Fue,-era- el día 20 de Enero. Despuntaba el año 1959.Estremeció su nacimiento la regocijante noticia: “Fidel Castro ysu Movimiento 26 de Julio derrocan a Fulgencio Batista. El tiranohuyó desde el aeropuerto Campo Columbia. Masferrer, Carratalá yotros de la camarilla del dictador consiguieron escapar...”
De Sierra Maestra a La Habana. La batalla por Santa Clara. LasVillas. Con su Teatro Cloris. Del ataque al Cuartel Moncada y lacárcel y la sombra de la pena de muerte rondándole -con sumemorable alegato “La Historia me Absolverá” para defenderse-el Doctor Fidel Castro Ruz consigue el exilio. Elige -como JulioAntonio Mella, otro gran patriota cubano- vivir en México. A unascuatro horas de vuelo desde el aeropuerto Rancho Boyeros.
Compañeros del inconforme Fidel Castro Ruz, se instalan en undepartamento de la antigua calle Ramón Guzmán. Edificio Rivoli.(¿Tivoli?), muy cerca de Puente de Alvarado. Frente a la antiguacasa del PRI. En 1957 un adolescente vendedor de dulces-charamuscas, trompadas, higos cubiertos-, los descubrió. Comohabía dado con Fernando Solana, Pita Amor, Juan Soriano, JorgeMarrón Erostarbe, el mítico Doctor I.Q. rebautizado “ElBanquero Mental” o Freddy Fernández -”El Pichi”. Tocabapuertas. Conocía personajes.
Los cubanos de la calle Ramón Guzmán enhebraban historias. Yprocuraban fondos para el Movimiento 26 de Julio. Urdieron -yrealizaron- la expedición de volantes que con las efigies deCuauhtémoc y José Martí y con la leyenda “Para Cuba queSufre”. Pequeños papelillos de color azul. Uno, cinco, diez,veinte pesos. “Para Cuba que Sufre”. Encampanaron aladolescente. A venderlos. Bonos pro 26 de Julio. En camiones. Deprimera y de segunda. En salones de clase. En oficinas. Y el dineroa los cubanos de la calle Ramón Guzmán.
Aquel adolescente ya conocía a Fernando Solana Morales,subdirector de la revista “Mañana”. En Avenida Juárez 88. ConJaime Blanco, Carlos Argüelles del Razo, Antonio Ibarra, IgnacioMendoza Rivera, Agustín Allard, Esteban Cajiga. Y el DirectorDaniel Morales Blumenkron. Leía aquella revista. Con SalvadorNovo, Jaime Torres Bodet, Sergio Magaña, Carlos Ruiz Camino -parala torería Carlos Arruza, el Ciclón Mexicano-. Y en su escuela,la Secundaria Mixta Nocturna “Gabino Barreda” - existía en ellocal de la primaria Orozco y Berra en Mar Mediterráneo y AvenidaCuitláhuac- producía un periódico. “El Chispazo”. Con unmuchacho que se ufanaba: “Soy novio de la hija del periodistaCarlos Denegri. Danaé es mi novia. Vive aquí, en Clavería.Quiero probarle a Danaé que yo también puedo hacer un periódico.Lo llamaré “El Chispazo”...
De vida efímera. El adolescente se propuso hacer el suyo.“ECOS”. Y en Enero de 1959 llamó a Teté Casuso. La Embajadorade Cuba. La representante de la Revolución Cubana. La diplomáticadel Doctor-Comandante Fidel Castro Ruz.
“Le ruego me conceda una entrevista, Embajadora Casuso. ParaECOS. De la escuela...
“Venga el día 20. A las 5 de la tarde...
Pensó el entrevistador en invitar a su amigo Mario VallejoHinojosa. “No puedo. Voy a jugar fut. Otro día. Luego.”
Recordó a Eduardo Ugalde Guillén. El gran deportista. Ellisiado en un encuentro de futbol americano.
“¡Juega! Voy contigo. Te acompaño. Admiro a Fidel Castro. Ala Revolución Cubana”- aceptó Ugalde Guillén, desde su casa dela calle Mar Tirreno 38. Ahí vivía con su amorosa madre. Hermanosy tías. Todos adoraban a Eduardo.
En la embajada de Cuba estaban los exiliados de la calle RamónGuzmán.
“¡Chico, ya nos vamos a regresar!
“Qué gusto verte, chico.
“¿Cómo nos ayudaste, chico!
Y apareció Teté Casuso.
“Oye Teté. Este chico nos ayudó mucho...
“Juntó dinero para el movimiento...
La diplomática decidió:
“¿Qué le parece, si en lugar de la entrevista le invito aCuba para hablar con el Comandante? ¿Tiene pasaporte? ¿Puedeviajar mañana muy temprano?”
“S-i...Sí...Sí...
Y también Eduardo Ugalde Guillén.
Ambos carecían de pasaporte. Relaciones Exteriores quedabaentonces en Avenida Juárez, muy cerca de la glorieta El Caballito.50 pesos costaba el documento. Necesaria la aprobación del padre.El vuelo de Cubana de Aviación -Viscoun Bristol-Britania- ocurrióunos tres, cuatro días después.
Limousina. Hotel “Habana-Riviera”. Fricasé de asas de pavo.Menú intrincado. Cerveza “Hatuey”. Se presentó ArtemioSalgado Rabadán. “Guerrerense. Sí, soy sobrino de Macrina. LaDiputada que da tanto qué hablar. Hago una revista“Informaciones”, presumía metido en vistosos zapatos blancos,mientras parecía tragarse un gran habano. Se daba mucha lija.Presumía de mundano. Artemio Salgado Rabadán LAS MUCHEDUMBRESDELIRABAN EN LA PRESENCIA DEL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ
Fidel Castro estaba en Venezuela. Perdería a uno de sus hombresde confianza ahí, la hélice de un avión y un descuido lomataron.
Bullía La Habana. Daniel Santos cantaba su contribución a laRevolución Cubana:
“¡Adelante, cubanos
Que Cuba premiará nuestro heroísmo
Pues somos Soldados...Que vamos a la Patria a liberar
Limpiando con fuego
Que acabe con esa raza infernal
De dictadores insaciables
Y de tiranos indeseables
Que a Cuba han sumido en el Mal...
¡Adelante, Cubanos...
Juicios a los que masacraron durante años a los jóvenesconspiradores. Murmuraciones. “Olga Guillot, es la gran“chivata”. Delató a muchos.
Juicios. Sumarísimos. Ejecuciones. Fusilamientos.
“Yo solo cumplía órdenes”, argumentaban los antiguosverdugos.
Se aplaudía el ingenio del Comandante Castro Ruz. Su frase:
“...¿Voy bien, Camilo?
Dirigida a Camilo Cienfuegos. De los expedicionarios del Granma.De los que salieron de Tuxpan, Veracruz. Del puñado de protegidosdel General Lázaro Cárdenas. De los que se entrenaron en unahacienda mexicana.
El festejante pueblo cubano imitaba, repetía, disfrutaba:
“¿Voy bien, Camilo?”
Que se mezclaba con la voz de “El Bárbaro del Ritmo”: BennyMoré.
Y llegó el Doctor Fidel Castro Ruz al Palacio de los Deportesde La Habana. Ya atraía muchedumbres con sus dilatados discursos.Deliraba el gentío. El estudiante de la calle Ayesterán, podíahablar horas y horas. Y electrizar a su auditorio. Ya ponía enmarcha la “Operación Verdad”. Que reporteros de todo el mundollegaran a Cuba. The Globe, de Boston. Periodistas como el mexicanoJosé Paniagua Arredondo. Quizá trabajaba entonces en“Atisbos”. Propiedad de René Capistrán Garza. “PrimeroMéxico...Después México...Siempre México”. Tal el lema de“Atisbos”. José Paniagua Arredondo - gran amigo delhistoriador José Rogelio Álvarez, quien creó la Enciclopedia deMéxico- planteó a Fidel Castro:
“Y si no está usted por aliarse a Estados Unidos ni a laUnión Soviética, puede inclinarse a una Tercera Posición?
Atrajo la atención del héroe de la Sierra de Escambray, eltalento de José Paniagua Arredondo. Lo hizo quedarse muchos mesesen Cuba. Paniagua Arredondo atestiguó los primeros años de laRevolución Cubana.
Le costó trabajo al Comandante-Doctor Castro Ruz, llegar hastael micrófono en el Palacio de los Deportes de La Habana. Enormemasa humana se movía en su derredor. Apenas unos centímetros.Idolatría. Devoción. Júbilo. Esperanza.
Eduardo Ugalde Guillén contempla. Sus débiles piernasnecesitan el apoyo del bastón. Torpes pasos lo llevan hasta quedarfrente al sitio que ocupará el letrado. Fervoroso, decidido, comoel que era, al seguir los pasos de Othón Salazar y su MovimientoRevolucionario del Magisterio de los años 1957-58, Eduardo Ugaldeexije:
“¡Déjenme ver a Dios...
“¡Déjenme ver a Dios...
El adolescente se forma en la fila de los que deben exponer aFidel Castro los problemas que vive el deporte en Cuba. La pelotaocupa todos. Tierra de grandes beisbolistas...El adolescenteaguarda. La fila -la cola- se reduce. Decide echarse al piso.Repta. Usa brazos y piernas para llegar hasta debajo del escritorioen el que Fidel Castro Ruz se halla atento a quejas y sugerencias.Urde colocar la pluma atómica en un pequeño bloc y golpear conél la superficie del mueble. Una, dos, tres veces. Lo consigue.Fidel Castro lo ve. Lo mira. Él l dice:
“¡México, Comandante...México Comandante...
Y Fidel se levanta. Lo levanta. Le dice:
“Esta revolución le debe mucho a México...Nosotros estamosmuy agradecidos con México...
Alguien toma un par de fotografías. El hacedor de ECOS quetiene 19 años. Lleva un traje que le prestó su padre. Elpantalón le llega a las tetillas. Traje cruzado que confeccionóel sastre Benjamín Ramírez Mandujano. Indumentaria que secompleta con una corbata “Nudo Perfecto”, adquirida en eldesnivel de San Juan de Letrán. En el paso del simplón. Ese queconstruyó Pascual Ortíz Rubio. Camisa “Aurrerá” -etiquetaoro- y mancuernillas de obsidiana adquiridas en San JuanTeotihuacán.
Fotografía que sustrae el exnovio de Danaé Denegri.Fotografía que se recupera en 1973, cuando el adolescente ya no loes. Se desenvuelve como reportero del noticiario “24 HORAS” delLicenciado Jacobo Zabludovsky. Ya recibió consejos y oportunidadesdel reportero-escritor Luis Spota.
Años después, el 1 de Diciembre de 1988 al concluir laceremonia de toma de posesión charla con el Presidente CarlosSalinas de Gortari. Este resume:
“Me voy a Los Pinos. Daré una cena. Con Fidel Castro...
El reportero cuenta. Y concluye:
“Me gustaría poder hablar con el Comandante.
El joven Presidente decide; indica.
“A ver General -se dirige a D. Arturo Cardona- que aquíMiguel Reyes Razo le deje todos sus números telefónicos. Por sinecesitamos localizarlo a cualquier hora...
Pasan dos, tres días.
Es Don Fernando Gutiérrez Barrios quien le dice:
“Aurora Berdejo, Héctor Aguilar Camín, León García Soler yusted saldrán mañana en un reactor especial a Tuxpan. Ahíestará el Comandante Fidel Castro Ruz...
Y Don Fernando Gutiérrez estrenaba cargo: Secretario deGobernación. Y en Tuxpan el Presidente Municipal PERICLES NAMORADOURRUTIA. Y Dante Delgado Rananuro, daban la bienvendida.
El reportero pidió a su familia la histórica fotografía.Llegó Fidel Castro. Don Fernando Gutiérrez Barrios mostraba-exhibía - la gran amistad que le unía con el guerrero. Atrajo alreportero. Y FIDEL CATRO RUZ SE MIRÓ -SE DESCUBRIÓ- CON LASFACCIONES QUE TENÍA 30 AÑOS ATRÁS
Hacía mucho calor en ese Diciembre de 1988 en Tuxpan, Veracruz.Y Carlos Rafael Rodríguez -vicepresidente de Cuba- se ahogaba ensu traje de tres piezas. El chaleco lo asfixiaba. Iba al lado delescritor Gabriel García Márquez.
Don Fernando llamó al reportero. Lo presentó al Comandante.Este le mostró la fotografía primorosamente enmarcada.
La miró. Repasó sus rasgos. Tomó la pluma. La autografió.Jubiloso exclamó:
“¡Mira GRABIEL cómo éramos hace treinta años...Y los hemosvivido para que tú lo escribas!”
Treinta años.
Otros sexenios. Volvió a México. Vino el Comandante Castro Ruza la toma de posesión de otro presidente mexicano. Halló en sucamino al palco a dos reporteros. Rafael Cardona y Miguel ReyesRazo.
Se colocó en medio de ambos. Puso sus manzas sobre los hombrosde los informadores. Repartía/ dividía su atención. Paso a paso.Piso tras piso. Hasta que -varios minutos después- llegó a susitio de privilegio. El trío iba seguido por los inquietosguardaespaldas del Comandante Fidel Castro Ruz. Una mirada delhéroe los serenó, aplacó.
El encuentro dejó muy pensativo a Rafael Cardona. Losreporteros iban de regreso. Hacia la sala de prensa. Rafael Cardonarompió el silencio:
“Pues así o asá querido hermano, bien podemos afirmar quedurante un cuarto de hora tú y yo llevamos sobre nuestras espaldasa la Revolución Cubana”.
Hace 2 años el presidente Enrique Peña Nieto tuvo elprivilegio de platicar con el Comandante Fidel Castro Ruz.
Invitó a ese viaje al reportero Jacobo Zabludovsky. El maestrocargó con fotos y grabaciones. Anhelaba reencontarse con el hombreal que había entrevistado 55 años atrás.
Ya no lo consiguió. Protocolo negó la solicitud. David López,Eduardo del Río, Fernando Aguirre. Todos abogaron por JacoboZabludovsky.
En vano.
El grupo se contentó con inolvidable cena en el “Café deOriente”.
Ya es otra historia.
Aquí se contó la de una fotografía.
