México.- Las leyendas urbanas emergen tras el sismo registrado el martes pasado y el señor Samuel de la Cruz, de 53 años de edad y oriundo de Monterrey es un personaje emblemático de la ciudad, que casi todo el mundo lo ha visto.
Los capitalinos lo conocen bien, lo han visto en avenidas, parques y afuera de plazas comerciales, él coloca en cartulinas fosforescentes mensajes que busca en la Biblia, algunos de ellos causan risa y otros no tanto, comenta.
“Algunos de los mensajes no gustan a la gente, a nadie le gusta la verdad”, explica, para la elaboración de los mensajes tarda al menos medio día, las letras, elaboradas con foamy, las coloca una por una con pequeños seguritos.
De la Cruz, comenzó la labor en la que cree desde 2011, cuando en un bar de su tierra entraron narcotraficantes y vio la muerte muy de cerca, por lo que decidió que su manera de ayudar era colocando pasajes de la biblia en un cartel y apostarse en puntos concurridos.
“Fui tocado por Dios, mi misión es entregar su mensaje a las personas”, comentó con la sonrisa sin dientes pero lleno de orgullo y se autodefine como “un pecador común y corriente”.
Samuel dormía en el Parque México, pero ahora ya no sabe dónde dormirá; además, refirió que ha viajado por todo el país llevando sus mensajes a la gente, ha vivido en las calles y en alberges, pero su pulcritud no da cuenta de que es una persona que vive en situación de calle.
Además, señaló que busca compartir un mensaje de fé, “que abramos los ojos, que abramos los oídos, la vida no nada más es comer, ir al baño, tener sexo, trabajar, la vida es agradecer y disfrutar las cosas y la vida que Dios nos da”.
El hombre comentó que él acude a los lugares donde se concentran las personas para asistir a conciertos, tales como el Foro Sol y el Palacio de los Deportes, “todo octubre andaré por esos lados”, dijo.
Desde el lunes pasado carga el mensaje que dice: “los sismos matan cuerpos, los pecados matan almas”, a lo que los transeúntes no han reaccionado bien, incluso hay quienes lo han querido golpear.
“No a toda la gente le gusta, a una mitad de agrada, le parece gracioso, pero a la otra mitad no le agrada nada”, puntualizó.
/afa