La solidaridad que los capitalinos protagonizamos en el sismo del 19 de septiembre de 2017 sin duda no se contaría sin el trabajo de los rescatistas nacionales e internacionales que se volcaron a las calles de la capital del país ante la tragedia. Sin embargo, existe un grupo en particular en el que depositamos nuestra confianza y nos regaló esperanza: los binomios caninos.
Tras la destacada labor que realizaron estos canes en las zonas afectadas, la Ciudad de México decidió emprender el camino para contar con un mayor número de binomios capacitados y de ahí nació la acreditación que regula las especificaciones generales y técnicas de sus olfateos.
La evaluación consiste en pruebas tanto para el manejador como para el perro, pues deben demostrar sus habilidades y temperamento al dar y seguir instrucciones.
En palabras del rescatista Alejandro Sánchez, coordinador de Grupo Canino Detector, no se trata de evaluar una raza en especial, sino de entrenar con un ejemplar sociable, no agresivo y con disposición para que el trabajo sea óptimo.
La ciudad tiene acreditados hasta el momento a 48 binomios, entre los que destacan los de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), confirmó Myriam Urzúa, secretaria de Protección Civil.
Por el momento la convocatoria de esta acreditación se encuentra en pausa tras el cambio de administración, pero quienes participaron en su creación, confían en que pronto retomarán el rumbo para tener un consolidado cuerpo canino profesional.
Obediencia, destreza, búsqueda y localización
Según la norma técnica para la evaluación y acreditación de unidades cinotécnicas (binomios), actualizada en noviembre de 2018, un ejemplar es apto si aprueba lo siguiente:
1) Mediante sorteo se selecciona una pareja de binomios. La primera pareja permanece en la fase A: el echado quieto. Si el perro se sienta, se para o sale del área marcada, se evaluará como no cumplido.
2) La segunda pareja comenzará a la par la fase B: recorrer un túnel y al terminar,echarse. Con ello demuestra su habilidad y temperamento.
3) Deberá recorrer una superficie inestable para corroborar la seguridad de su avance. Solo tiene dos oportunidades para terminar el ejercicio.
4) Pasará después por una escalera horizontal. El guía lo acompañará y al terminar el can debe esperar a que su manejador lo cargue y lo coloque junto a él, deberá estar sentado.
5) En control a distancia, más allá del perro se evalúa la destreza del manejador pues es una fase en la que, en una situación real, el can trabajará sin un manejador todo el tiempo.
6) Sentado, marcha, media vuelta, lento, más rápido, lento, normal y sentado. Los movimientos demostrará el orden con el que se desarrolla. El manejador tiene permitido hablarle para las instrucciones.
7) El ejercicio de direccionamiento se comparte con la norma internacional IRO. Bajo sorteo deciden cómo recorrerá el camino; en cada punto debe durar 5 segundos.
8) Subirá una mesa, deberá dejarse cargar por una persona extraña y en el trayecto permanecer estable. Luego lo bajarán al piso y su manejador caminará hacia él. Si gruñe, queda descalificado de toda la acreditación.
9) La prueba final es la búsqueda y localización. Tiene que encontrar a dos personas de dos atrapadas mediante la estrategia que defina el guía. Tiene un tiempo máximo de 20 minutos.
*La acreditación tendrá una vigencia bianual, misma que podrá renovar sujetándose al proceso de evaluación