/ sábado 22 de julio de 2023

Covid-19 cambió la rutina en funerarias

La preparación de los cuerpos debe hacerse en menos tiempo, conforme al protocolo dictado en pandemia

Mientras lava un cuerpo, la embalsamadora Brenda Alejandra Acosta comenta que tras la pandemia por Covid-19 el ritmo de trabajo bajó debido a una menor demanda, aunque se mantienen los protocolos de seguridad sanitaria y hay más interés por las cremaciones.

Brenda Acosta tiene 24 años y lleva más de cinco como embalsamadora.Cuenta que ha hecho alrededor de tres mil servicios normales, especiales y a domicilio, así como arreglos estéticos. Actualmente trabaja en la Funeraria y embalsamadora Condesa, alcaldía Cuauhtémoc.

Puede interesarte: Covid-19 en China: Imágenes satelitales muestran crematorios saturados ante alza de muertes

Mientras describe el proceso de preparación de un cuerpo, la joven se acomoda los guantes y lo prepara para maquillarlo y vestirlo. Los restos serían cremados.

La profesional explica que tras la pandemia, el trabajo bajó y en promedio atienden cinco cuerpos diarios y antes eran cerca de 20. Las temporadas con más servicios son los periodos vacacionales y en diciembre por los accidentes y el incremento de suicidios.

Aunque en mayo de este año, la Organización Mundial de Salud declaró el fin de la pandemia, las embalsamadoras aún atienden casos por Covid-19, además están expuestas a otros tipos de virus.

“En lo que va del 2023 he realizado 15 embalsamamientos por casos de Covid-19 y las patologías infectocontagiosas principales con los que más convivimos día a día son tuberculosis, hepatitis, VIH y Virus del Papiloma Humano”, menciona mientras traslada el cuerpo al ataúd.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Abigail Rodríguez Cantero, otra de las empleadas de Embalsamadora Condesa, comenta que a raíz de la crisis sanitaria las autoridades establecieron más protocolos de desinfección y protección para las empleadas.

“Se implementaron nuevas medidas en las que se deben acortar los tiempos de trabajar el cuerpo y evitar lo más que se pueda el tiempo de exposición de los cuerpos”, describe.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Agencias Funerarias 2020 ante Covid-19, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre abril y mayo de 2020, las empresas funerarias cambiaron sus protocolos para el manejo de cuerpos de quienes murieron por Covid-19, mientras que cuatro de cada cinco modificaron la forma en la cual prestan sus servicios.

La joven explica que durante el proceso del embalsamamiento deben protegerse de las enfermedades aerobias que están en los fluidos, en la secreción nasal, la saliva, así como llevar a cabo una buena desinfección del cuerpo.

“Al principio de la pandemia no había mucha información y sólo nos protegíamos con un cubrebocas, cuando empezaron a ver que el virus de Covid sí era más contagioso y agresivo cambiamos la manera de protegernos con mascarillas, lentes, cofia y los trajes especiales como de astronauta”, menciona.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Ambas trabajadoras perdieron amigos y familiares, además estuvieron expuestas a los contagios constantes por el manejo de los cuerpos de personas fallecidas por SARS-CoV-2.

“La sala de embalsamar era un foco de infección y obvio regresábamos a casa con temor de infectar a nuestras familias”, recuerda Rodríguez Cantero.

Sobre los servicios que ofrecen las funerarias, la joven comenta que actualmente los clientes tienen mayor interés por la cremación.

"La mayoría (de las personas) se ha quedado con la idea que sólo creman (los cuerpos) sin necesidad de embalsamar o ya no los quieren velar", dice.

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Consultado por este diario, Casas Funerarias J. García López informó que, antes de la emergencia sanitaria, 80 por ciento de los servicios que ofrecía la industria funeraria era cremación y 20 por ciento inhumación. Ahora es de 90 y 10 por ciento, respectivamente.

Únicamente en el caso de esta funeraria, las cremaciones subieron tras el Covid-19 a 95 por ciento y prevé que aumente a 98 por ciento.

En la embalsamadora, Brenda y Abigail reciben cientos de cuerpos de personas que fallecieron por enfermedades, accidentes, así como por distintos tipos de violencia.

Mientras lava un cuerpo, la embalsamadora Brenda Alejandra Acosta comenta que tras la pandemia por Covid-19 el ritmo de trabajo bajó debido a una menor demanda, aunque se mantienen los protocolos de seguridad sanitaria y hay más interés por las cremaciones.

Brenda Acosta tiene 24 años y lleva más de cinco como embalsamadora.Cuenta que ha hecho alrededor de tres mil servicios normales, especiales y a domicilio, así como arreglos estéticos. Actualmente trabaja en la Funeraria y embalsamadora Condesa, alcaldía Cuauhtémoc.

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Mientras describe el proceso de preparación de un cuerpo, la joven se acomoda los guantes y lo prepara para maquillarlo y vestirlo. Los restos serían cremados.

La profesional explica que tras la pandemia, el trabajo bajó y en promedio atienden cinco cuerpos diarios y antes eran cerca de 20. Las temporadas con más servicios son los periodos vacacionales y en diciembre por los accidentes y el incremento de suicidios.

Aunque en mayo de este año, la Organización Mundial de Salud declaró el fin de la pandemia, las embalsamadoras aún atienden casos por Covid-19, además están expuestas a otros tipos de virus.

“En lo que va del 2023 he realizado 15 embalsamamientos por casos de Covid-19 y las patologías infectocontagiosas principales con los que más convivimos día a día son tuberculosis, hepatitis, VIH y Virus del Papiloma Humano”, menciona mientras traslada el cuerpo al ataúd.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Abigail Rodríguez Cantero, otra de las empleadas de Embalsamadora Condesa, comenta que a raíz de la crisis sanitaria las autoridades establecieron más protocolos de desinfección y protección para las empleadas.

“Se implementaron nuevas medidas en las que se deben acortar los tiempos de trabajar el cuerpo y evitar lo más que se pueda el tiempo de exposición de los cuerpos”, describe.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Agencias Funerarias 2020 ante Covid-19, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre abril y mayo de 2020, las empresas funerarias cambiaron sus protocolos para el manejo de cuerpos de quienes murieron por Covid-19, mientras que cuatro de cada cinco modificaron la forma en la cual prestan sus servicios.

La joven explica que durante el proceso del embalsamamiento deben protegerse de las enfermedades aerobias que están en los fluidos, en la secreción nasal, la saliva, así como llevar a cabo una buena desinfección del cuerpo.

“Al principio de la pandemia no había mucha información y sólo nos protegíamos con un cubrebocas, cuando empezaron a ver que el virus de Covid sí era más contagioso y agresivo cambiamos la manera de protegernos con mascarillas, lentes, cofia y los trajes especiales como de astronauta”, menciona.

Foto: Karla Mendívil│ El Sol de Sinaloa

Ambas trabajadoras perdieron amigos y familiares, además estuvieron expuestas a los contagios constantes por el manejo de los cuerpos de personas fallecidas por SARS-CoV-2.

“La sala de embalsamar era un foco de infección y obvio regresábamos a casa con temor de infectar a nuestras familias”, recuerda Rodríguez Cantero.

Sobre los servicios que ofrecen las funerarias, la joven comenta que actualmente los clientes tienen mayor interés por la cremación.

"La mayoría (de las personas) se ha quedado con la idea que sólo creman (los cuerpos) sin necesidad de embalsamar o ya no los quieren velar", dice.

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Consultado por este diario, Casas Funerarias J. García López informó que, antes de la emergencia sanitaria, 80 por ciento de los servicios que ofrecía la industria funeraria era cremación y 20 por ciento inhumación. Ahora es de 90 y 10 por ciento, respectivamente.

Únicamente en el caso de esta funeraria, las cremaciones subieron tras el Covid-19 a 95 por ciento y prevé que aumente a 98 por ciento.

En la embalsamadora, Brenda y Abigail reciben cientos de cuerpos de personas que fallecieron por enfermedades, accidentes, así como por distintos tipos de violencia.

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