A cuatro meses de que las estatuas del Monumento a Cuauhtémoc fueron mutiladas, no hay autoridad que asuma su reparación.
En diciembre de 2020 tres personas dañaron el monumento ubicado en el cruce de Paseo de la Reforma y Avenida Insurgentes. El grupo aprovechó que el sitio estaba cercado para cortar las estatuas de cobre y luego venderlas, así desaparecieron las patas de cinco de los siete jaguares que siguen ahí y una más fue retirada.
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A pregunta de El Sol de México, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que su restauración se debe trabajar con los institutos nacionales de Antropología e Historia y el de Bellas Artes y Literatura. Sin embargo, el INAH dice que sólo le corresponde a la Ciudad de México.
Consultado sobre esta situación, el Instituto Nacional de Antropología e Historia dio a conocer que la reparación de ese conjunto escultórico corresponde al Gobierno local, quien tiene a cargo el cuidado y arreglo de las esculturas.
Y a su vez, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México sostuvo que la remodelación del monumento al último rey mexica corresponde a dicha institución federal.
El choque de responsabilidades mantiene al monumento al último rey mexica sin ninguna intervención.
Al respecto, Enrique Ortiz, divulgador cultural, afirmó que los trabajos de reparación del monumento a Cuauhtémoc le corresponde al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), porque es la entidad responsable de cuidar y proteger el patrimonio de los mexicanos; y tiene el personal capacitado para hacerlo.
Recordó que hay antecedentes de contratación de empresas privadas a las que se les encargaron trabajos similares, pero terminaron por hacer más daño que bien y un ejemplo de ello fue la estatua ecuestre de Carlos IV, la cual tuvo que someterse a una segunda restauración.
“Creo que el INAH debe poner manos a la obra, sobre todo por los 500 años que se conmemoran por la caída de Tenochtitlán. Es el monumento a la resistencia indígena frente a la invasión que sufrió Tenochtitlán por parte de los españoles”, subrayó el entrevistado, al recordar que el monumento está dedicado a sus defensores encabezados por Cuauhtémoc.
HISTORIA
Este año, la Ciudad de México tiene planeadas diversas actividades para conmemorar 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán y 500 de su defensa ante los conquistadores. Sin embargo, en el programa aún no está contemplado la intervención del monumento que retrata al emperador que resistió ante la Conquista.
La jefa de Gobierno precisó que independientemente de las celebraciones dicho espacio escultórico, sí tendrá que ser intervenido, aunque no precisó cuándo.
En este sitio, a Cuauhtémoc también lo acompañan cuatro guerreros: Cuitláhuac, Cacama, Tetlepanquetzal y Coanacoch. La estatua de Cuauhtémoc, los bajos relieves, ocho leopardos, trofeos, lápidas, frisos, decoraciones y el pedestal, entre otros elementos, tienen un peso de 11 toneladas y 800 kilos.
La obra fue propuesta en el siglo XIX durante una de las presidencias del General Porfirio Díaz, apoyado por Vicente Riva Palacio, su secretario de Fomento, pero fue concretada en el periodo presidencial de Manuel González y como secretario de Fomento, Carlos Pacheco. Costó entonces 97 mil 914 pesos.
En tiempos de Andrés Manuel López Obrador, como jefe de Gobierno del Distrito Federal, se acordó removerlo para dar paso al Metrobús de la Línea 1, el cual circula sobre la Avenida Insurgentes.
El conjunto arquitectónico soportó ese cambio de lugar, terremotos, manifestaciones y otros grupos, pero no pudo librar ser víctima de las seguetas.
Aunque lograron capturar a los sujetos autores del atentado, un juez de Control decidió no abrirles proceso, pero la Fiscalía General de la República no cerró el caso.
Con información de Cecilia Nava