México registró el mes de mayo dos mil 833 víctimas de homicidio doloso, lo que representa 10.9 por ciento más de las contabilizadas en el mes previo, aunque 5.5 por ciento menos de las registradas en mayo del año anterior, indican los datos actualizados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Mientras tanto, el mes pasado cerró con 77 víctimas de feminicidio, 6.1 por ciento menos que las contabilizadas en abril y 30 por ciento menos de las registradas en mayo de 2021.
Según las cifras más recientes del Secretariado, en los primeros tres años y cinco meses de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (enero de 2019 a mayo de 2022) se han registrado 115 mil 299 víctimas de homicidio doloso y tres mil 362 de feminicidio, es decir, 118 mil 661 muertes violentas.
El número de víctimas mortales se acerca a los 121 mil 616 asesinatos cometidos en todo el sexenio de Felipe Calderón (2007-2012), según el conteo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Debido a que el SESNSP comenzó a contabilizar víctimas de delitos a partir de 2015 (antes sólo registraba carpetas de investigación), no es posible tener un referente de años previos con la misma fuente. Las cifras más cercanas para hacer un comparativo son las estadísticas de mortalidad que publica el Inegi, basadas en certificados y actas de defunción.
La comparación entre ambas fuentes indica que dentro de poco la actual administración superará los asesinatos perpetrados durante todo el calderonismo, cuando se declaró la llamada guerra contra el narcotráfico.
Juan Manuel Aguilar, investigador y especialista en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, A.C. (Casede), recordó que en los últimos sexenios, desde Felipe Calderón, cada gobierno ha superado las cifras de violencia y las cifras de homicidios respecto de sus antecesores.
“Lo hizo Enrique Peña Nieto en su momento. Lo hizo también, por supuesto, Felipe Calderón, con la parte del tema de la guerra contra el narco. Pero creo que aquí es un punto sensible que en el presidente (López Obrador) tendría que causar una reflexión y la reorientación de su estrategia de seguridad”, dijo Aguilar.
Agregó que una vez que el gobierno de la Cuatroté supere la cifra total de homicidios que hubo con Enrique Peña Nieto se transformará en el sexenio más violento de la historia.
GOBIERNO DEFIENDE SU ESTRATEGIA
Al presentar el reporte mensual de seguridad, la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, defendió la estrategia que ha implementado el gobierno de López Obrador para hacer frente a la violencia.
“Hoy se trabaja con estrategia, con inteligencia y con acciones concretas para dar tiros de precisión a las estructuras criminales. Estamos en el camino correcto en el que se considera cero impunidad y cero corrupción”, afirmó ayer la funcionaria federal.
“En relación con el homicidio doloso, aumentó entre el pasado mes de abril y mayo; sin embargo, este mayo de 2022 es el más bajo desde hace cinco años”, destacó durante la conferencia mañanera desde Palacio Nacional.
Las cifras del Secretariado, sin embargo, indican también que en el último mes crecieron la extorsión (7.5 por ciento), el robo a casa habitación (4.3 por ciento), el robo de vehículo automotor (6.1 por ciento), el robo a transeúnte (6.6 por ciento), la violencia familiar (14.1 por ciento), la trata de personas (16.4 por ciento) y el narcomenudeo (1.7 por ciento). El secuestro se mantuvo sin cambios.
Por estados, Colima, Baja California, Morelos, Zacatecas, Sonora, Chihuahua, Guanajuato y Michoacán tuvieron las mayores tasas de homicidio dolosos, superando la media nacional de 2.2 casos por cada 100 mil habitantes.
Para Juan Manuel Aguilar, el gobierno de López Obrador no ha trazado una política de focalización de violencia. Tampoco existe un combate frontal a los grupos del crimen organizado ni una estrategia para el decomiso y control de armas ilegales provenientes de Estados Unidos.
Aunque el especialista consideró que se han hecho operativos relativamente exitosos en algunas zonas con altos niveles de incidencia delictiva y presencia del crimen organizado, “no van enfocados a una estrategia para poder recuperar y poder tejer el capital social de las comunidades”.
Con información de Javier Divany
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