/ lunes 9 de marzo de 2020

Ciudad de México amanece en protesta sin mujeres

Tras el llamado general a un paro femenino masivo, las calles capitalinas lucen semivacías y con presencia esporádica de mujeres

Los colores morado y verde de las marchas del domingo se cambiaron por el transparente, este lunes pocas se ven en las calles y trabajos. Desde cocinas económicas hasta oficinas y taquillas del Metro. En una ciudad de 4.6 millones de mujeres, miles de ellas se sumaron al paro nacional #UnDíaSinNosotras, convocado para, con su ausencia, protestar en contra de la violencia de género y los roles laborales y familiares.

Foto: Daniel Galeana

La escena parece extraída de una película postapocalíptica. El transporte público luce vacío. Como pocas veces ocurre, no se notaron las horas pico, los vagones y la zona exclusiva para mujeres en el Metro estuvieron casi vacíos. Incluso las mujeres que atienden las taquillas se sumaron al paro convocado en el marco del Día Internacional de la Mujer. En los vagones persisten las miradas de desconcierto, es indudable que la ausencia hace espacio para la reflexión y, sobre todo, la conciencia.

Foto: Roberto Hernández

Hoy, al menos, se espera que las denuncias por acoso en el transporte público disminuyan, pero no por la funcionalidad de algún programa. Tal ves por hoy los depredadores que se escudan en la muchedumbre para hacer tocamientos se vean frustrados, pues hoy no habrá ninguna presa para saciar sus filias.

El ambiente en las calles es silencioso, el ambiente se torna tenso, las conversaciones de los peatones se ocupan del tema, también se platicaba de la marcha del 8M. Pese a la escena, hay hombres que muestran una clara indiferencia. La desaparición de las mujeres lo abarca todo, y no sólo enfrenta una realidad que viven miles de familias que han perdido su familia, sino que la masifica. En Reforma todavía permanecen los rastros de la marcha del domingo: "estamos hartas", se leía en El Caballito, a manera de grito silencioso.

Foto: Daniel Galeana

"Es duro imaginar que cada espacio vacío podría ser una mujer desaparecida, una más asesinada, una mujer que un día ya no regresó a su casa, no llegó a la escuela o al trabajo porque un hombre se sintió con el derecho de arrebatarle la vida. Es duro pensar que esto puede llegar a pasarle a alguna de las mujeres con las que convivimos todos los días, solo por ser mujeres", reflexionó Geovanni Chávez en su muro de Facebook.

Tal parece que las pintas del día de ayer en diversos monumentos y negocios durante la marcha, ahora se entremezcla con el silencio y el esfuerzo de los empleados de gobierno por borrar un descontento que se avizora difícil de resarcir.

Foto: Israel Zamarrón

El centro comercial Reforma 222, uno de los más concurridos debido a su ubicación en la avenida más turística del país y con alta densidad de oficinas, se ve casi vacío, incluso hubo algunas tiendas que no abrieron, sin embargo en otras como restaurantes y tiendas de ropa sí hubo dependientas.

Las Universidades y escuelas como la UNAM lucen aulas con bancas vacías, sólo los maestros y algunos pocos alumnos abarcan el espacio limitado de ciertos foros y asientos del Pumabus. Las oficinas se saturan de un grito sepulcral que se hunde en las voces que no se pronuncian, pero que denuncian todos los casos de acoso, que tal vez han sido ignorados, pero que hoy se vuelven un coro bien armado.

Fotos: Cortesía UNAM

Las oficinas de gobierno no se salvan, las ventanillas se encuentran vacías y las grandes filas se aglomeran para esperar realizar trámites. En cambio, hay lugares donde las mujeres son imprescindibles, en varios de hospitales de la ciudad pueden observarse las enfermeras, las doctoras, las trabajadoras sociales, casi como siempre, pero con pequeños detalles como prendedores con moños, suéteres morados, o algún distintivo que haga señas de que tal vez tuvieron que acudir a su trabajo, pero que el feminismo no se pierde.

Foto: Mauricio Huizar

La Ciudad de México se quedó sin mujeres, hoy por voluntad de ellas, en muchos otros días contra su voluntad. Este lunes la capital vivió una protesta no antes vista: un grito silencioso de ya basta, de exigencia para que se castigue y erradique la violencia de género y el machismo. Hoy no hay "Doña Marta", "Lupita", "Mari, la de las tandas", "Estercita, la secre que casi se jubila", la "señito de los tamales". Se dieron el día para recordarnos cuan importante es que las respetemos, que las recordemos, y que les demos su lugar.

Con información de Francisco Charqueño

Los colores morado y verde de las marchas del domingo se cambiaron por el transparente, este lunes pocas se ven en las calles y trabajos. Desde cocinas económicas hasta oficinas y taquillas del Metro. En una ciudad de 4.6 millones de mujeres, miles de ellas se sumaron al paro nacional #UnDíaSinNosotras, convocado para, con su ausencia, protestar en contra de la violencia de género y los roles laborales y familiares.

Foto: Daniel Galeana

La escena parece extraída de una película postapocalíptica. El transporte público luce vacío. Como pocas veces ocurre, no se notaron las horas pico, los vagones y la zona exclusiva para mujeres en el Metro estuvieron casi vacíos. Incluso las mujeres que atienden las taquillas se sumaron al paro convocado en el marco del Día Internacional de la Mujer. En los vagones persisten las miradas de desconcierto, es indudable que la ausencia hace espacio para la reflexión y, sobre todo, la conciencia.

Foto: Roberto Hernández

Hoy, al menos, se espera que las denuncias por acoso en el transporte público disminuyan, pero no por la funcionalidad de algún programa. Tal ves por hoy los depredadores que se escudan en la muchedumbre para hacer tocamientos se vean frustrados, pues hoy no habrá ninguna presa para saciar sus filias.

El ambiente en las calles es silencioso, el ambiente se torna tenso, las conversaciones de los peatones se ocupan del tema, también se platicaba de la marcha del 8M. Pese a la escena, hay hombres que muestran una clara indiferencia. La desaparición de las mujeres lo abarca todo, y no sólo enfrenta una realidad que viven miles de familias que han perdido su familia, sino que la masifica. En Reforma todavía permanecen los rastros de la marcha del domingo: "estamos hartas", se leía en El Caballito, a manera de grito silencioso.

Foto: Daniel Galeana

"Es duro imaginar que cada espacio vacío podría ser una mujer desaparecida, una más asesinada, una mujer que un día ya no regresó a su casa, no llegó a la escuela o al trabajo porque un hombre se sintió con el derecho de arrebatarle la vida. Es duro pensar que esto puede llegar a pasarle a alguna de las mujeres con las que convivimos todos los días, solo por ser mujeres", reflexionó Geovanni Chávez en su muro de Facebook.

Tal parece que las pintas del día de ayer en diversos monumentos y negocios durante la marcha, ahora se entremezcla con el silencio y el esfuerzo de los empleados de gobierno por borrar un descontento que se avizora difícil de resarcir.

Foto: Israel Zamarrón

El centro comercial Reforma 222, uno de los más concurridos debido a su ubicación en la avenida más turística del país y con alta densidad de oficinas, se ve casi vacío, incluso hubo algunas tiendas que no abrieron, sin embargo en otras como restaurantes y tiendas de ropa sí hubo dependientas.

Las Universidades y escuelas como la UNAM lucen aulas con bancas vacías, sólo los maestros y algunos pocos alumnos abarcan el espacio limitado de ciertos foros y asientos del Pumabus. Las oficinas se saturan de un grito sepulcral que se hunde en las voces que no se pronuncian, pero que denuncian todos los casos de acoso, que tal vez han sido ignorados, pero que hoy se vuelven un coro bien armado.

Fotos: Cortesía UNAM

Las oficinas de gobierno no se salvan, las ventanillas se encuentran vacías y las grandes filas se aglomeran para esperar realizar trámites. En cambio, hay lugares donde las mujeres son imprescindibles, en varios de hospitales de la ciudad pueden observarse las enfermeras, las doctoras, las trabajadoras sociales, casi como siempre, pero con pequeños detalles como prendedores con moños, suéteres morados, o algún distintivo que haga señas de que tal vez tuvieron que acudir a su trabajo, pero que el feminismo no se pierde.

Foto: Mauricio Huizar

La Ciudad de México se quedó sin mujeres, hoy por voluntad de ellas, en muchos otros días contra su voluntad. Este lunes la capital vivió una protesta no antes vista: un grito silencioso de ya basta, de exigencia para que se castigue y erradique la violencia de género y el machismo. Hoy no hay "Doña Marta", "Lupita", "Mari, la de las tandas", "Estercita, la secre que casi se jubila", la "señito de los tamales". Se dieron el día para recordarnos cuan importante es que las respetemos, que las recordemos, y que les demos su lugar.

Con información de Francisco Charqueño

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