Miedo de caminar solas, un cierto delirio de persecución, cambio de rutinas o rutas de traslado, modificación en hábitos como no usar audífonos o no mirar tanto el celular, son aspectos que, por muy sencillos que parezcan, retratan el peligro al que se enfrentan las mujeres cada día en la Ciudad de México.
Zúe y Diana vivieron por separado la misma experiencia: un intento de secuestro afuera de una estación del Metro (Coyoacán y Mixcoac, respectivamente). El modus operandi fue casi el mismo (fueron abordadas y se les intentó subir a un carro). La diferencia fue que un caso ocurrió en la noche y otro en el día.
En entrevista con El Sol de México, Zúe, quien además trabaja en un centro de derechos humanos, admite que aunque ha intentado seguir su vida diaria de manera habitual, hay veces que siente temor por la situación que vivió a unas calles del Metro Coyoacán.
“Intento seguir como de no pasa nada, pero cada que me metro al Metro volteo para todos lados, veo a las personas sospechosas, es muy complicado ahora”, cuenta. “He cambiado los horarios, mis amigos ahora me esperan cuando salgo del Metro, ha sido un cambio total”.
Tras criticar la inseguridad en la que viven las mujeres en la Ciudad de México, Zúe cuenta que ha tenido que descargar la aplicación para celulares Life 360 mediante la cual puede compartir con sus seres cercanos su ubicación en tiempo real, rutas de traslado y si su teléfono se queda sin batería o sin señal.
La app, menciona, “guarda la dirección de mi trabajo, de mi casa y la universidad donde doy clases. Les aparece a ellos (sus seres cercanos) que Zúe ha salido de casa, o del trabajo. Es un monitoreo constante, les avisa cuánto tengo de batería, si apagué el teléfono, si me quedé sin red”.
Por su parte Diana, empleada y estudiante de universidad, contó que también han tenido que modificar su rutina. “Ya no puedo irme al Metro sola, alguien tiene que llevarme sí o sí, yo no me siento segura. Tuve que cambiar rutas, hábitos, siempre estoy al pendiente, con un poco de delirio”.
“Salía a correr a un parque cerca de mi casa y ahora (después del intento de secuestro) me ha costado trabajo porque siento como si me estuvieran buscando, es muy fea esa sensación y te hace cambiar de hábitos, ya no me gusta salir así nada más con tanta seguridad”, lamenta.
Mientras que Zúe sí levantó una denuncia, pero ésta fue clasificada como intento de robo, ya que antes de querer subirla a un auto le intentaron robar el celular, Diana descarta interponer una denuncia, no sólo por falta de tiempo, sino porque considera que no pasará nada en el Ministerio Público.
“No voy a ir a levantar una denuncia cuando ellos (la autoridad) tienen unos procesos súper arcaicos, a perder mi tiempo y eso a ver su funciona”, duda. “No lo voy a hacer nada más porque se piense que es mentira. Es frustrante, pero no soy la única que lo dice”.
Diana se refiere al resto de casos de intento de secuestro que se han reportado y mapeado a través de redes sociales y de los cuales el gobierno de la Ciudad de México dice no tener ninguna denuncia al respecto. No obstante la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ordenó atender los reportes y reforzar la vigilancia.
Y es que de acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, estos intentos de plagio podrían estar relacionados con la trata de mujeres o incluso con el negocio de secuestro en el que los delincuentes exigen cantidades de dinero a cambio de liberar a la víctima, lo cual, dicen, a veces hacen pero la entregan sin vida.
En entrevista con este diario, la coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, María de la Luz Estrada, alertó que “la Ciudad de México no puede permitir esto (secuestros de mujeres), que no tengamos seguridad, que no podamos salir libres sin sentir que podemos ser privadas de la libertad”.
“Esto quiere decir que la Ciudad de México tiene que poner una luz roja, entiendo que la jefa de Gobierno ha dicho que es un tema prioritario (la defensa de las mujeres), queremos que así sea, que se tomen las medidas de seguridad inmediatas, se tiene que desactivar esto”, subrayó.
Por su parte Ana Yeli Pérez, de Justicia Pro Persona, lamentó en entrevista que “es terrible que la Ciudad de México esté viviendo esto, la forma en como se está cometiendo y la impunidad con la que están actuando habla de que no se le ocurrió a una persona, habla de redes”.
Ambas coincidieron en el entorno adverso para las mujeres es una realidad en la Ciudad de México, por lo que urgieron a que no se obvie la Alerta de Violencia de Género. Datos oficiales indican que hasta septiembre de 2017 había 463 mujeres desaparecidas en la capital.
Para Pérez Garrido la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México tiene grandes pendientes en la materia, desde dejar de clasificar las desapariciones como extravíos o ausencias, hasta consolidar equipos de búsqueda e investigación y eliminar la corrupción en peritos, policías y ministerios públicos, para garantizar un mejor acceso a la justicia para las mujeres.
“Están dadas todas las necesidades urgentes para que se declare la Alerta de Violencia de Género, ya estamos hablando de redes criminales y esto se ve en Jalisco, Estado de México y pues es mentira que la Ciudad de México sea una burbuja de los derechos humanos de las mujeres y esta situación es realmente alarmante”, reiteró.
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