—La primera vez que entró en la sala del tribunal ayer. Se quedó allí y miró al Sr. Guzmán. ¿Lo recuerda?—, le dijo Eduardo Balarezo a Dámaso López. Le llamó la atención el respeto que mostró el colaborador, durante más de 17 años, de El Chapo. —¿Qué quiso decir con eso?—, preguntó el defensor del narcotraficante mexicano.
—Porque lo amo—, dijo sin pausa.
—¿Qué quiere decir con que lo ama?—, insistió Balarezo.
—Bueno, él es una persona, es una persona con quien tengo, de hecho pasamos muchos años juntos y tengo un especial cariño por él.
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—¿Y es amigo suyo?
—Sí.
—Al menos según usted.
—Sí.
—Quiero decir, incluso bautizó a una de sus hijas; ¿cierto?
—Sí.
—Por eso, bueno, eso es algo católico, el bautismo; ¿no?
—Sí.
—Quiero decir, ¿es su compadre?
—Sí, señor.
—Y eso significa que es co-padre de una de sus hijas.
—Soy el padrino de una de sus hijas.
—¿Qué significa ser padrino de una de sus hijas?
—Que fui su padrino en su bautismo.
—Es más que eso, porque si algo le sucediera básicamente sería como un padre para ella; ¿cierto?
—No lo sé.
—¿No sabía lo que eso significaba?
—Bueno, cada persona tiene su propia vida y cada persona en su propio lugar, pero por supuesto si ellos necesitaran mi ayuda, con mucho gusto los ayudaría.
—En casi todas las respuestas que dio en el examen directo, usted lo llamó su compadre; ¿cierto?
—Eso es correcto.
—No lo llamó Chapo o no lo llamó Rápido, no lo llamó apá. ¿Lo llamó mi compadre; en cada respuesta, mi compadre?
—Eso es correcto.
—Y este hombre que tanto ama porque pasó tanto tiempo con él, este hombre cuya hija bautizó, está testificando contra él; ¿cierto?
—Sí. Las circunstancias me han colocado en este lugar.
—Porque cuando se trata de entre él y usted, será usted; ¿cierto?
—No entendí eso.
—Bueno, es su libertad o la de él y elegir su libertad; ¿cierto?
—No. Elegí pensar en mi familia porque han quedado prácticamente a la deriva.
—Basado en las decisiones que ha tomado; decisiones no tomadas por Chapo; ¿correcto?
—Estoy aquí porque sus hijos me pusieron aquí.
—¿Los hijos de Chapo?
—Sí, señor.
—¿Por el día que envió a su hijo, El Mini Lic, a la frontera?
—Sí. Lo buscaron para matarlo.
—¿Y dónde está Mini Lic ahora?
—En Estados Unidos.
—Está vivo y cooperando con el Gobierno; ¿ no?
—Lo importante es que está vivo.
