo es de cinco pesos para una distancia de hasta cinco kilómetros, de 5.50 pesos para una distancia de cinco a 12 kilómetros y de 6.50 pesos para una distancia de más de 12 kilómetros. En autobuses es de seis pesos para una distancia de hasta cinco kilómetros y de siete pesos para más de cinco kilómetros. En corredores concesionados es de 6.50 pesos para el servicio ordinario y de siete pesos para el servicio ejecutivo. La tarifa mínima para los taxis de la capital es de 8.74 pesos el banderazo y 1.07 pesos por cada 250 metros o 45 segundos de traslado.

En lo que respecta al Estado de México, a partir del 8 de septiembre la tarifa de microbuses y vagonetas subió a 10 pesos para los primeros cinco kilómetros. En el caso de los taxis, aunque el banderazo es de 25 pesos, el precio final generalmente se acuerda entre el usuario y el chofer.

 

Roberto Torres abre los ojos y la oscuridad matinal le da la bienvenida. La pantalla de su teléfono móvil marca las cinco de la mañana. Es hora de alistarse para ir a la universidad.

Sale de su casa y camina hacia la calle con la sensación de haber olvidado algo. Llega a su primer transporte y a embestidas consigue entrar en un viejo microbús, fatigado por el empeño en subirse a la unidad y de encontrar un lugar vacío. En un espacio diseñado para albergar a treinta personas, caben cincuenta. Nadie se queja.

Desciende del descuidado camión, pero la travesía aún no termina. Ahora tiene que abordar el Metro. Dentro de esa ciudad de concreto y túneles, los minutos de espera parecen horas eternas. El tren se aproxima a la estación y la calma entre los usuarios se esfuma para dar paso a una batalla campal con el fin de poder irrumpir en el vagón

Foto: Cuartoscuro

 

Una vez adentro, la tranquilidad parece ganar terreno de nuevo: hombres y mujeres buscan acomodarse para descansar aunque sea por un momento. Roberto está cerca de llegar a su destino.

La rutina de este joven puede ser la de cualquiera de los casi 21 millones de personas que viven en la Zona Metropolitana del Valle de México –conformada por la capital del país y el área conurbada del Estado de México– y que todos los días tienen que desplazarse a su lugar de trabajo o estudio y luego de regreso a su hogar.

Para ir de un lugar a otro disponen de la red de transporte más grande del país, aunque no toda opera con calidad, eficiencia y agilidad.

Si bien, se ha modernizado de manera paulatina –con la incorporación de alternativas como el Metrobús, el Mexibús y el Tren Suburbano– aún consta de un importante número de unidades chatarra, principalmente microbuses concesionados y más de 10 mil taxis que operan de manera irregular en las delegaciones limítrofes con los municipios del Estado de México.

Esto genera un sinnúmero de problemas como contaminación, tráfico, estrés y la pérdida de horas hombre que reducen la calidad de vida de la población.

El desplazamiento dista de ser rápido. En un día laborable, una persona en el Valle de México tarda en promedio 88 minutos –casi hora y media– en viajar de su casa a su trabajo o viceversa, convirtiéndose en la segunda urbe en América Latina donde sus habitantes dedican más tiempo por día en sus trayectos, según el Informe de Uso Global de Transporte Público de la aplicación Moovit. Incluso, 30% hace más de dos horas en llegar a su destino.

Se rompió la tendencia a la baja observado cinco años antes. Foto: Archivo

 

Además del tráfico usual de la ciudad, sus habitantes tienen que esperar en promedio 11 minutos en la parada o estación del transporte que generalmente utilizan para abordar alguna unidad.

La delincuencia hace menos llevadero el viaje. Según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondiente a septiembre de este año, 92% de los habitantes del norte, sur y poniente de la ciudad se sienten inseguros cuando viajan en transporte público, lo mismo que 87% de los que viven en la zona oriente.

En el área conurbada del Estado de México la percepción de inseguridad es mayor. En el municipio de Ecatepec, prácticamente todas las personas se sienten inseguros en el transporte público (97%), indica la encuesta levantada trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

ABANICO DE OPCIONES

Las opciones para desplazarse por la ciudad van desde viejos e inseguros microbuses o mototaxis irregulares hasta medios modernos como el Tren Suburbano –que reduce hasta en 70 % los tiempos de viaje en los traslados hacia los municipios mexiquenses de Tlalnepantla, Tultitlán o Cuautitlán– o la Ecobici, que además de ser amigable con el ambiente ayuda a la salud, aunque estos últimos se concentran en zonas muy específicas de la ciudad.

Foto: Twitter @Suburbanos

 

Para viajar de un punto a otro, lo común es utilizar más de un tipo de transporte. El estudio de la empresa Moovit revela que 82 de cada 100 personas en la Ciudad de México realizan al menos un transbordo durante un solo viaje.

Entre el abanico de opciones, la CdMx cuenta con sistemas de transporte masivo como el Metro, Tren Ligero y Metrobús, además del Tren Suburbano que va hacia la entidad mexiquense.

El Metro tiene un costo de cinco pesos, cuenta con 195 estaciones distribuidas en 12 líneas y realiza un recorrido de 226 mil 488 kilómetros. Está construido de forma subterránea (115 estaciones), superficial (54) y elevada (26). Llega a mover en un día entre cuatro y cinco millones de personas; en un mes más de la población nacional.

El Metrobús cuenta con seis líneas –y hay una séptima en construcción– por las que viajan a diario 1.1 millones de usuarios por un precio de seis pesos, independientemente del trayecto recorrido.

La nueva línea del Metrobús unirá las delegaciones Gustavo A. Madero y Azcapotzalco, en 50 minutos. FOTO: JOSÉ LUIS RUBIO

 

Por lo que se refiere al Tren Ligero, es una sola ruta que presta servicio en el sur de la CdMx y es administrado por el organismo público descentralizado Servicio de Transportes Eléctricos (STE) de la capital. Realiza un recorrido de 13.04 kilómetros, cuenta con 20 trenes y también tiene un costo de cinco pesos.

Además de estos tres sistemas, el gobierno capitalino cuenta con una red de trolebuses (autobuses eléctricos) que mueven a diario 228 mil personas y una Red de Transporte Público (RTP) que cuenta con mil 325 camiones para desplazar a casi 300 mil personas.

Foto: David Deolarte

 

El sistema de Trolebús realiza un recorrido de 203.64 kilómetros con ocho rutas y cuenta con 290 vehículos. Tiene un precio de cuatro pesos.

Por lo que se refiere a la Red de Transporte Público (antes RTP hoy M1), realiza un recorrido de tres mil 61 kilómetros en cinco rutas básicas: servicio Atenea (exclusivo para mujeres), Circuito Bicentenario (servicio expreso con paradas exclusivas), servicio ordinario y EcoBús (que va de Balderas a Santa Fe y de Santa Fe a Las Águilas) y de bajas emisiones de CO2.

El Tren Suburbano es un transporte ferroviario masivo que mueve a miles de personas que antes tardaban más de dos horas y media en viajar hacia el norte de la metrópoli y que hoy lo hacen en un máximo de 25 minutos. El Suburbano no sólo agiliza el desplazamiento de personas sino que además contribuye a reducir en 14% las emisiones contaminantes en la Zona Metropolitana del Valle de México, así como a disminuir el tráfico y los congestionamientos vehiculares del área conurbada.

Lamentablemente solo cuenta con una ruta de 25 kilómetros que parte de la estación Buenavista, en la delegación Cuauhtémoc, y llega al municipio mexiquense de Cuautitlán. El costo del viaje corto es de 7.50 pesos mientras que el viaje largo vale 17.50.

El Estado de México cuenta también con su red de transporte Mexibús, muy similar al Metrobús de la CdMx, a través de la que viajan 265 mil personas diariamente en sus tres líneas.

En lo que respecta al transporte concesionado, en la capital del país se conforma de un parque vehicular de 132 mil unidades entre microbuses, vagonetas, autobuses y taxis.

El pasado 20 de marzo de este 2017, el gobierno de la CdMx aumentó el precio del pasaje del transporte público. En microbuses y vagonetas el costo es de cinco pesos para una distancia de hasta cinco kilómetros, de 5.50 pesos para una distancia de cinco a 12 kilómetros y de 6.50 pesos para una distancia de más de 12 kilómetros. En autobuses es de seis pesos para una distancia de hasta cinco kilómetros y de siete pesos para más de cinco kilómetros. En corredores concesionados es de 6.50 pesos para el servicio ordinario y de siete pesos para el servicio ejecutivo. La tarifa mínima para los taxis de la capital es de 8.74 pesos el banderazo y 1.07 pesos por cada 250 metros o 45 segundos de traslado.

En lo que respecta al Estado de México, a partir del 8 de septiembre la tarifa de microbuses y vagonetas subió a 10 pesos para los primeros cinco kilómetros. En el caso de los taxis, aunque el banderazo es de 25 pesos, el precio final generalmente se acuerda entre el usuario y el chofer.

 

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