Algunos buenos, otros malos, nuestros policías no son muy distintos al ciudadano de a pie. Según el INEGI, las personas encargadas de nuestra seguridad son mayoritariamente hombres de familia con un nivel de estudios máximo de preparatoria, que sólo hablan español y deben realizar otra tarea para percibir ingresos, pues su paga no les alcanza para el esparcimiento o el ahorro.