Las bolsas con heces de perro son el principal problema de inundaciones en unidades habitacionales y residenciales de alcaldías de la Ciudad de México, como Iztacalco, Tlalpan y Coyoacán, porque tapan los conductos del drenaje.
Autoridades de servicios hídricos de Iztacalco y Tlalpan informaron a El Sol de México que en los últimos cinco años subió el hallazgo de bolsas con excremento de perro en rejillas y pozos de visita.
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El subdirector de Servicios Hidráulicos de la alcaldía Iztacalco, Gabriel Córdoba López, comentó que la gente ya adoptó la cultura de recoger las heces de sus mascotas en la calle, pero hay quienes tiran la bolsa con el excremento en coladeras.
“Esa bolsa con los gases (de las heces) se infla. Cuando nos metemos para limpiar sacamos infinidad de bolsas que se inflaron y taparon el drenaje. Es un problema muy fuerte en las coladeras pluviales”, comentó Córdoba López.
El subdirector de Operación Hidráulica de la alcaldía Tlalpan, Jorge Hernández, señaló que el problema sucede principalmente en unidades habitacionales y en zonas residenciales.
Ambos funcionarios coincidieron en que la atención a la problemática requiere más trabajo, tiempo y recursos cuando el excremento se endurece dentro de la bolsa, pues queda como una piedra.
“Tenemos que utilizar barretas y picos para romper esta masa y sacarla por pedazos. Nos complica, porque tapa completamente la tubería y hay que estarla rompiendo y sacando para liberar los pozos de visita”, dijo Jorge Hernández.
Señaló que esta situación ocurre en zonas en las cuales hace muchos años no tenían problemas de inundaciones.
La alcaldía Coyoacán informó que en las labores de desazolve es común encontrar decenas de bolsas con excremento de perro en las vías secundarias de la red de drenaje, las cuales bloquean la corriente de las aguas negras en los ductos.
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El Sistema de Aguas de la Ciudad de México informó que además de tapar el sistema de drenaje, las bolsas de plástico tardan hasta 150 años en degradarse.
El organismo recomendó a los propietarios de perros tirar las heces de éstos en las coladeras en medio de las calles, pues ahí se desintegrarán y serán arrastrados por el agua de las cañerías.