Hombres trabajadores sexuales pidieron acceso atratamientos de prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), a la salud mental y reconocer su labor como un empleo digno.
Durante el Segundo Encuentro de Hombres que Ejercen el Trabajo Sexual, realizado en la Clínica Condesa, también solicitaron ser visibilizados y la generación de políticas públicas que los reconozcan.
Alaín Pinzón, director de la organización civil VIHve Libre, explicó que en la ciudad de las 2 mil 900 personas que reciben tratamiento de Profilaxis Pre Exposición (PrEP) y Profilaxis Posexposicion (PPE), que sirven para prevenir adquirir VIH, el 20 por ciento son hombres que ejercen el trabajo sexual.
Otra de las problemáticas recurrentes que presentan, precisó, son infecciones de transmisión sexual como sífilis, hepatitis C, clamidia y gonorrea, por lo que es necesario que cuenten con acceso a pruebas de ETS, así como servicios de salud.
“La ventaja de las pruebas es que cada tres meses se les hace, cada que vienen a recibir su tratamiento de PrEp y eso nos da la oportunidad de que si tienen alguna infección pueda ser atendida y no tengan problemas en su vida laboral”, explicó.
En entrevista con El Sol de México, el activista destacó que el trabajo sexual en hombres es un tema tabú con estigmas sociales, por lo que no son reconocidos ni visibilizados.
“Otra de las necesidades es la robustecer los servicio de salud de mental porque enfrentan mucha discriminación, rechazo, violencia y que ponen en riesgo su salud mental”, señaló.
“Una de las necesidades que siempre tratamos de cubrir son los métodos de prevención porque son caros y si es una persona que ejerce el trabajo sexual comprar condones y lubricantes es difícil”, destacó.
Polo Gómez, quien ejerció el trabajo sexual durante 45 años, resaltó que al igual que las mujeres trabajadoras sexuales enfrentan diversas agresiones y discriminación.
“Somos bastantes personas que estamos ejerciendo el trabajo sexual desde los diferentes panoramas, desde las aplicaciones y los que estamos en la calle pero no nos nombran, tenemos miedo al qué dirán”, resaltó.
El hombre de 60 años resaltó que a pesar de las mujeres trabajadores sexuales llevan un trabajo amplio de décadas no se ha logrado que se reconozca el trabajo sexual.
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“Nos estamos colgando un poco del trabajo que las compañeras han hecho para tratar de impactar en esto. Estamos invisibilizados”, dijo.
Destacó que también enfrentan una necesidad de vivienda debido a que los sueldos son variados y el cobro por sus servicios puede ir desde los 500 hasta tres mil pesos.
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