Crimen "atroz, abominable, condenable el que quitó la vida al juez Uriel Villegas y a su esposa. Me apena y obliga a redoblar mi lucha por la paz y la justicia en nuestro país", juzgó el Presidente Andrés Manuel López Obrador quien de inmediato dedicó vivos elogios al leal y oportuno apoyo que las Fuerzas Armadas -Ejército, Marina Guardia Nacional- dan a este gobierno en su combate a la pandemia que provocó el coronavirus.
Gratitud que se transformó en viva emoción cuando el propio López Obrador anunció celebración -inmediata- de los 54 años de existencia del afamado Plan DN-III ideado y realizado por soldados mexicanos. "Ejército del pueblo que sirve al pueblo", definió y apreció que "más de un 80 por ciento de la población nacional aplaude, respeta y agradece a su ejército. Sabe que cuenta con él en casos de emergencia".
López Obrador discurseaba en Puebla. En la flamante Escuela de Sargentos. Tres años atrás se inauguró. En su auditorio ocurrió la conferencia "mañanera". La escenografía exigió esfuerzo al gobernador de Puebla.
Don Miguel Barbosa no estaba de buen humor. Mostró su enfado, molestia y descontento desde la hora y punto en que el Presidente López Obrador le cedió sitio e informara sobre seguridad -y otros temas- en el estado de Puebla.
Pasó por encima del protocolo y los buenos modales políticos el señor gobernador Barbosa. Evitó pronunciar el nombre completo del Presidente del República: " Señor López Obrador", produjo. Y con gesto de profundo malestar farfullo fres y oraciones inconexas. Cifras secas. Hechos sin relieve. Desdén, aburrimiento, fastidio impregnaron su intervención. No leyó ni una cuartilla. Quizá sufre mucho al estar de pie. Su equilibrio es precario. Debe apoyarse en un bastón. Necesita el auxilio de un ayudante. Un apoyante.
El Presidente López Obrador aprovechó su sesión de respuestas para establecer que "yo no quiero dar ni propiciar ningún espectáculo. Es evidente que entre el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro y yo hay diferencias. Desde luego yo no admito que se vulnere la investidura presidencial. El gobernador de Jalisco cometió grave yerro al atribuirme maniobras para alterar la vida política jalisciense. Vamos a esperar que las cosas se calmen", dijo e hizo ademán de quien procura aplacar aguas salidas de madre.
Como lo hizo el Presidente López Obrador, la abogada Olga Sánchez Cordero -Secretaria de Gobernación- manifestó su "consternación" por el asesinato del juez federal Uriel Villegas. "Le mataron porque cumplía su deber", resumió el brillante señor quien reveló que "tuve muy buen trato con Uriel Villegas en los años que compartimos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación".
López Obrador rechazó dar o reconocer rango de "reto o desafío a la autoridad el crimen que segó las vidas del juez Villegas Ortíz y su esposa ". "Ya tengo información -soltó López Obrador- que no debo revelar. El caso está en la esfera de Alejandro Gertz Manero. Él es una persona de primera. Honesto, incorruptible, eficaz. Le tengo mucha confianza. Gertz hace su trabajo muy bien. Y así ayuda a mi gobierno. Gertz me apoya
La pandemia -antes crisis sanitaria pasajera en concepto y discurso de López Obrador- hizo que la conferencia presidencial derivar hacia el tema del avión presidencial. Sí. Ayer reapareció. El TP-01 . Fue López Obrador quien lo trajo a colación. "Continúa el proceso de rifarlo -refirió. Los 2,000 millones que se obtendrán se destinarán a Salud. Equipar hospitales, remozarlos, a contratar - en plan definitivo- a los miles que se atrajeron para enfrentar la pandemia. Y, desde luego que tomará cuerpo aumentar hasta 20 mil el número de médicos que se especialicen aquí. Y los miles que recibirán beca para perfeccionar su saber en el extranjero.
"Esta pandemia -revisó- nos deja buenas lecciones. La Salud es primero. No nos volverá ocurrir lo que ahora vivimos. 30,000 mexicanos e perfeccionarán en el extranjero. Buen legado de la 4T al pueblo de México.
De la "mañanera" del Presidente López Obrador en Puebla.
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