El edificio Canadá luce feo por fuera, descuidado y en gran parte de él ya no existe el mosaico veneciano que lo adornaba, “pero por dentro está estructuralmente sano”, aseguraron ayer residentes y propietarios de ese inmueble emblemático de la Ciudad de México.
En entrevistas, afirmaron que sin mediar dictamen oficial, militares y policías los desalojaron el miércoles pasado ante la posibilidad de que se desplomara, pero Rodolfo Soto, uno de los inquilinos, afirmó que a él no le da miedo vivir en él, y secundado por otros vecinos informaron que tienen todos los servicios, agua y luz.
Liduvina Rodríguez, administradora del Condominio Insurgentes 300, como es su nombre oficial, reportó a su vez que por la edad del edificio, 58 años, cada cinco años se le debe hacer un dictamen estructural y el último fue de 2012 a cargo de un Director Responsable de Obra (DRO), con un resultado positivo, sin mayores problemas.
Dijo que tras el sismo del martes pasado no se cayó “ni un pedacito”, lo cual, afirmó, quiere decir que el edificio está en buenas condiciones y eso lo avalan varios estudios arquitectónicos que le han practicado.
Dijo que tras el sismo del siete de septiembre, el edificio fue revisado por el arquitecto Manuel Colín y que no encontró ningún daño mayor y agregó que tras el terremoto de 1985 no fue necesario reforzar el edificio.
Ante esta situación, los vecinos y propietarios criticaron la excusa que les dieron para salirse de sus despachos y departamentos, de que había riesgo de colapso porque en cuadras aledañas se habían caído dos inmuebles.
Por su parte, el ingeniero químico, Sergio Bañuelos, dijo que el edificio fue inaugurado con el asentamiento que tiene sobre la calle de Medellín y que así está en los cálculos de construcción.
Sobre los arreglos que se le hicieron al inmueble, dijo que el último fue de 1967, cuando por recomendación de las autoridades se fortaleció estructuralmente, lo cual se hizo y se triplicaron las condiciones de las normas de seguridad establecida para las construcciones.
Finalmente, los vecinos señalan a los edificios que se cayeron sobre la calle de Medellín para expresar, “otros edificios que tenían 10 años de antigüedad se desplomaron y este, a sus casi 60 años está derechito y sin mayores problemas.