Los usuarios del Sistema de Transporte Colectivo Metro pueden ingresar a sus instalaciones armados y sin ningún problema, ya que parte de los equipos detectores de metal y de rayos X están inutilizados y los policías no hacen revisiones debido a que podrían violar el libre tránsito de los usuarios.
El pasado 17 de marzo una pareja que viajaba en la estación Tacuba del Metro fue molestada por un sujeto en estado de ebriedad, lo que generó una discusión y provocó que el acosador sacara un arma de fuego y disparara contra el piso. Al momento del impacto la ojiva se fragmentó y las esquirlas lesionaron a cuatro personas.
El 25 de enero un hombre fue detenido en la estación Candelaria cuando manipulaba un cuchillo de 20 centímetros; cuando los policías le efectuaron una revisión, descubrieron que también llevaba una navaja y un desarmador.
Antes, el 1 de enero, otro hombre fue detenido en la estación Zapata de la Línea 3 por manipular un arma de fuego; luego de una revisión, se determinó que se trataba de una réplica de revólver, sin embargo, el sujeto fue remitido al Ministerio Público.
Y es que ingresar al Sistema de Transporte Colectivo (STC) con un arma blanca o de fuego es sencillo, ya que los equipos detectores de metal y de rayos X están inutilizados y los policías no hacen revisiones ya que podrían violar el libre tránsito de los usuarios.
Datos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSP Cd-Mx) indican que de 2017 a febrero de 2018 a 62 personas se les se decomisaron 64 armas dentro del Metro, de las cuales solamente una fue de fuego y el resto fueron punzocortantes.
La estación donde más decomisos se hicieron es Pantitlán, donde policías detuvieron a cuatro personas que llevaban tres armas blancas y una pistola; otras son Indios Verdes, Guerrero, Candelaria o Chabacano, todas de gran afluencia.
El Metro cuenta con 35 arcos detectores de metal y 37 dispositivos de rayos X, pero la mayoría de ellos están en desuso e incluso abandonados, pues no se advierte la presencia policíaca.
La instalación de estos aparatos, en los que se invirtió 26.6 millones de pesos, inició después de que el 18 de septiembre de 2009 un hombre armado disparó contra un policía bancario y un civil en plena estación Balderas de la Línea 3.