/ domingo 8 de agosto de 2021

Disputan el control de las propinas en sitios turísticos

Los trabajadores de hoteles y parques temáticos de Quintana Roo reciben sus propinas a través de empresas pagadoras propiedad de la CTM

CANCÚN. Extrabajadores de hoteles y parques temáticos de Quintana Roo acusan que la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) se quedan con una parte de las propinas que reciben de los turistas a través de un esquema en el que los delegados primero las “ordeñan” y luego el sindicato les aplica descuentos al pagárselas.

Las propinas representan entre 70 y 80 por ciento de los ingresos de los trabajadores turísticos de Quintana Roo, en donde operan más de 300 hoteles que reciben entre 500 mil y un millón de pesos semanales de propinas dependiendo del número de cuartos y categoría de los establecimientos. Los más lujosos, los de categoría cinco diamantes, llegan a recaudar hasta 2.5 millones de pesos a la semana en donativos al trabajador.

Actualmente hay una guerra abierta entre la CTM y la CROC por el control de los contratos colectivos de trabajo en varios hoteles, principalmente la cadena Hard Rock, operada por la empresa RCD Hotels, propiedad del empresario Roberto Chapur y como parte central de esta pugna, de acuerdo con los extrabajadores consultados, está el control de las millonarias propinas.

Una investigación de El Sol de México revela cómo los sindicatos crearon un mecanismo para “rasurar” la propina antes de ser repartida entre los trabajadores y las comisiones que les retienen al momento de que el sindicato se las da.

Normalmente al turista que viaja con un plan Todo Incluido, se le cobra en su reservación el hospedaje y la propina. El hotel recauda o retiene esta comisión y cada semana la entrega al delegado del sindicato con el que tiene el Contrato Colectivo de Trabajo, quien normalmente es un trabajador del hotel. Este dinero se entrega en efectivo, en maletas o bolsas, sin que pase por alguna institución bancaria o registro fiscal.

De acuerdo con exdelegados sindicales, el encargado de entregar el dinero de las propinas al sindicato lo “ordeña” de manera que el monto a repartir entre los trabajadores es menor. Además, el sindicato dispersa las propinas a los empleados a través de una empresa pagadora de su propiedad, la cual cobra varias comisiones y hace descuentos que pueden superar los tres mil pesos.

En los recibos de los empleados hoteleros se puede apreciar que los sindicatos les cargan el tres por ciento por cuota sindical, cinco por ciento por manejo de cuenta de sus propinas, además, les retienen la inscripción sindical, seguro de vida sindical, fondo de ahorro, alimentos, Infonavit, seguro de vivienda, vales de despensa y otros descuentos, rubro que tiene el monto más alto de retención.

Esta historia es parte de una denuncia colectiva de exdelegados de hoteles afiliados a la CROC que fueron despedidos de sus centros de trabajo por no prestarse al descuento de propinas. Los denunciantes se reservaron el anonimato porque están bajo amenaza, además de que fueron boletinados para que otros hoteles no les den trabajo.

Acusan que hay casos en que algunos delegados se han negado a ordeñar las propinas y han pagado las consecuencias; uno de ellos sufrió fractura de costillas y otro fractura de un brazo tras recibir golpizas como intimidación.

También contaron sobre casos como el de Narda N, una delegada que tuvo que huir hacia Estados Unidos porque fue baleada en su automóvil, y otro caso, el de Noé Crespo, exdelegado del hotel Iberostar que se exilió a Canadá por las amenazas recibidas.

Sólo en el hotel Xcaret México, por ejemplo, han despedido a 14 delegados desde junio del 2020 y en el hotel Paradisus, de mil habitaciones, también han despedido a media docena de delegados y trabajadores.

Apenas en julio pasado, decenas de mujeres trabajadoras del exclusivo hotel Xcaret Arte se manifestaron en contra de la CROC y dueños del hotel por el “robo” de sus propinas y las extensas jornadas de trabajo de las que no se pagan horas extra.

Los trabajadores en su mayoría mujeres del área de limpieza y camaristas, externaron su inconformidad al señalar que son explotadas y no hay quien las defienda, ya que su sindicato trabaja en complicidad con los dueños del hotel.

Enumeraron las arbitrariedades que sufren y la violación a sus derechos laborales, incluso acusaron que son amenazadas, algunas veces encerradas en un cuarto como castigo si se rebelan o expresan sus inconformidades.

Las empleadas, manifestaron que entran a la laborar a las 7:00 de la mañana y las hacen salir hasta las 9 o 10 de la noche, a veces hasta las 11.00.

Denunciaron que el costo más económico de una habitación en este lujoso hotel es de 15 mil 680 pesos por noche, como para que no le paguen sus propinas y sus horas extras.

Derivado de esta protesta, alrededor de 70 trabajadores fueron despedidos sin que hubiera una negociación sindical de por medio.

Se buscó la postura de Martín de la Cruz, secretario general de la CROC en Quintana Roo, y a Luis Toribio Clavel, delegado de hoteles de la CTM, pero al cierre de la edición, ninguno dio un pronunciamiento. El líder estatal de la CTM, José Isidro Santamaría, está detenido desde 2019 por el delito de trata de personas.

LA GUERRA POR LOS CONTRATOS COLECTIVOS

La CROC le ha declarado la guerra a la CTM por los contratos colectivos de sus hoteles y ello ha dado lugar a una escalada de violencia en la que se han presentado desde golpizas, hasta ataques con armas de fuego.

El tamaño del negocio va en proporción del número de hoteles que opera cada sindicato, número de cuartos, de empleados y categoría. En Quintana Roo hay más de 300 mil trabajadores que trabajan directamente en la hotelería y en la industria gastronómica.

El 90 por ciento de los hoteles del estado operan bajo el sistema todo incluido y son los que retienen la propina al huésped directamente en la reservación.

De acuerdo con el artículo 346 y 347 de la Ley Federal del Trabajo las propinas percibidas por los trabajadores en hoteles, casas de asistencia, restaurantes, bares y otros establecimientos, son parte del salario del trabajador y debe ser destinada única y exclusivamente al personal que sea parte de la cadena de servicios.

Desde hace dos años, la CROC ha comenzado a disputarle a la CTM algunos contratos colectivos de sus hoteles, el caso más emblemático es el de la cadena Hard Rock en Cancún, Riviera Maya y Los Cabos, Baja California Sur.

Los croquistas han realizado manifestaciones públicas para exigir que se realicen votaciones entre los trabajadores para que escojan su representación, sin embargo, algunas movilizaciones han sido violentas, principalmente en la sede de Los Cabos en donde los simpatizantes de la CROC han agredido a empleados y realizado destrozos en el hotel.

Tanto en Quintana Roo como en Baja California Sur, las autoridades de la Secretaría del Trabajo y las Junta Local de Conciliación y Arbitraje han intervenido para frenar la violencia, como la del domingo pasado, cuando el delegado de la CTM del Hard Rock en Los Cabos sufrió un ataque en el que presuntos croquistas quemaron su vehículo.

La autoridad fijó para el próximo 15 de agosto la votación de los trabajadores en la que elegirán que sindicato quieren que los represente

PRÁCTICA ILEGAL

Consultados sobre esta práctica de repartir las propinas de sus trabajadores a través de los sindicatos, Grupo Vidanta, una de las cadenas hoteleras más grandes e importantes de México, señaló que su hotel en la Riviera Maya paga directamente las propinas a sus trabajadores.

“En estricto apego a las mejores prácticas del sector, Vidanta Riviera Maya no reparte las propinas por medio de ningún sindicato, siempre lo ha hecho y lo continúa haciendo directamente con sus colaboradores,”, dijo en un comunicado.

Héctor de la Cruz, especialista en Derecho Laboral del despacho De la Vega & Martínez Rojas, señaló que es ilegal que los sindicatos sean intermediarios en la repartición de las propinas.

“En términos de ley las propinas forman parte del salario de los trabajadores de hoteles, restaurantes, bares, etc. Siendo el producto de su trabajo, ningún tercero puede intervenir”, dijo.

Aclaró que la razón de existir del sindicato es la defensa de los intereses de sus agremiados, por lo que ser intermediario en el reparto de propinas para decidir a quien le toca más o menos e incluso quedarse con parte de las mismas, no tiene nada que ver con sus objetivos y por el contrario, atenta contra el derecho del trabajador de recibir un ingreso digno.

Añadió que la propina, al ser una cantidad que el cliente entrega de manera voluntaria como agradecimiento por un servicio no está sujeta a revisión alguna.

“Ni el patrón ni el sindicato pueden administrar o retener esos recursos; aún en el caso de los pagos con tarjeta el patrón debe entregar la totalidad de la propina al trabajador. En caso que el trabajador reciba menos propinas de lo que le corresponde, tiene todo el derecho de acudir ante la Procuraduría de la Defensa del Trabajo de su localidad y reclamar el pago completo ya que se está afectando su salario”.

Dijo también que centrales como CROC y la CTM generan miedo al boletinar a los trabajadores que reclaman sus derechos para que no sean contratados en otras empresas, pero no es algo ilegal.

“Desafortunadamente esta práctica que se conoce como poner en el índice a los trabajadores sigue siendo utilizada, y con eso los patrones y sindicatos mantienen el control generando miedo a no poder encontrar otro trabajo, sin embargo esto jamás ha sido lícito”


De la Cruz concluyó señalando que aunque el T-MEC no contempla de manera particular a los trabajadores de la industria turística, a diferencia de los de las armadoras automotrices a quienes sí brinda protección, “el tratado con EU y Canadá contiene principios generales de respeto a los derechos laborales, y estos a su vez tienen otras fuentes como los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la nueva Ley Federal del Trabajo, esta última que señala claramente la libertad que tiene el trabajador de exigir cuentas a su sindicato, de no pagar cuotas sindicales si no está de acuerdo, de permanecer o cambiar de sindicato o incluso no tenerlo”.

Dijo que en su opinión, el marco jurídico para evitar estas prácticas está puesto, “sólo hay que usarlo”. Con información de Bertha Becerra

CANCÚN. Extrabajadores de hoteles y parques temáticos de Quintana Roo acusan que la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) se quedan con una parte de las propinas que reciben de los turistas a través de un esquema en el que los delegados primero las “ordeñan” y luego el sindicato les aplica descuentos al pagárselas.

Las propinas representan entre 70 y 80 por ciento de los ingresos de los trabajadores turísticos de Quintana Roo, en donde operan más de 300 hoteles que reciben entre 500 mil y un millón de pesos semanales de propinas dependiendo del número de cuartos y categoría de los establecimientos. Los más lujosos, los de categoría cinco diamantes, llegan a recaudar hasta 2.5 millones de pesos a la semana en donativos al trabajador.

Actualmente hay una guerra abierta entre la CTM y la CROC por el control de los contratos colectivos de trabajo en varios hoteles, principalmente la cadena Hard Rock, operada por la empresa RCD Hotels, propiedad del empresario Roberto Chapur y como parte central de esta pugna, de acuerdo con los extrabajadores consultados, está el control de las millonarias propinas.

Una investigación de El Sol de México revela cómo los sindicatos crearon un mecanismo para “rasurar” la propina antes de ser repartida entre los trabajadores y las comisiones que les retienen al momento de que el sindicato se las da.

Normalmente al turista que viaja con un plan Todo Incluido, se le cobra en su reservación el hospedaje y la propina. El hotel recauda o retiene esta comisión y cada semana la entrega al delegado del sindicato con el que tiene el Contrato Colectivo de Trabajo, quien normalmente es un trabajador del hotel. Este dinero se entrega en efectivo, en maletas o bolsas, sin que pase por alguna institución bancaria o registro fiscal.

De acuerdo con exdelegados sindicales, el encargado de entregar el dinero de las propinas al sindicato lo “ordeña” de manera que el monto a repartir entre los trabajadores es menor. Además, el sindicato dispersa las propinas a los empleados a través de una empresa pagadora de su propiedad, la cual cobra varias comisiones y hace descuentos que pueden superar los tres mil pesos.

En los recibos de los empleados hoteleros se puede apreciar que los sindicatos les cargan el tres por ciento por cuota sindical, cinco por ciento por manejo de cuenta de sus propinas, además, les retienen la inscripción sindical, seguro de vida sindical, fondo de ahorro, alimentos, Infonavit, seguro de vivienda, vales de despensa y otros descuentos, rubro que tiene el monto más alto de retención.

Esta historia es parte de una denuncia colectiva de exdelegados de hoteles afiliados a la CROC que fueron despedidos de sus centros de trabajo por no prestarse al descuento de propinas. Los denunciantes se reservaron el anonimato porque están bajo amenaza, además de que fueron boletinados para que otros hoteles no les den trabajo.

Acusan que hay casos en que algunos delegados se han negado a ordeñar las propinas y han pagado las consecuencias; uno de ellos sufrió fractura de costillas y otro fractura de un brazo tras recibir golpizas como intimidación.

También contaron sobre casos como el de Narda N, una delegada que tuvo que huir hacia Estados Unidos porque fue baleada en su automóvil, y otro caso, el de Noé Crespo, exdelegado del hotel Iberostar que se exilió a Canadá por las amenazas recibidas.

Sólo en el hotel Xcaret México, por ejemplo, han despedido a 14 delegados desde junio del 2020 y en el hotel Paradisus, de mil habitaciones, también han despedido a media docena de delegados y trabajadores.

Apenas en julio pasado, decenas de mujeres trabajadoras del exclusivo hotel Xcaret Arte se manifestaron en contra de la CROC y dueños del hotel por el “robo” de sus propinas y las extensas jornadas de trabajo de las que no se pagan horas extra.

Los trabajadores en su mayoría mujeres del área de limpieza y camaristas, externaron su inconformidad al señalar que son explotadas y no hay quien las defienda, ya que su sindicato trabaja en complicidad con los dueños del hotel.

Enumeraron las arbitrariedades que sufren y la violación a sus derechos laborales, incluso acusaron que son amenazadas, algunas veces encerradas en un cuarto como castigo si se rebelan o expresan sus inconformidades.

Las empleadas, manifestaron que entran a la laborar a las 7:00 de la mañana y las hacen salir hasta las 9 o 10 de la noche, a veces hasta las 11.00.

Denunciaron que el costo más económico de una habitación en este lujoso hotel es de 15 mil 680 pesos por noche, como para que no le paguen sus propinas y sus horas extras.

Derivado de esta protesta, alrededor de 70 trabajadores fueron despedidos sin que hubiera una negociación sindical de por medio.

Se buscó la postura de Martín de la Cruz, secretario general de la CROC en Quintana Roo, y a Luis Toribio Clavel, delegado de hoteles de la CTM, pero al cierre de la edición, ninguno dio un pronunciamiento. El líder estatal de la CTM, José Isidro Santamaría, está detenido desde 2019 por el delito de trata de personas.

LA GUERRA POR LOS CONTRATOS COLECTIVOS

La CROC le ha declarado la guerra a la CTM por los contratos colectivos de sus hoteles y ello ha dado lugar a una escalada de violencia en la que se han presentado desde golpizas, hasta ataques con armas de fuego.

El tamaño del negocio va en proporción del número de hoteles que opera cada sindicato, número de cuartos, de empleados y categoría. En Quintana Roo hay más de 300 mil trabajadores que trabajan directamente en la hotelería y en la industria gastronómica.

El 90 por ciento de los hoteles del estado operan bajo el sistema todo incluido y son los que retienen la propina al huésped directamente en la reservación.

De acuerdo con el artículo 346 y 347 de la Ley Federal del Trabajo las propinas percibidas por los trabajadores en hoteles, casas de asistencia, restaurantes, bares y otros establecimientos, son parte del salario del trabajador y debe ser destinada única y exclusivamente al personal que sea parte de la cadena de servicios.

Desde hace dos años, la CROC ha comenzado a disputarle a la CTM algunos contratos colectivos de sus hoteles, el caso más emblemático es el de la cadena Hard Rock en Cancún, Riviera Maya y Los Cabos, Baja California Sur.

Los croquistas han realizado manifestaciones públicas para exigir que se realicen votaciones entre los trabajadores para que escojan su representación, sin embargo, algunas movilizaciones han sido violentas, principalmente en la sede de Los Cabos en donde los simpatizantes de la CROC han agredido a empleados y realizado destrozos en el hotel.

Tanto en Quintana Roo como en Baja California Sur, las autoridades de la Secretaría del Trabajo y las Junta Local de Conciliación y Arbitraje han intervenido para frenar la violencia, como la del domingo pasado, cuando el delegado de la CTM del Hard Rock en Los Cabos sufrió un ataque en el que presuntos croquistas quemaron su vehículo.

La autoridad fijó para el próximo 15 de agosto la votación de los trabajadores en la que elegirán que sindicato quieren que los represente

PRÁCTICA ILEGAL

Consultados sobre esta práctica de repartir las propinas de sus trabajadores a través de los sindicatos, Grupo Vidanta, una de las cadenas hoteleras más grandes e importantes de México, señaló que su hotel en la Riviera Maya paga directamente las propinas a sus trabajadores.

“En estricto apego a las mejores prácticas del sector, Vidanta Riviera Maya no reparte las propinas por medio de ningún sindicato, siempre lo ha hecho y lo continúa haciendo directamente con sus colaboradores,”, dijo en un comunicado.

Héctor de la Cruz, especialista en Derecho Laboral del despacho De la Vega & Martínez Rojas, señaló que es ilegal que los sindicatos sean intermediarios en la repartición de las propinas.

“En términos de ley las propinas forman parte del salario de los trabajadores de hoteles, restaurantes, bares, etc. Siendo el producto de su trabajo, ningún tercero puede intervenir”, dijo.

Aclaró que la razón de existir del sindicato es la defensa de los intereses de sus agremiados, por lo que ser intermediario en el reparto de propinas para decidir a quien le toca más o menos e incluso quedarse con parte de las mismas, no tiene nada que ver con sus objetivos y por el contrario, atenta contra el derecho del trabajador de recibir un ingreso digno.

Añadió que la propina, al ser una cantidad que el cliente entrega de manera voluntaria como agradecimiento por un servicio no está sujeta a revisión alguna.

“Ni el patrón ni el sindicato pueden administrar o retener esos recursos; aún en el caso de los pagos con tarjeta el patrón debe entregar la totalidad de la propina al trabajador. En caso que el trabajador reciba menos propinas de lo que le corresponde, tiene todo el derecho de acudir ante la Procuraduría de la Defensa del Trabajo de su localidad y reclamar el pago completo ya que se está afectando su salario”.

Dijo también que centrales como CROC y la CTM generan miedo al boletinar a los trabajadores que reclaman sus derechos para que no sean contratados en otras empresas, pero no es algo ilegal.

“Desafortunadamente esta práctica que se conoce como poner en el índice a los trabajadores sigue siendo utilizada, y con eso los patrones y sindicatos mantienen el control generando miedo a no poder encontrar otro trabajo, sin embargo esto jamás ha sido lícito”


De la Cruz concluyó señalando que aunque el T-MEC no contempla de manera particular a los trabajadores de la industria turística, a diferencia de los de las armadoras automotrices a quienes sí brinda protección, “el tratado con EU y Canadá contiene principios generales de respeto a los derechos laborales, y estos a su vez tienen otras fuentes como los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la nueva Ley Federal del Trabajo, esta última que señala claramente la libertad que tiene el trabajador de exigir cuentas a su sindicato, de no pagar cuotas sindicales si no está de acuerdo, de permanecer o cambiar de sindicato o incluso no tenerlo”.

Dijo que en su opinión, el marco jurídico para evitar estas prácticas está puesto, “sólo hay que usarlo”. Con información de Bertha Becerra

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