Limpian panteones de la CDMX a marchas forzadas

A diferencia del año pasado, empleados de los panteones Dolores, San Isidro y Civil de Iztapalapa esperan una buena afluencia de visitantes durante las celebraciones del Día de Muertos, luego de que estuvieron cerrados debido al Covid-19 y por lo tanto trabajan a marchas forzadas para dejarlos listos.

Los enterradores que trabajan en dichos cementerios contaron lo que vivieron en los días más altos de la pandemia y a los que calificaron de muy difíciles.

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Pedro Juan tiene una trayectoria de 37 años como sepulturero en el Panteón Civil de Iztapalapa y aseguró que solamente tras el terremoto de 1985 había visto una situación como la que se vivió en 2020, de enterrar a tantas personas en un solo día.

A su vez, Miguel Ángel Velázquez, enterrador en el cementerio de San Isidro, dio a conocer que llegó un momento en que no se dieron abasto para encargarse de los servicios que se presentaron, ya que hubo días en que tuvieron que atender 22 inhumaciones.

También con más de 30 años de desempeñar ese oficio en el Panteón Dolores, Alfredo Portillo dijo que nunca en la vida había algo así, "fue algo fuera de lo común, sobre todo en el pico más alto de la pandemia", cuando se llegaron a enterrar entre 40 y 80 muertos, según el día, por el Covid-19.

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Trabajo intenso

En el Panteón Civil San Nicolás, de Iztapalapa, Antonio Jiménez, director general de Gobierno de esa alcaldía, informó que entre 700 y 800 trabajadores de diferentes áreas de la demarcación se sumaron a los trabajos de limpieza en ese campo santo, cuya extensión es de 113 hectáreas de superficie, para quitar hierbas, hacer una limpieza general y retirar el cascajo que se acumulo tras un año y medio sin ser intervenido.

Durante un receso de su trabajo, Pedro Juan uno de los 100 trabajadores de base en el mismo, reclamó que los sepultureros también sean reconocidos como héroes, pues les tocó cargar los ataúdes durante los servicios, que llegaron a sumar 75 en algunos días de diciembre de 2020 y enero, febrero y parte de marzo de este año.

"La gente transmitía su dolor y fueron días muy tristes, porque muchas personas no pudieron acudir a despedir a sus familiares, generalmente eran mujeres las que acudían al entierro y a nosotros nos tocaba cargar el féretro", expresó.

Agregó que uno de los hechos que más lo impresionó de esos días fue ver como cuatro miembros de una familia, que murieron de Covid-19, fueron enterrados en una misma semana.

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