/ martes 19 de diciembre de 2017

'Pido seguridad, esto es una porquería', clama viuda del periodista asesinado en Acayucan

Adelina Mendoza contó a la prensa local de Veracruz, que pidió a su esposo dejar en algún momento el peligroso oficio del periodismo

Yo le decía que abriéramos un restaurancito, me ayudas le dije, vamos a trabajar los dos, a mí me gusta trabajar, su mamá cocina muy rico y el chiste es que dejes eso (el periodismo) y estemos tranquilos.

Una y otra vez Adelina Mendoza le pidió a su esposo que dejara atrás el periodismo de la letra roja, para tener una vida tranquila y ver crecer a su pequeño en un modesto negocio; la esposa no esperaría que las últimas horas de su esposo fueran con su hijo en un evento navideño dentro de la primaria Rafael Aguirre Cinta.

Estoy consternada, estoy en shock todavía, no puedo creerlo, no puedo creer que haya llegado de esa manera tan cruel, haber hecho eso delante de los niños

Foto: Especial

 

Mendoza contó a medios locales de Veracruz la impotencia y el dolor de cómo fue que asesinaron a su esposo.

Vi que a la gente empezó a salir corriendo y que se aventaba desesperadamente, sale un padre de familia y le digo ¿qué pasa?, me dice, ¡acaban de matar a uno adentro! Entonces yo lo que hice, me quedé en shock y salí corriendo por la puerta trasera de la primaria de mi hijo para salirme pero vi que estaba cerrada y me refugié en un salón

 

Las ganas de contar historias violentas del periodista asesinado Gumaro Pérez Aguilando comienzan hace 15 años, en el Diario Acayucan, donde su pluma y sus ojos eran las herramientas para cubrir la fuente policiaca, en este peligroso camino profesional encontró el amor en Adelina, quienes formaron una familia que hasta este martes se fracturó.

Su esposa recuerda que a Gumaro lo conocían como "el hombre de rojo" por la razón de cubrir ese tipo notas, por el color en sus prendas y porque ya era conocido como un personaje para darle publicidad a su periódico.

Foto: Especial

 

Hace un año Adelina le pidió a su fallecido esposo que dejara el peligroso oficio periodístico para buscar otro o emprender juntos; ahora ella solo busca que se haga justicia en un país donde los periodistas fallecen por solo contar historias de muerte, corrupción e injusticias.

Pido a las autoridades que por favor hagan algo con esto, porque no se puede vivir así, ya no puede uno estar ni tranquila, ya ni en un salón de clases con sus hijos, ya llegaron a ese grado, ya se pasaron. Pido verdaderamente seguridad, que sí haya seguridad, porque esto es una porquería, no hay seguridad, esto ya es algo tan feo

 

Yo le decía que abriéramos un restaurancito, me ayudas le dije, vamos a trabajar los dos, a mí me gusta trabajar, su mamá cocina muy rico y el chiste es que dejes eso (el periodismo) y estemos tranquilos.

Una y otra vez Adelina Mendoza le pidió a su esposo que dejara atrás el periodismo de la letra roja, para tener una vida tranquila y ver crecer a su pequeño en un modesto negocio; la esposa no esperaría que las últimas horas de su esposo fueran con su hijo en un evento navideño dentro de la primaria Rafael Aguirre Cinta.

Estoy consternada, estoy en shock todavía, no puedo creerlo, no puedo creer que haya llegado de esa manera tan cruel, haber hecho eso delante de los niños

Foto: Especial

 

Mendoza contó a medios locales de Veracruz la impotencia y el dolor de cómo fue que asesinaron a su esposo.

Vi que a la gente empezó a salir corriendo y que se aventaba desesperadamente, sale un padre de familia y le digo ¿qué pasa?, me dice, ¡acaban de matar a uno adentro! Entonces yo lo que hice, me quedé en shock y salí corriendo por la puerta trasera de la primaria de mi hijo para salirme pero vi que estaba cerrada y me refugié en un salón

 

Las ganas de contar historias violentas del periodista asesinado Gumaro Pérez Aguilando comienzan hace 15 años, en el Diario Acayucan, donde su pluma y sus ojos eran las herramientas para cubrir la fuente policiaca, en este peligroso camino profesional encontró el amor en Adelina, quienes formaron una familia que hasta este martes se fracturó.

Su esposa recuerda que a Gumaro lo conocían como "el hombre de rojo" por la razón de cubrir ese tipo notas, por el color en sus prendas y porque ya era conocido como un personaje para darle publicidad a su periódico.

Foto: Especial

 

Hace un año Adelina le pidió a su fallecido esposo que dejara el peligroso oficio periodístico para buscar otro o emprender juntos; ahora ella solo busca que se haga justicia en un país donde los periodistas fallecen por solo contar historias de muerte, corrupción e injusticias.

Pido a las autoridades que por favor hagan algo con esto, porque no se puede vivir así, ya no puede uno estar ni tranquila, ya ni en un salón de clases con sus hijos, ya llegaron a ese grado, ya se pasaron. Pido verdaderamente seguridad, que sí haya seguridad, porque esto es una porquería, no hay seguridad, esto ya es algo tan feo

 

Finanzas

Sexenio de AMLO, el más endeudado de este siglo con 17 bdp

Cuando AMLO llegó a la silla presidencial en diciembre de 2018, la deuda total era de 10.55 billones de pesos

Sociedad

Mexicano sigue desaparecido tras accidente en Baltimore: SRE

El cónsul de nuestro país en Washington, Rafael Laveaga, y su equipo de protección están en contacto con las familias de los afectados

Sociedad

Tráfico en autopistas por vacaciones de Semana Santa: cuáles son las más afectadas

Los vacacionistas colapsan carreteras en inicio de Semana Santa, la México-Cuernavaca es la más afectada con 11 kilómetros de fila

Justicia

Andrés Roemer puede ser extraditado, dictamina Tribunal israelí

Andrés Roemer, excónsul general en San Francisco y embajador ante la UNESCO, está acusado de abuso sexual y violación en México

Finanzas

Bienestar, Salud y Educación, las dependencias favoritas en presupuesto 2025

De acuerdo con los Precriterios Generales de Política Económica 2025, a estas tres dependencias se les propuso un aumento conjunto de 28 mil 645.7 millones de pesos

Mundo

El papa Francisco, en silla de ruedas, lava los pies a 12 reclusas por Jueves Santo

Las presas, muchas de ellas llorando, se subieron a una plataforma y el pontífice pasó por delante de ellas, a sus pies, para lavárselos y después besarlos