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Entrar a una nueva normalidad implicará saber convivir con el resto de las personas. Para ello ya se preparan los restaurantes. El protocolo fue diseñado tras una revisión de entre 40 y 50 documentos, y se resumen en mantener la sana distancia.
“La situación es muy compleja. Quizá es la crisis más dura que hemos enfrentado en la historia. A partir de la declaración de la emergencia sanitaria muchos restaurantes cerraron al 100 por ciento”, dice Germán González, director de Cadenas de Restaurante de la a Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
Y agrega: “la afectación ha sido muy grande. De las encuestas que hemos recabado en la cámara, nuestros pronósticos son que alrededor de 15 por ciento de los restaurantes van a cerrar definitivamente. Es un número muy grande. Si lo pasas a nivel país estamos hablando de 70 mil u 80 mil unidades que van a cerrar, estamos calculando que la pérdida de empleo va a estar rondando los 250 o 300 mil empleos en la industria para la reapertura”.
En entrevista telefónica admite que “respecto a la fecha la indicación que tenemos es que hay un protocolo de semáforos con base en la disponibilidad hospitalaria, entiendo que en los pronósticos que tienen se había hablado del 1 de junio, hoy básicamente todas las autoridades hablan del 15 de junio y aun así no estamos tan seguros que el 15 de junio levanten el semáforo rojo y pasar al naranja. Más pronto del 15 de junio no va a ser”, dice resignado.
Dentro de las medidas sanitarias que el gobierno de la Ciudad de México contempla para el sector, destaca el control de acceso y egresos en los establecimiento que contempla la colocación de jergas saturadas, tapetes sanitizantes o alternativas similares con hipoclorito de sodio con concentraciones de al menos 0.5 por ciento con productos registrados ante la Agencia de Protección Ambiental (EPA) certificados para eliminar SARSCoV-2 para los clientes que entren al establecimiento. Además no se recomienda el uso de arcos desinfectantes.
Los restaurantes, según el protocolo contemplado por el gobierno local, podrán retomar actividades al 30 por ciento de su capacidad cuando el semáforo ceda a naranja y al 60 por ciento cuando avance a amarillo.
Al respecto González tiene presente que los capitalinos buscarán visitar al sector. “Entendemos que hay un grupo grande de clientes que está ansioso de salir y que se siente cómodo apenas tengamos la oferta disponible va a ir y se va a sentar. Hay otro grupo que totalmente está paralizado del miedo y que no va a ir al restaurante hasta que no haya una vacuna o haya una cura definitiva".
La Canirac emitió el protocolo Mesa Segura que empata con los lineamientos solicitados en la Ciudad de México. En este se explica la manera en la que empleados y comensales deberán convivir además de comprender la importancia de modificar los procesos para así asegurar que no habrá contagios, un método que también tendrá que ajustarse según avanza el semáforo epidemiológico.
Incluso algunos restaurantes se han aliado con pequeñas empresas, como Plásticos Mixcoac, que ahora ha aprovechado esta modificación para reactivar su economía y arma barreras post-covid de policarbonato y acrílico pues los consideran materiales de alta resistencia, además de ser fáciles de limpiar.
El protocolo también impulsa el uso de las tecnologías para el servicio en sitio, como la consulta de menús mediante códigos QR, el pago de la cuenta evitando dinero en efectivo y alentando métodos de pago electrónicos además del reforzamiento de las reservaciones online.
Y mientras eso no ocurra, Gonález apunta: “tenemos que hacer una inversión en aditamentos y en equipo de protección personal, que bueno eso va a ser ineludible y sí es una carga mayor para los negocios, porque sin ventas, cerrados y ahora sacar dinero para realmente estar listos, pero es ineludible, no lo podemos evitar porque al final parte del regreso pasa por la \confianza”.
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