/ martes 21 de marzo de 2017

Colosio le permitió al PRI construir un héroe contemporáneo

  • Mito favorable para el partido

Hace 23 años, el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta sacudió no solo a la clase política, sino a México entero y conmovió al mundo. Habían matado al candidato del PRI a la Presidencia de la República luego de un mitin en la colonia Lomas Taurinas en Tijuana, Baja California, un líder en ese momento que prometía un cambio en México en lo político, social y económico.

El investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Nicolás Loza Otero, señala que el desafortunado hecho de la muerte de Colosio le permitió al PRI construir un héroe contemporáneo, un mito favorable al instituto político.

Arturo Zamora Jiménez, secretario general de la CNOP, reconoce que desde Luis Donaldo Colosio y después de su muerte, los priístas no han tenido un líder político que tenga sus características y cualidades. María de los Ángeles Moreno Uriegas, expresidenta nacional del PRI, señala que el que fuera también líder nacional priísta dejó un vacío muy difícil de llenar en la política y el partido, así como en la democracia en general. “Pareciera que hubiera habido un salto y el tramo que correspondía, ya nunca se cubrió”.

El investigador de la Flacso, señala que al PRI le vendría muy bien un líder fuerte, inteligente, con la mira bien puesta en el futuro en términos de un programa de Gobierno, capaz de resolver problemas de manera moderna y progresista; en tanto el líder del sector popular del PRI señala que todas las sociedades requieren lideres pero positivos, porque hay quienes en el mundo del populismo son líderes de alto riesgo; a su vez la exdirigente nacional del CEN del PRI señala que para líderes de la talla de Colosio Murrieta hace falta educación de calidad en todos los niveles y categorías, y prepararlos para construir una mejor sociedad.

El 23 de marzo de 1994 Luis Donaldo Colosio Murrieta hacía gira proselitista por la ciudad de Tijuana como candidato del PRI a la Presidencia de la República; la colonia de Lomas Taurinas fue el escenario de su trágico desenlace. Mario Aburto Martínez le disparó en un par de ocasiones, una de las balas le impactó en la cabeza y otra en el tórax.

Siendo candidato, el 6 de marzo de 1994, en el aniversario número 65 de la fundación del PRI, Luis Donaldo Colosio pronunció un discurso que fue considerado la ruptura con el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari; 17 días después del discurso, Colosio fue asesinado.

El discurso de Colosio reconoció la labor del PRI en la construcción de las instituciones del país, pero también admitió las graves prácticas de concentración de poder, corrupción e impunidad.

Fue un mensaje dirigido a los priístas, un diagnóstico de los temas medulares del país, contenía propuestas para reformar el poder y un llamado a cerrar filas para construir un proyecto de nación.

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia, un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abusos de las autoridades o por arrogancias de las oficinas gubernamentales”. Éste es quizás uno de los fragmentos más significativos de ese memorable discurso.

Colosio Murrieta nació el 10 de febrero de 1950 en Magdalena de Kino, Sonora. Fue diputado, senador y presidente del Partido Revolucionario Institucional. Fue el primer secretario de Desarrollo Social en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y candidato a la Presidencia de México. UN GOLPE SEVERO PARA EL PRI

María de los Ángeles Moreno Uriegas, expresidenta nacional del PRI, del 3 de diciembre de 1994 al 19 de agosto de 1995, en entrevista con El Sol de México recuerda cómo vivió el PRI el asesinato de su candidato presidencial, “para nuestro Partido fue un golpe severo del que difícilmente terminaremos de recuperarnos”.

El ambiente estaba enrarecido, las acusaciones de muy diversos tipos menudeaban, la gente afuera se mostraba renuente a confiar otra vez en el PRI y las condiciones para las siguientes elecciones se tornaron mucho más complicadas.

“De hecho creo que su muerte trastocó de manera patente nuestra vida institucional, dejó sin esperanza a muchos mexicanos, y a quienes creímos en él y lo seguimos nos trastornó la vida y las posibilidades de trabajo de manera definitiva”, señala la líder priísta.

Y hace evidente su sentir, al señalar que ser presidente del PRI en esas circunstancias no solo fue triste sino también en muchos sentidos cuesta arriba. “Viví con enorme tristeza y desencanto el que nuestro amigo y candidato hubiera desaparecido. Nada sería igual sin él”, expresa.

Mario Aburto

Sobre los ideales y el legado de Luis Donaldo Colosio, María de los Ángeles Moreno asegura que sus ideas de renovación y transformación de los partidos y del Gobierno para servir mejor a la sociedad siguen y seguirán siendo vigentes. Su legado de honestidad, valor, deseos de servir y de cambios sociales para construir un mejor país, aún nos alientan.

“El cobarde y atroz homicidio nos recuerda que la sociedad Mexicana, hace mucho, optó por una vía pacífica para alcanzar reivindicaciones sociales y que alteraciones como ésta prueban que lo único que se consigue con la violencia es más violencia, dolor y daño grave para todos”, manifestó.

Aseguro que desde el asesinato del candidato presidencial, el PRI ha cambiado como parte de un esfuerzo permanente para responder mejor a las demandas sociales y afinar estrategias y propuestas para triunfar legítimamente.

Sin embargo, no todo, desde su perspectiva, ha sido para bien, pues el partido se ha alejado de la congruencia entre su ideario y sus acciones y el pragmatismo a ultranza “nos ha alejado de la trayectoria histórica de responder a las necesidades de la mayoría de la población. Nuestra alianza con obreros, campesinos y clases medias populares se ha desdibujado y el apego de los gobiernos a un modelo económico que privilegia al capital y sus ganancias, ha arrastrado al partido a una situación que hace poco clara la diferencia con partidos de corte conservador”, advierte.

Estima que para generar líderes de la talla de Luis Donaldo Colosio hace falta educación de calidad en todos los niveles y categorías; imbuir nuevamente en los niños el amor a nuestra patria, el orgullo de ser mexicanos y los valores y principios cívicos e históricos que sustenten profundamente su deseo de servir a la sociedad, alejándose de rapiña y de hurto. Se requiere una labor continua de capacitación y entrenamiento para ser servidores públicos y prepararse para construir una mejor sociedad.

COLOSIO CAMBIÓ EL MODELO DE ASAMBLEISMO

El secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) del PRI, el senador Arturo Zamora Jiménez, define a Luis Donaldo Colosio como el líder que cambió el modelo tradicional del asambleismo dentro de su partido, que logra incorporar dentro de los estatutos y programa de acción una serie de cosas que constituyen un legado para los priístas.

Él promovió la declaración de principios para que el instituto político se definiera como un partido de ciudadanos, de organizaciones sociales y de sectores; en los estatutos impulsó la afiliación individual para que no se hiciera de manera corporativa y que el voto en las asambleas fuera por delegados y no por delegaciones.

Dentro del PRI creó el Consejo Político Nacional para tomar decisiones en la generación de candidaturas a través de consultas a la base.

“Todo esto significa un gran legado que nos dejó, y ese legado sigue vigente, porque lo seguimos respetando y cumpliendo, es patrimonio del partido y es patrimonio de todos los mexicanos”, aseguró el senador por el Estado de Jalisco.

El exlíder priísta y entonces candidato a la Presidencia de la República fue víctima de un acto de violencia que todos los priístas “seguimos reprobando y que seguiremos repudiando”, lo que le impidió el que no lograra concluir un proyecto que tenía tanto para el partido como para la nación.

Recordó aquellas voces que aseguraban que con la muerte del priísta empezaría una descomposición del régimen político mexicano, apostaban a que se desencadenarían actos masivos de violencia en el país, lo que no fue así y por ello, señaló el líder del sector popular, ha sido necesario que en México se cuide a todas las figuras públicas de cualquier partido político, que reciban mayor atención, porque seguramente en aquel momento hubo descuidos, reconoció.

Se le preguntó si se corre el riesgo de que se pueda registrar otro magnicidio como el de 1994 con Luis Donaldo Colosio, su primera respuesta fue: “toco madera, no queremos que algo de esto suceda a ninguno, ni siquiera al regidor del último municipio de este país, ni a nadie que participe en el ámbito de la política”.

Insistió que como partido político reprueba y condena la violencia, y por esa razón el PRI demanda a las autoridades de todo el territorio nacional que haga su labor de prevención a favor de cualquier aspirante, de cualquier candidato, hombre o mujer, joven, grande o del tamaño que sea.

Recordó que la muerte de Colosio Murrieta no solo fue una desgracia para sus amigos, su familia, para una clase política vigente, muy fuerte, sino que dejó un vacío, se perdieron valores políticos de hombres y mujeres. Esta desgracia, añadió, también significó un daño muy fuerte a gran parte de la clase política por la incertidumbre que esto generó en su momento.

“Debemos reconocer que desde entonces a la fecha no hemos tenido un líder político que tenga las características y cualidades de Luis Donaldo Colosio. No lo hemos tenido porque los perfiles personales y las trayectorias de la clase política contemporánea también son distintas”.

Aseguró que el que fuera candidato presidencial sigue siendo punto de referencia para los priístas, un compromiso para seguir manteniendo la responsabilidad política que supone la estabilidad social, económica, la competitividad de México, la unidad de los mexicanos frente a la deportación de mexicanos que están en Estados Unidos o el muro, que rechazamos ambos.

“Todas las sociedades requieren liderazgos, pro liderazgos positivos; no nos equivoquemos, hay quienes en el mundo del populismo creen que son líderes y creo que son líderes de alto riesgo y son líderes que no contiene la positividad que demanda la sociedad hoy en día”, advirtió.

Aseguro que el PRI está hecho de liderazgos, locales, regionales y nacionales muy sólidos, y cada uno de ellos con sus propias características; el PRI, como cualquier partido político, tiene sus puertas abiertas para recibir a cualquier persona que se afilie, lo que hacemos es permitir que cualquier persona, mujer u hombre que tenga capacidad y buena intención social pueda proyectarse como liderazgo.

AL PRI LE HACE FALTA UN NUEVO LIDERAZGO

Para el investigador y profesor de la Flacso, Nicolás Loza Otero, el asesinato de Luis Donaldo Colosio evidenció la descomposición que estábamos viviendo en nuestro sistema político mexicano, en la manera en que se organizaba la sucesión presidencial por el partido en el Gobierno, los conflictos y rivalidades políticas.

Señaló que quien haya matado a Colosio, seguramente no buscaba la democratización del país, buscaba matar a Colosio y tuvo como consecuencia no buscada poner un granito de arena a los cambios que ocurrieron pocos años después en el sistema político mexicano.

Menciona que se ha insistido en que el ideario progresista de Colosio lo distanció del presidente en turno, Carlos Salinas de Gortari, y que ésa pudo haber sido la razón de su muerte.

Siendo objetivos, señaló, los discursos de distanciamiento de los candidatos a la Presidencia por el PRI respecto al presidente en turno siempre han ocurrido y en campaña destacan los problemas sociales, las carencias que experimenta la gente, las deudas gubernamentales, siempre han sucedido.

Aseguró que no hay un elemento de peso para asegurar que si Colosio hubiera sido presidente los problemas se hubieran resuelto, ni serían muy distintas las cosas como lo fueron con Zedillo, quizá pudieron haber habido diferencias.

Cuestionado sobre el hecho de que los priístas consideran al malogrado candidato presidencial como un líder y que fue el último de su clase, dijo que se ha construido un mito bastante favorable al PRI, tenía un carisma personal bastante afortunado.

Y en torno a si hay necesidad de que surja un líder para este país, dijo que sería más útil mejorar las instituciones, que funcionen como deben hacerlo para que realmente cumplan con la finalidad para las que fueron construidas, que atiendan aquello que no se está atendiendo suficientemente ahora, en lugar de un líder carismático.

Pero también reconoció que al PRI le vendría muy bien un líder con esas característica, “pero yo insistiría que en la situación normal de una democracia como la mexicana, más que hablar de un gran líder nacional, lo que podríamos tener son muchos liderazgos, algunos liderazgos partidarios y cada uno en el ámbito de su influencia para renovar o no a su propio partido”.

Aseguró que en términos de la izquierda mexicana, ese liderazgo existe sin ninguna duda en la figura de Andrés Manuel López Obrador.

También se le preguntó si existe el peligro de otro magnicidio, el investigador de la Flacso reconoció que sí existe pero no necesariamente en el figura de un candidato presidencial. Muertes importantes ya se han registrado en la persona del candidato al Gobierno de Tamaulipas o de muchos candidatos o precandidatos a presidentes municipales.

  • Mito favorable para el partido

Hace 23 años, el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta sacudió no solo a la clase política, sino a México entero y conmovió al mundo. Habían matado al candidato del PRI a la Presidencia de la República luego de un mitin en la colonia Lomas Taurinas en Tijuana, Baja California, un líder en ese momento que prometía un cambio en México en lo político, social y económico.

El investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Nicolás Loza Otero, señala que el desafortunado hecho de la muerte de Colosio le permitió al PRI construir un héroe contemporáneo, un mito favorable al instituto político.

Arturo Zamora Jiménez, secretario general de la CNOP, reconoce que desde Luis Donaldo Colosio y después de su muerte, los priístas no han tenido un líder político que tenga sus características y cualidades. María de los Ángeles Moreno Uriegas, expresidenta nacional del PRI, señala que el que fuera también líder nacional priísta dejó un vacío muy difícil de llenar en la política y el partido, así como en la democracia en general. “Pareciera que hubiera habido un salto y el tramo que correspondía, ya nunca se cubrió”.

El investigador de la Flacso, señala que al PRI le vendría muy bien un líder fuerte, inteligente, con la mira bien puesta en el futuro en términos de un programa de Gobierno, capaz de resolver problemas de manera moderna y progresista; en tanto el líder del sector popular del PRI señala que todas las sociedades requieren lideres pero positivos, porque hay quienes en el mundo del populismo son líderes de alto riesgo; a su vez la exdirigente nacional del CEN del PRI señala que para líderes de la talla de Colosio Murrieta hace falta educación de calidad en todos los niveles y categorías, y prepararlos para construir una mejor sociedad.

El 23 de marzo de 1994 Luis Donaldo Colosio Murrieta hacía gira proselitista por la ciudad de Tijuana como candidato del PRI a la Presidencia de la República; la colonia de Lomas Taurinas fue el escenario de su trágico desenlace. Mario Aburto Martínez le disparó en un par de ocasiones, una de las balas le impactó en la cabeza y otra en el tórax.

Siendo candidato, el 6 de marzo de 1994, en el aniversario número 65 de la fundación del PRI, Luis Donaldo Colosio pronunció un discurso que fue considerado la ruptura con el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari; 17 días después del discurso, Colosio fue asesinado.

El discurso de Colosio reconoció la labor del PRI en la construcción de las instituciones del país, pero también admitió las graves prácticas de concentración de poder, corrupción e impunidad.

Fue un mensaje dirigido a los priístas, un diagnóstico de los temas medulares del país, contenía propuestas para reformar el poder y un llamado a cerrar filas para construir un proyecto de nación.

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia, un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abusos de las autoridades o por arrogancias de las oficinas gubernamentales”. Éste es quizás uno de los fragmentos más significativos de ese memorable discurso.

Colosio Murrieta nació el 10 de febrero de 1950 en Magdalena de Kino, Sonora. Fue diputado, senador y presidente del Partido Revolucionario Institucional. Fue el primer secretario de Desarrollo Social en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y candidato a la Presidencia de México. UN GOLPE SEVERO PARA EL PRI

María de los Ángeles Moreno Uriegas, expresidenta nacional del PRI, del 3 de diciembre de 1994 al 19 de agosto de 1995, en entrevista con El Sol de México recuerda cómo vivió el PRI el asesinato de su candidato presidencial, “para nuestro Partido fue un golpe severo del que difícilmente terminaremos de recuperarnos”.

El ambiente estaba enrarecido, las acusaciones de muy diversos tipos menudeaban, la gente afuera se mostraba renuente a confiar otra vez en el PRI y las condiciones para las siguientes elecciones se tornaron mucho más complicadas.

“De hecho creo que su muerte trastocó de manera patente nuestra vida institucional, dejó sin esperanza a muchos mexicanos, y a quienes creímos en él y lo seguimos nos trastornó la vida y las posibilidades de trabajo de manera definitiva”, señala la líder priísta.

Y hace evidente su sentir, al señalar que ser presidente del PRI en esas circunstancias no solo fue triste sino también en muchos sentidos cuesta arriba. “Viví con enorme tristeza y desencanto el que nuestro amigo y candidato hubiera desaparecido. Nada sería igual sin él”, expresa.

Mario Aburto

Sobre los ideales y el legado de Luis Donaldo Colosio, María de los Ángeles Moreno asegura que sus ideas de renovación y transformación de los partidos y del Gobierno para servir mejor a la sociedad siguen y seguirán siendo vigentes. Su legado de honestidad, valor, deseos de servir y de cambios sociales para construir un mejor país, aún nos alientan.

“El cobarde y atroz homicidio nos recuerda que la sociedad Mexicana, hace mucho, optó por una vía pacífica para alcanzar reivindicaciones sociales y que alteraciones como ésta prueban que lo único que se consigue con la violencia es más violencia, dolor y daño grave para todos”, manifestó.

Aseguro que desde el asesinato del candidato presidencial, el PRI ha cambiado como parte de un esfuerzo permanente para responder mejor a las demandas sociales y afinar estrategias y propuestas para triunfar legítimamente.

Sin embargo, no todo, desde su perspectiva, ha sido para bien, pues el partido se ha alejado de la congruencia entre su ideario y sus acciones y el pragmatismo a ultranza “nos ha alejado de la trayectoria histórica de responder a las necesidades de la mayoría de la población. Nuestra alianza con obreros, campesinos y clases medias populares se ha desdibujado y el apego de los gobiernos a un modelo económico que privilegia al capital y sus ganancias, ha arrastrado al partido a una situación que hace poco clara la diferencia con partidos de corte conservador”, advierte.

Estima que para generar líderes de la talla de Luis Donaldo Colosio hace falta educación de calidad en todos los niveles y categorías; imbuir nuevamente en los niños el amor a nuestra patria, el orgullo de ser mexicanos y los valores y principios cívicos e históricos que sustenten profundamente su deseo de servir a la sociedad, alejándose de rapiña y de hurto. Se requiere una labor continua de capacitación y entrenamiento para ser servidores públicos y prepararse para construir una mejor sociedad.

COLOSIO CAMBIÓ EL MODELO DE ASAMBLEISMO

El secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) del PRI, el senador Arturo Zamora Jiménez, define a Luis Donaldo Colosio como el líder que cambió el modelo tradicional del asambleismo dentro de su partido, que logra incorporar dentro de los estatutos y programa de acción una serie de cosas que constituyen un legado para los priístas.

Él promovió la declaración de principios para que el instituto político se definiera como un partido de ciudadanos, de organizaciones sociales y de sectores; en los estatutos impulsó la afiliación individual para que no se hiciera de manera corporativa y que el voto en las asambleas fuera por delegados y no por delegaciones.

Dentro del PRI creó el Consejo Político Nacional para tomar decisiones en la generación de candidaturas a través de consultas a la base.

“Todo esto significa un gran legado que nos dejó, y ese legado sigue vigente, porque lo seguimos respetando y cumpliendo, es patrimonio del partido y es patrimonio de todos los mexicanos”, aseguró el senador por el Estado de Jalisco.

El exlíder priísta y entonces candidato a la Presidencia de la República fue víctima de un acto de violencia que todos los priístas “seguimos reprobando y que seguiremos repudiando”, lo que le impidió el que no lograra concluir un proyecto que tenía tanto para el partido como para la nación.

Recordó aquellas voces que aseguraban que con la muerte del priísta empezaría una descomposición del régimen político mexicano, apostaban a que se desencadenarían actos masivos de violencia en el país, lo que no fue así y por ello, señaló el líder del sector popular, ha sido necesario que en México se cuide a todas las figuras públicas de cualquier partido político, que reciban mayor atención, porque seguramente en aquel momento hubo descuidos, reconoció.

Se le preguntó si se corre el riesgo de que se pueda registrar otro magnicidio como el de 1994 con Luis Donaldo Colosio, su primera respuesta fue: “toco madera, no queremos que algo de esto suceda a ninguno, ni siquiera al regidor del último municipio de este país, ni a nadie que participe en el ámbito de la política”.

Insistió que como partido político reprueba y condena la violencia, y por esa razón el PRI demanda a las autoridades de todo el territorio nacional que haga su labor de prevención a favor de cualquier aspirante, de cualquier candidato, hombre o mujer, joven, grande o del tamaño que sea.

Recordó que la muerte de Colosio Murrieta no solo fue una desgracia para sus amigos, su familia, para una clase política vigente, muy fuerte, sino que dejó un vacío, se perdieron valores políticos de hombres y mujeres. Esta desgracia, añadió, también significó un daño muy fuerte a gran parte de la clase política por la incertidumbre que esto generó en su momento.

“Debemos reconocer que desde entonces a la fecha no hemos tenido un líder político que tenga las características y cualidades de Luis Donaldo Colosio. No lo hemos tenido porque los perfiles personales y las trayectorias de la clase política contemporánea también son distintas”.

Aseguró que el que fuera candidato presidencial sigue siendo punto de referencia para los priístas, un compromiso para seguir manteniendo la responsabilidad política que supone la estabilidad social, económica, la competitividad de México, la unidad de los mexicanos frente a la deportación de mexicanos que están en Estados Unidos o el muro, que rechazamos ambos.

“Todas las sociedades requieren liderazgos, pro liderazgos positivos; no nos equivoquemos, hay quienes en el mundo del populismo creen que son líderes y creo que son líderes de alto riesgo y son líderes que no contiene la positividad que demanda la sociedad hoy en día”, advirtió.

Aseguro que el PRI está hecho de liderazgos, locales, regionales y nacionales muy sólidos, y cada uno de ellos con sus propias características; el PRI, como cualquier partido político, tiene sus puertas abiertas para recibir a cualquier persona que se afilie, lo que hacemos es permitir que cualquier persona, mujer u hombre que tenga capacidad y buena intención social pueda proyectarse como liderazgo.

AL PRI LE HACE FALTA UN NUEVO LIDERAZGO

Para el investigador y profesor de la Flacso, Nicolás Loza Otero, el asesinato de Luis Donaldo Colosio evidenció la descomposición que estábamos viviendo en nuestro sistema político mexicano, en la manera en que se organizaba la sucesión presidencial por el partido en el Gobierno, los conflictos y rivalidades políticas.

Señaló que quien haya matado a Colosio, seguramente no buscaba la democratización del país, buscaba matar a Colosio y tuvo como consecuencia no buscada poner un granito de arena a los cambios que ocurrieron pocos años después en el sistema político mexicano.

Menciona que se ha insistido en que el ideario progresista de Colosio lo distanció del presidente en turno, Carlos Salinas de Gortari, y que ésa pudo haber sido la razón de su muerte.

Siendo objetivos, señaló, los discursos de distanciamiento de los candidatos a la Presidencia por el PRI respecto al presidente en turno siempre han ocurrido y en campaña destacan los problemas sociales, las carencias que experimenta la gente, las deudas gubernamentales, siempre han sucedido.

Aseguró que no hay un elemento de peso para asegurar que si Colosio hubiera sido presidente los problemas se hubieran resuelto, ni serían muy distintas las cosas como lo fueron con Zedillo, quizá pudieron haber habido diferencias.

Cuestionado sobre el hecho de que los priístas consideran al malogrado candidato presidencial como un líder y que fue el último de su clase, dijo que se ha construido un mito bastante favorable al PRI, tenía un carisma personal bastante afortunado.

Y en torno a si hay necesidad de que surja un líder para este país, dijo que sería más útil mejorar las instituciones, que funcionen como deben hacerlo para que realmente cumplan con la finalidad para las que fueron construidas, que atiendan aquello que no se está atendiendo suficientemente ahora, en lugar de un líder carismático.

Pero también reconoció que al PRI le vendría muy bien un líder con esas característica, “pero yo insistiría que en la situación normal de una democracia como la mexicana, más que hablar de un gran líder nacional, lo que podríamos tener son muchos liderazgos, algunos liderazgos partidarios y cada uno en el ámbito de su influencia para renovar o no a su propio partido”.

Aseguró que en términos de la izquierda mexicana, ese liderazgo existe sin ninguna duda en la figura de Andrés Manuel López Obrador.

También se le preguntó si existe el peligro de otro magnicidio, el investigador de la Flacso reconoció que sí existe pero no necesariamente en el figura de un candidato presidencial. Muertes importantes ya se han registrado en la persona del candidato al Gobierno de Tamaulipas o de muchos candidatos o precandidatos a presidentes municipales.

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