El presidente López Obrador ha reiterado que no desea que su gobierno se comprometa aún más con préstamos de organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, a pesar de que su gobierno está necesitado de recursos para combatir las secuelas económicas del Covid-19. Mientras que en 2007 la deuda del gobierno federal con estos organismos representaba el 0.6% del PIB nacional, ésta escaló hasta el 2.2% en 2018. En 2019 se redujo al 2.1%.