En septiembre de 2017 la vida de Alma cambió en su totalidad, se enteró que el cáncer de mama había invadido su seno derecho.
En México tres de cada 10 mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama, la incidencia de tumores malignos de este tipo se observa a partir de los 25 años en adelante.
Después de una autoexploración, una mastografía, una segunda opinión, precios exorbitantes y muchas dudas, llegó un mes después a la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam).
Ahí, presentó la placa que le habían tomado con anterioridad y para confirmar la presencia de células cancerígenas, le realizaron una biopsia, procedimiento en el que se retira un fragmento de tejido del área sospechosa. Después de catorce días de espera, Alma fue citada a las instalaciones de Santa Úrsula Coapa para que le leyeran el diagnóstico: cáncer de mama, le dijeron.
Luego que diez oncólogos revisaran el caso, llegaron a la conclusión de que el mejor tratamiento para erradicar el cáncer de su cuerpo era extirparle el seno, pues el tumor era muy grande, le explicaron.
“La vida te da una sacudida cuando te enteras de que tienes cáncer”, dice Alma con la voz entrecortada, “no tenía opción, tuve que aceptar la cirugía”, agrega.
A pesar de su temor, la economía y sus dudas, con el impulso de su marido, Alma entró a quirófano el 27 de diciembre de 2017.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los estados con mayor incidencia son Colima (101.08), Campeche (97.60) y Aguascalientes (98.85). Las mujeres de 65 años y más son las más afectadas por tumor maligno con 68 casos en cada cien mil habitantes.
En cuanto a la mortalidad, la incidencia por tumor maligno de mama es de 15 defunciones por cada cien mil mujeres de 20 años y más; Chihuahua es la entidad con la tasa más alta con 25.91 defunciones por cada cien mil mujeres, mientras que Campeche tiene la tasa más baja con 5.86 defunciones por cada cien mil mujeres.
En entrevista con El Sol de México, la oncóloga Jennifer Vanessa Ramírez dijo que a diferencia de otros tipos de cáncer, el de mama es de los que puede ser prevenido si es detectado en etapas tempranas.
Por ello, "se pide a todas las mujeres sean constantes en la autoexploración, si tienen algún tipo de malestar acudan al médico, pues la prevención temprana puede salvar vidas", destacó.
Agregó que la detección oportuna, posibilita una sobrevida de más de cinco años en la mayoría de las pacientes.
“En México, el 70 por ciento de los casos diagnosticados de cáncer de mama son en etapas avanzadas, cada mes que se retrasa la atención médica se incrementa el 1.8 por ciento la probabilidad de llegar en una edad avanzada”, explicó la doctora María del Mar García, gerente de Enlace Médico Oncología de Roche México.
Según datos del sistema de salud pública se tienen 700 mastógrafos a nivel nacional, estos se realizan principalmente en la Ciudad de México (29.7 por ciento), Veracruz (6.7 por ciento) y Nuevo León (6.3 por ciento).
Entre los factores de riesgo, se encuentran: antecedentes de un familiar con cáncer de mama, el uso excesivo de alcohol y tabaco, tener el primer hijo después de los 30 años, en su defecto, no haber tenido hijos, tomar hormonas para la menopausia, y la obesidad.
Respecto a los tratamientos a los que se someten los pacientes, Vanessa Ramírez aseveró que depende del nivel de la enfermedad, las características del paciente y la etapa en la que se encuentra, el médico a cargo elegirá el tratamiento idóneo para el paciente.
Entre los tratamientos que existen, se encuentran: el Quirúrgico, la Radioterapia, que es un tratamiento con rayos o partículas de alta energía que destruyen las células cancerosas; Quimioterapia, es un tratamiento con medicamentos contra el cáncer que se puede administrado por vía intravenosa o vía oral; Paliativo, tiene la finalidad de aliviar los síntomas de los pacientes en los cuales no se espera que cure la enfermedad, o que existe una respuesta parcial al tratamiento.
Dos años después de lo que Alma vio como una tragedia, agradece la detección temprana, añade que en estos casos, lo mejor es la prevención pues a ella, eso le salvó la vida y ahora eso le permite vivir una vida “medianamente normal”, pues sigue yendo continuamente a revisiones médicas, al menos cada seis meses, come verduras verdes, dejó fuera de su cuerpo el refresco, la carne roja, dice que su secreto es alimentarse mejor y ser productiva.
“Verte mutilada deprime”, dijo Alma en voz baja, agrega que verse al espejo y no ver una parte de su cuerpo es difícil, pues el camino para aceptarse a veces duele, entristece, deprime. Sin embargo añadió que ser una sobreviviente de aquella enfermedad que aqueja a tantas mujeres en México, la hace sentir valiente, fuerte y feliz.
En el trayecto caminado después de noviembre de 2017, Alma asintió que estar al filo de la muerte la hizo ser “más tolerante, más tranquila y menos histérica”.
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