Mientras que los dueños del edificio de Bolívar 168, en la colonia Obrera, desatendieron el llamado del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) para evitar la tragedia de la pérdida de 15 vidas, como lo informó ayer El Sol de México, los propietarios de otros inmuebles siguieron recomendaciones y tuvieron daños menores.
Como ejemplo están seis casos que presentaron algunas anomalías y para las cuales se hicieron sugerencias de mantenimiento y reparación, así, pese a que algunos edificios están en las zonas donde hubo mayores daños, como la colonia Roma, no se presentaron decesos ni lesionados.
Este medio obtuvo copias de los informes realizados por ingenieros de Centro y visitó algunos inmuebles para conocer su estado tras los sismos del pasado mes. Dos de ellos fueron desalojados y otros operan con regularidad.
Los documentos no constituyen un dictamen técnico, reflejan las opiniones y recomendaciones respecto a la seguridad estructural del inmueble, con base en la información recabada durante la visita de ingenieros expertos.
En la Roma
En el edificio que alberga la Asociación Nacional de Intérpretes (Andi), que se encuentra en Tonalá 60 y 63, tras el temblor de 1985 tuvo reparaciones mayores, y ocho de sus nueve niveles fueron removidos, para garantizar la seguridad y se le construyó una nueva estructura de concreto reforzado.
Una de las características que se buscó conservar fue su fachada, que data del Porfiriato, pero aún así los ingenieros detectaron anomalías como una inclinación del edificio ubicado en el número 63, por lo que se recomendó redistribuir las cargas el sótano y moverlas por lo menos cada dos o tres años.
Fue éste el lado más dañado durante el sismo del 19 de septiembre. Los expertos señalaron que, además, se encuentra en una Zona de lago, es decir que su tipo de tierra se mueve de manera constante y presentará hundimientos naturales, por lo que llamaron a contratar a una compañía privada que hiciera monitoreo continuo.
“De acuerdo con experiencias en obras similares de la Ciudad de México, que han presentado un mal comportamiento por asentamientos diferenciales, existen técnicas de reforzamiento y renivelación que han permitido la rehabilitación de edificios”, indican en el documento.
En la Roma Sur se encuentra la escuela secundaria pública 244 Miguel Ramos Arizpe, en la calle de Tehuantepec. El plantel, de acuerdo con el sitio Mejora tu Escuela, contaba con señales de protección civil, rutas de evacuación, salidas de emergencia y zonas de seguridad.
En tanto que el Cenapred consideró que la escuela se encontraba en general en buenas condiciones y aconsejaba sujetar mejor los tinacos de agua en el edificio frontal y reparar el techo del pasillo.
Desalojo oportuno
Un caso distinto, que llevó al desocupar tres edificios, fue el de el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Los inmuebles, ubicados en Avenida de la República en la colonia Tabacalera, estuvieron funcionales hasta marzo de 2012, luego del sismo del día 20.
Ya en 2004 el Cenapred había advertido sobre columnas que se rellenaron y estaban ligados a la estructura de cimentación, una modificación que debía ser revisada, así como el que pilotes de control que se colocaron sin tomar en cuenta la ubicación original de las columnas, por lo que era necesario renivelar.
Si bien algunas de las modificaciones fueron hechas y otras no, luego del sismo de 2012 el Instituto decidió evacuar a los trabajadores, y desde entonces se encuentra inoperante, excepto por el teatro Julio Jiménez Rueda.
En marzo de 2015, Florentino Castro López, director de Prestaciones Económicas, Sociales y Culturales del ISSSTE indicó que el edificio norte se recargaba sobre el sur (donde se encuentra el teatro), por lo que era un peligro. Sin embargo integrantes de la comunidad artística insistieron en que no se cerrara el recinto.
Para el Cenapred no es claro es tipo de cimentación con que cuenta el edificio y destaca: “Es importante destacar que de acuerdo a dictamen de la empresa Colinas de Buen, el teatro Jiménez Rueda, aún cuando se agregaron algunos elementos estructurales al edificio, éste no satisface los requisitos que establece el RCDF (Reglamento de Construcciones)”.
Conjunto habitacional
El Centro también hizo, entre sus múltiples informes, el del Conjunto Habitacional Sauzales, en Villa Coapa, en el que indicó que había una inclinación en uno de sus edificios, por lo que recomendaba revisar la cimentación, verificar si contaba con las medidas de seguridad estructural y se evaluara las posibles filtraciones del drenaje para evitar un reblandecimiento.
Las viviendas se encuentran muy cerca de la zona de transición de tierras, es decir, entre las áreas construidas en lo que fue el lago y las de loma, que son duras. Justamente la parte de la ciudad donde más casas resultaron dañadas, pues se dio una especie de estiramiento del terreno, como explicó para El Sol de México el ingeniero Eduardo Pérez Ortiz Cancino.
Eso también explica lo que el Cenapred señala: “las grietas en los patios del estacionamiento se deben principalmente al asentamiento uniforme de los edificios y se acentúan por el hundimiento de la ciudad”.
También en las cercanías de la tierra de transición está el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), otro de los visitados por el Cenapred, en la colonia Guadalupe Inn, que señala que “por tratarse de una construcción que fue modificada y reestructurada se recomienda su revisión por parte de un Director Responsable de Obra”.
