La ola de migrantes haitianos y centroamericanos que se dirigen hacia Estados Unidos ya afecta a los albergues de organizaciones civiles en la Ciudad de México, que se encuentran saturados, al doble de su capacidad, y piden una reunión con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para plantearle la necesidad urgente de que instale un lugar donde permanezcan mientras continúan su camino hacia la frontera norte.
"La capital del país no es un lugar en la geografía que les facilite de manera lineal su paso hasta la frontera con Estados Unidos, pero el Gobierno Federal ha cercado a migrantes, los ha enviado a diferentes albergues donde han escapado ante la pasmosa lentitud con que se entregan las visas humanitarias, misma que les permite por un año su paso por tierras aztecas", manifestó Gabriela Hernández, directora de Casa Tochán, albergue instalado por una organización civil.
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En entrevista con El Sol de México explicó el por qué los migrantes cruzan la capital del país: “El Gobierno Federal ha sido muy, no sé cómo explicarlo, pero muy tramposo. Quitó a Tapachula (Chiapas) como la Ciudad Cárcel, porque nadie podía salir de Tapachula, los trámites de solicitud ahí están atrasadísimos. Desalojaron Tapachula de la manera más sucia. El Instituto Nacional de Migración en camioncitos llevó a los haitianos, que no saben español, que no tenían dónde dormir, los llevó a los camiones con la esperanza de que les iba a dar un albergue.
“Y de pronto las personas se encontraron con que ya estaban en Veracruz, en el Estado de México, en Guanajuato, los tuvieron detenidos tres o cuatro días, y les daban la visa humanitaria por un año. El gobierno dice: ‘Ya les estoy dando la visa humanitaria, ya pueden andar en el país de forma regular’. En un lugar donde ni siquiera tenían pensado, en un lugar donde no tienen redes de apoyo.
“Los del Estado de México corrieron para la Ciudad de México y son varias de las personas que están aquí, sin hablar español, a veces por referencia. Nosotros tuvimos una reunión con los primeros haitianos que llegaron y les dijimos: por favor no les hablen a amigos o a sus familiares que tienen en Tapachula para decirles que están aquí porque ya no tenemos lugar”.
El miércoles pasado las asociaciones civiles Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes (CAFEMIN), Casa Fuente de Apoyo a Mujeres Niñas y Niños Víctimas de Violencia A.C., Casa Mambre, Casa Tochan y el Programa Casa Refugiados, señalaron la necesidad de reunirse con la mandataria capitalina y exponerle su situación.
“Hacemos un llamado de auxilio a las autoridades del gobierno de la ciudad. Los albergues que atendemos población en movilidad no tenemos ya capacidad para seguir atendiendo más grupos de personas que están y seguirán llegando a esta ciudad”, se lee en el documento.
Gabriela Hernández dijo a este diario: “Nosotros estamos solicitándole una audiencia de manera presencial (a la jefa de Gobierno) para explicarle cómo es la situación de los pocos albergues que hay en la Ciudad de México para atender a la población migrante, que ya estamos rebasados, que estamos no sólo en espacio, sino en los presupuestos que teníamos para trabajar en un largo tiempo; ya no podemos más".
La directora de Casa Tochán señaló que desde que nació esta institución hace 11 años sólo manejaban espacio para 30 personas, pero en los últimos dos meses tuvieron que crecer y rentar otro espacio para atender a 16 personas más.
“Nosotros somos el albergue más pequeño y nos hemos obligado a crecer en esta magnitud. CAFEMIN estaba pensado para 70 personas y ahorita tiene como 210, incluso a albergues como Casa Frida, que estaba exclusivamente para personas LGBT+, le solicitamos acogida para una familia con una jovencita de 14 años que ya no tenía cabida en nuestro espacio, le hablamos para que los recibiera y, bueno, lo hicieron.
"Casa Fuentes nació con la idea de atender a mujeres víctimas de violencia y que ni siquiera recibía hombres, en toda esta cuestión ha tenido que cambiar su giro de trabajo, ahorita está recibiendo a familias y a hombres, porque nos está ayudando un poco a soportar la carga.
"Esta es una situación muy preocupante y ahora con la zozobra de que viene la caravana y el Gobierno de la Ciudad no va a hacer nada, cuando esta es una ciudad santuario, cuando hay una ley de interculturalidad. Hay herramientas legales para brindar apoyo a estas personas”, expresó.
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