Nueva York .- A menos de una semana de asumir el poder, elpresidente estadunidense Donald Trump subió de tono la amenaza deuna guerra comercial con Mexico, el tercer socio comercial másgrande de Estados Unidos.
La Casa Blanca advirtió que los Estados Unidos podría imponeruna tarifa del 20 por ciento a las importaciones mexicanas.
Esta amenaza absurda, que se mandó como propuesta para cubrirel costo del muro fronterizo, fue comunicada a solo horas de que elpresidente mexicano Enrique Peña Nieto cancelara su visita a losEstados Unidos.
La visita tenía por objetivo mejorar la relación entre ambospaíses, una relación profundamente dañada por Trump, luego deusar a los mexicanos como chivo expiatorio durante su campaña.
Pero Peña Nieto decidió que ya había escuchado demasiadoluego de que Trump expidió órdenes ejecutivas el miércoles decomenzar a juntar imigrantes ilegales y construir su murofronterizo.
El berrinche de la tarifa fue la más reciente de una lluvia dementiras, ideas de políticas peligrosas y amenazas de la CasaBlanca desde que Trump fue inaugurado el viernes pasado.
Han subrayado la impulsividad y aparente ignorancia del nuevoresidente de la Oficina Oval en cuanto a las relaciones económicasy de seguridad que sirven los intereses estadunidenses. Susconsejeros parecen poco dispuestos a controlar sus impulsos, o,como es el caso de la tarifa, desafortunados en su lucha porcalmarlos.
Es difícil saber si la animosidad que Trump ha mostrado hacialos inmigrantes, en particular los mexicanos, es sincera, o sisimplemente se dio cuenta de lo poderoso que podría ser paraatraer a los votantes insatisfechos (desilusionados) de unarecuperación económica desequilibrada y los cambios demográficosde su país.
Pero el permitir que esta idea diriga las políticas externas ycomerciales hacia México poría traer repercusiones desastrosaspara trabajadores y consumidores de ambos países, dadas lasrelaciones tan estrechas que ambas economías tienen desde queentró en efecto el Tratado de Libre Comercio de América delNorte, TLCAN, en 1994.
El TLCAN eliminó la mayoría de las tarifas y otras barrerascomerciales entre Canadá, México y Estados Unidos, creando unmercado del tamaño de un continente.
El acuerdo dio lugar a cadenas de producción para autos,aviones, y otros bienes a lo largo de ambas fronteras, creandomillones de empleos. El trabajo que tradicionalmente requiere demano de obra barata se hace en México, donde los salarios sonmenores, mientras que el diseño, ingeniería y manufacturaavanzada se hacen en Canadá o Estados Unidos.
El imponer una tarifa sobre México significaría salirse delTLCAN, algo que podría interrumpir severamente el flujo de partesy bienes a través de Norteamérica y llegar a detener laproducción en fábricas de Estados Unidos y Canadá.
También podría ocasionar escasez de frutas y verduras frescasen supermercados estadunidenses y subir el costo de muchos otrosbienes de consumo que provienen de México.
La economía mexicana, que depende enormemente del comercioestadunidense, sería devastada. Pero los dueños de negocios yempleados estadounidenses también sufrirían immediatamente lasrepercusiones.
México podría contraatacar imponiendo sus propias tarifas. Yno importa de qué manera el Congreso intente estructurar latarifa, que necesitaría legislación, de cualquier formaprobablemente violaría las regulaciones de la OrganizaciónMundial del Comercio.
Trump ha intentado utilizar el déficit comercial de EstadosUnidos con México como una manera de mostrar que los EstadosUnidos está siendo estafado.
El comercio con México -las importaciones a los Estados Unidosllegaron a $296 mil millones de dólares en 2015- le beneficia aEstados Unidos al reducir los costos y aumentar la disponibilidadde bienes como aguacates y mangos en el invierno.
Mientras que el déficit comercial con México ha resultado enpérdidas de empleos en algunas industrias (posiblemente unos 700mil empleos en los primeros 16 años), un estudio del 2014 estimaque 1.9 millones de empleos estadunidenses dependen de lasexportaciones a México.
El comercio, que aumenta salarios y la calidad de vida enMéxico, es uno de los principales motivos por los cuales laimigración ilegal desde México ha disminuido continuamente através de los años.
Mandar a la economía mexicana de picada es la forma más segurade poner en reversa esa tendencia, la cual históricamente ha sidoimpulsada por fuerzas del mercado, y ni los muros ni las vallas hanservido de impedimento.
Además, un impuesto sobre las importaciones mexicanas seríapagado por consumidores y negocios estadunidenses que compran esosbienes. Los estadunidenses pagarían por el muro, no losmexicanos.