“Cuando los abogados de la CNDH nos dijeron que debíamos regresar a San Luis Potosí a continuar el trámite de la denuncia por la violación que sufrió mi hija de cuatro años por parte de autoridades del colegio donde estudiaba, no pude más y explote…. Me encadené en la silla y ahí comenzó todo…. Ya no estaba dispuesta a permitir que me siguieran ignorando y dando largar… para que me regreso a mi Estado, si ahí solo recibo amenazas de muerte”.
Es el testimonio de Marcela Alemán, madre de una menor que hace tres años fue abusada sexualmente por personal del colegio donde estudiaba donde además la prostituían y tomaban fotos para ofrecerla por internet.
En entrevista a El sol de México, señala que aunque la Ombusman Rosario Ibarra se ofreció ayudarla, lo cierto es que la desarticulación entre autoridades de los tres niveles ha hecho que al igual que ella, cientos de mujeres que buscan justicia para sus hijas, no puedan acceder a la justicia.
Identificada como la mujer que inicio el movimiento que derivó en la toma de las instalaciones de la CNDH por grupos feministas que piden justicia para niñas y mujeres violentadas, Marcela cuenta que el 3 de septiembre tras una reunión con Piedra Ibarra, se ató a la silla. “mi petición era de justicia y que se me apoyara, porque necesito proteger a mis hijas, ya grite en la desesperación y no puedo permitir que las violadoras estén libres y hasta pidiendo reparación del daño al Estado, porque el gobierno ha sido omiso y el Estado pisoteo los derechos de mi hija”.
En 2017, su hija de cuatro años, su hija fue violada por dos personas que identifica como María Teresa de Jesús Rodríguez Galván, alias “Tete” e Ivette del Carmen, quiénes a pesar de ser identificadas por la menor, no han sido enjuiciadas y están en total libertad.
Señala que Piedra Ibarra la canalizó con abogados que trabajan para derechos humanos y de ahí vino su inconformidad.
“Ya venía lastimada de un Estado omiso, yo no me podía regresar, me dijeron que tenía que hacer la queja correspondiente en mi Estado, cuando yo ya tengo muchas quejas por amenazas de muerte y extorsión, por todo… porque les negaron el acceso a la educación a mis hijas.... tiene tres ciclos sin estudiar y nadie hace nada” señala en entrevista.
Fue ahí donde estallé…. “yo no me voy a ir les dije…. Voy de papeles en papeles, porque de papeles, tengo una maleta llena….. de quejas…. en todas partes, y eso me causo daño”.
Incluso, refiere, les dije que tengo amenazas, que se me metió un tipo a mi casa, me cortaron los frenos, “amenazaron a mi hija de frente la violadora en sus propios ojos le dijo que la iba a matar y todos fueron omisos y nunca le dieron protección a mi hija.
Marcela afirma que ha visto la justicia burlarse en su rostro, cuando mi hija acudió a una audiencia de juicio oral estuvo 16 horas y al otro día 6 horas más a solas con un funcionario que hoy tiene una denuncia por sustracción ilegal de menores, “mi hija estuvo en sus manos esos dos días”.
Además dice, el fiscal del Estado integro mal la carpeta de investigación para favorecer a la violadora, por eso ruega que las autoridades de los tres órdenes de gobierno se pongan de acuerdo para apoyar en las investigaciones.
“Es una pesadilla que puedo contar en tres minutos pero han sido más de tres años de impunidad, solo pido justicia para todas las víctimas, que sean escuchadas porque hay muchos casos como el de mi hija y siguen en impunidad, he gritado justicia a los cuatro vientos en mi Estado, en mi municipio y ahora aquí” concluyo.
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