La capital del país es una de las ciudades más antiguas de América Latina, pues entre sus calles abundan un sin fin de historias que nos remontan desde la época prehispánica, pasando por la colonia y hasta la actualidad.
Esta urbe ha sido testigo de un sin fin de sucesos históricos que fundamentan muchos cuentos y leyendas, y que a día de hoy son recordadas hasta nuestros días.
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Cerca del día de muertos nos aventuramos por las calles de esta ciudad y seremos testigos de sucesos extraños más famosos que alimentan la rica cultura y tradición de la CDMX.
El fantasma de la monja en la Cuauhtémoc
La historia nos remonta a la época colonial en el convento de la Concepción, actualmente ubicado en la calle Belisario Domínguez en la alcaldía Cuauhtémoc.
En aquella época, una hermosa dama de clase alta llamada María de Ávila, según la leyenda, se enamoró perdidamente de un joven mestizo. Sus hermanos, al enterarse de este romance se negaron rotundamente y amenazaron al joven para que dejara a su hermana en paz.
Los hermanos convencieron al mestizo ofreciendo una gran suma de dinero, con tal de dejar a María, y quien al verse necesitado, aceptó el soborno y dejó de buscar a la joven enamorada. Ella, al enterarse del acuerdo de su amado con su familia, cayó en una profunda depresión, por lo que fue recluida en el convento de Concepción.
Al poco tiempo de haber ingresado, la joven decide quitarse la vida ahorcándose de un árbol dentro del convento para olvidar aquel amor. A día de hoy, se dice que el alma en pena de María habita el lugar y cuentan los rumores que se puede ver a la joven rondando los pasillos del convento en busca de su amor.
El Callejón del aguacate
En la alcaldía de Coyoacán, se encuentra el famoso Callejón del Aguacate, una calle empedrada rodeada de inmuebles viejos y con un estilo colonial, es la combinación perfecta entre lo bello y lo aterrador.
La leyenda nos remonta a la época donde Lázaro Cárdenas era el mandatario del país, y nos cuenta la historia de un militar retirado que vivía por la zona y regularmente daba caminatas por las calles, de pronto este se percató de la presencia de un niño que anhelaba jugar con el militar ya que las medallas y el traje le llamaba la atención.
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El militar, cansado de la insistencia del niño, en un momento de desesperación lo golpeó violentamente terminando con la vida del pequeño, dejando como testigo el árbol de aguacate que aún yace en el callejón.
Testigos afirman que el soldado arrepentido colocó la imagen de una virgen bajo el árbol, con el objetivo de sanar sus pecados. Y desde entonces, bajo ese árbol y aún lado de la virgen hay quienes aseguran que a media noche se escuchan los quejidos de aquel niño que solo quería jugar.
La Planchada del Hospital Juárez
Esta leyenda forma parte de los pasillos del Centro Médico, ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero, en donde nos presenta la historia de 'La Planchada'.
Según la historia, una joven enfermera cuyo nombre se presume era "Eulalia" ejercía la carrera de enfermería en la Ciudad de México, y en el hospital se enamoró perdidamente de un médico, la cual solo jugó con sus sentimientos.
Eulalia fue engañada con otra mujer y cayó en la locura, lo que provocó que descuidara a los enfermos e inclusive los maltrataba, y se dice que muchos perdieron la vida. Sin embargo, muchos aseguran que la enfermera, arrepentida de lo que había hecho, su alma recorre los pasillos del hospital, cuidando a los pacientes y apoyando a los médicos.
Otros en cambio, aseguran que el alma de Eulalia ronda por los pasillos causando incomodidad a pacientes y médicos, y que se pueden escuchar sus lamentos todo por un horrible desamor.
La Quemada del centro histórico
La historia tiene su origen en el siglo XVI, y nos narra la historia de una bella joven de origen español llamada Beatriz, la cual vivía en la hoy calle Jesús María del Centro Histórico.
Al tener una belleza sin igual, muchos hombres llegaban a su hogar con el objetivo de pedir su mano en matrimonio, uno de esos caballero fue el italiano Martín, marqués de Piamonte como se le conoció, el cual retaba a todos los pretendientes a una pelea a muerte por la mano de la amada Beatriz.
Este hombre, cegado por la hermosura de la joven asesinó a cientos de personas con el objetivo de casarse con la doncella. Sin embargo, para Beatriz la actitud del marqués la angustiaba mucho, pues por su hermosura, una persona era capaz de matar a otros hombres, por lo que ella decidió ponerle fin.
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La joven decidió quemar su bello rostro con brasas ardientes para dejar de atraer al malvado marqués de Piamonte y que este la dejara de amar, sin embargo, para el joven eso no le importo, ya que él quiso casarse con ella de todos modos.
La leyenda dice que la joven continuó su vida con el rostro quemado y cubierto con un velo negro, a lo que la gente la comenzó a llamar 'La Quemada' entre murmullos. Y en la actualidad, en la Calle Jesús María muchos aseguran ver a la joven con su rostro cubierto, andando y lamentando en las afueras de su hogar, con su rostro quemado por la eternidad.
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