/ lunes 31 de julio de 2017

[Especial] Se disparan las peticiones de asilo a México; solo 1 de cada 3 se queda

Entre 2011 y 2016, las peticiones de asilo en el país por parte de extranjeros crecieron un 1069%. Y aunque huyen de los mismos sitios azotados por la violencia, solo una de cada tres solicitudes se resuelve favorablemente

Por Saúl Hernández, Omar Escamilla y Miguel Rojas

Imagina por un momento que eres una mujer salvadoreña. Las maras asesinaron a tu hijo, luego a tu hermana y ahora amenazan con matarte a ti y a tu pareja. Decides huir. La frontera más cercana y segura es México.

Al llegar acá, pides asilo al gobierno mexicano pero este te lo niega argumentando que todo lo que has pasado en realidad no representa una amenaza para ti y acto seguido te deporta al mismo lugar de donde escapaste porque tu vida estaba en peligro.

La historia no es ficticia. Se basa en una de 45 resoluciones emitidas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) –dependiente de la Secretaría de Gobernación– y analizadas por el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana (PDH Ibero) y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.

México se ha convertido en un lugar de destino para miles de centroamericanos que buscan vivir en paz, lejos de las pandillas y la destrucción que padecen en sus países de origen. De esto dan cuenta las cifras oficiales.

Lee también:

Entre 2011 y 2016, las solicitudes de asilo ante la Comar crecieron un 1069%, pasando de 752 a ocho mil 788. Para mediados de este 2017 ya suman seis mil 835 y la dependencia proyecta cerrar el año con 12 mil.

El aumento es impulsado por la gente que huye del Triángulo Norte, un territorio formado por El Salvador, Honduras y Guatemala que muchos llaman el “triángulo de la muerte” dado los crecientes índices de violencia generados por la actividad de las pandillas. Solo el año pasado, 92% de los solicitantes de protección provenían de esa región de Centroamérica.

Pero aunque llegan de los mismos países –lo que implica que enfrentan circunstancias similares– la Comar resuelve favorablemente un tercio de las solicitudes, en el mejor de los casos.

Felipe Sánchez Nájera, investigador del PDH Ibero, alerta que una mala decisión de la dependencia federal puede significar para los migrantes una sentencia de muerte.

“Si [la Comar] determina que alguien no es refugiado pero sí estaba en peligro, lo van a deportar a un lugar donde lo más seguro es que pueda perder la vida”, señaló el abogado.

NIEGAN PROTECCIÓN

Es lunes por la mañana en la ciudad chiapaneca de Tapachula, distante a 15 kilómetros de la frontera con Guatemala. Han comenzado a sentirse los primeros rayos del sol, lo que indica que la temperatura llegará hasta los 36 o 40 grados. Es la ciudad del eterno verano. Aquí se dice que solo hay dos estaciones: la de verano y la del tren, pero la última ya dejó de funcionar.

Frente a una casa de paredes blancas, cercada por un alambre de púas y una valla metálica de color café, decenas de personas comienzan a llegar. El inmueble ubicado en el centro de la ciudad alberga una de las dos oficinas regionales que tiene la Comar. La otra se encuentra en Veracruz.

Cada lunes, extranjeros se forman afuera de las oficinas de la Comar en Tapachula para pedir asilo. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

Hoy, como cada lunes, familias enteras hacen fila afuera con el único objetivo de reiniciar su vida, de dejar atrás la violencia y olvidarse de la falta de oportunidades y empleo en sus países.

En su mente, y en el paladar, permanece el sabor de las pupusas o el tapado, un caldo preparado con pescado y coco, así como el gusto por la pesca, o el trabajo en el campo, actividades que dejaron de realizar por temor a perder la vida, al igual que sus padres, sus hermanos o sus primos, quienes en la mayoría de los casos fueron víctimas de asesinatos a plena luz del día perpetrados sobre todo por las pandillas.

Ahí está Dora, una salvadoreña que debía pagar semanalmente a la Mara Salvatrucha una “renta” de 100 dólares (entre mil 800 y mil 900 pesos) para que pudiera operar su tienda de abarrotes, pero llegó el momento en que el dinero ya no le alcanzó y la pandilla amenazó con arrebatarle a sus hijos. Prefirió huir a ver cumplida la amenaza de los criminales.

La mayoría de los que llegan a la Comar provienen de El Salvador, Honduras y Guatemala. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR.

Junto a ella, Eduardo también espera su turno de entrar. Este joven salvadoreño tuvo que entregar su casa a las maras en menos de 24 horas porque de otra manera lo iban a asesinar a él y a su familia. “Salí de mi casa con lo que ando, con lo que traigo, nada más”, cuenta aún con tristeza y terror.

Mélida escapó de Honduras por razones muy parecidas a las de Eduardo. Como su marido rechazó ser reclutado por los pandilleros, estos le dieron el mismo plazo para dejar su vivienda.

Todos albergan la esperanza de comenzar una nueva vida en México, pero si hacemos caso a las estadísticas oficiales, al menos dos tercios no lo lograrán.

Obtener la calidad de refugiado en México no es sencillo. En primer lugar hay muchos inmigrantes que desconocen su derecho a acogerse a la protección internacional.

Los que sí saben –como Dora, Eduardo y Mélida– no tienen el amparo asegurado, aunque su vida corra riesgo. El informe “Situación de los derechos humanos de las personas solicitantes de asilo y refugiadas en México” coordinado por Sánchez Nájera, revela algunas deficiencias en las resoluciones de la Comar.

De acuerdo con el estudio –como se dijo, basado en el análisis de 45 expedientes– no existe una lógica jurídica en la manera en que el órgano resuelve las solicitudes de reconocimiento: una misma argumentación puede esgrimir para concederle el refugio a uno como para negárselo a otro.

Otro problema es que hace evaluaciones subjetivas y excesivamente discrecionales. “No es raro encontrar resoluciones en donde la Comar reconoce, en primer lugar, que las personas sufrieron o están en riesgo de sufrir daños a su integridad o violaciones a sus derechos; pero, en segundo lugar, concluye que estos no son suficientemente gravosos”, señala el informe.

A ello se suma una política nacional que privilegia la detención y expulsión inmediata de los inmigrantes antes de su protección. Entre enero de 2013 y junio de 2017 se registraron casi 567 mil deportaciones mientras que en el mismo periodo se concedieron apenas seis mil 686 reconocimientos de refugio y protección complementaria.

Aunque vienen de los mismos países, sólo una tercera parte obtiene protección. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

“REFUGIAN PANDILLEROS”

Yanci Araceli Díaz Vázquez era pareja de Juan José Arana Aguilar, alias “El Inquieto” y líder de una clica de la Mara Salvatrucha. Ambos eran salvadoreños viviendo en Tapachula.

Ella lo dejó para sostener otra relación y Juan José no se lo perdonó. Junto con otros cuatro sujetos, irrumpió en el domicilio de Yanci y la asesinó cortándole el cuello. Luego él y sus cómplices tiraron su cuerpo en un río.

El feminicidio quedó asentado en el expediente penal 153/2016 del Juzgado de Control y Enjuiciamiento de Tapachula. El documento en cuestión revela otro dato sorprendente: uno de los secuaces del jefe mara, Pedro Antonio Hernández Rivas, también salvadoreño, contaba con refugio por parte de la Comar, mientras que los otros involucrados estaban tramitando su asilo.

Este caso ocurrido en octubre de 2016 podría no ser el único, de acuerdo con testimonios de defensores de migrantes y autoridades locales entrevistados por este medio.

Olga Sánchez Martínez es fundadora del albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y El Migrante y ganadora del Premio Nacional de Derechos Humanos en 2004. Ha dedicado su vida a ayudar a los migrantes que están enfermos o sufrieron lesiones en su viaje. Ella dice saber de casos en que la dependencia federal concede refugio a miembros de las maras.

–A veces les dan a los pandilleros papeles y a las verdaderas familias que vienen huyendo porque necesitan el espacio se los niegan…

–¿Usted sabe de un caso en el cual a un pandillero se le ha dado refugio? –preguntamos a Sánchez.

–Sí, no solo de uno, de varios.

Olga Sánchez ha dedicado su vida a ayudar a los migrantes que sufren lesiones en su viaje. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

El padre Flor María Rigoni, director del albergue Belén y también ganador del Premio Nacional de Derechos Humanos en 2006, coincide con Sánchez Martínez en que la Comar refugia maras, según testimonios de los migrantes que él protege.

Incluso, el titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en Contra de Migrantes de Chiapas, Alejandro Vila Chávez, indica que han “detenido a maras que tienen refugio como a maras que no lo tienen”.

Este medio preguntó por escrito a la Comar si ha otorgado asilo a personas que hayan pertenecido a la Mara Salvatrucha o Barrio 18, a lo que la dependencia contestó que “no bajo esa óptica en tanto el pertenecer o haber pertenecido a un determinado grupo social no es un supuesto bajo el cual se conceda o se niegue el reconocimiento de la condición de refugiado.”

La dependencia aclaró también que la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político le permite negar el refugio a un solicitante con antecedentes criminales. De hecho, entre 2015 y lo que va de 2017 aplicó una cláusula de exclusión a 60 solicitantes de asilo por tratarse de personas con historial delictivo.

Sin embargo, el padre Flor María advierte que los pandilleros vienen preparados para pasar los filtros que impone el órgano federal. “Los maras que solicitan refugio y que tienen un delito atrás vienen muy preparados, saben el tipo de preguntas que les harán y saben cómo contestar; es gente fría, que no se emociona”, señala.

El fiscal Alejandro Vila asegura que en Chiapas han detenido maras refugiados por la Comar. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

DETECTAR SIN CRIMINALIZAR

El abogado Felipe Sánchez afirma que la Comar debe realizar sus evaluaciones con bastante precisión para evitar darle refugio a quien no lo merece y negárselo a quien sí lo necesita.

Para eso, el especialista considera que la dependencia debe contar con personal capacitado que pueda identificar posibles casos de delincuentes sin caer en el error de criminalizar a todos los que piden protección.

Flor María Rigoni también pide actuar con inteligencia y no criminalizar a todo migrante que busca rehacer su vida en México. “Esta gente [los maras] ha logrado hacer de la migración un río revuelto; y a río revuelto, ganancia de pescadores. Y pagamos los platos rotos la mayor parte de los migrantes por causa de unos pocos”, lamentó.

El padre Flor María Rigoni pide a la Comar actuar con inteligencia al momento de decidir a quién le concede el refugio. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR


Entre 2011 y 2016, las peticiones de asilo en el país por parte de extranjeros crecieron un 1069%. Y aunque huyen de los mismos sitios azotados por la violencia, solo una de cada tres solicitudes se resuelve favorablemente

Por Saúl Hernández, Omar Escamilla y Miguel Rojas

Imagina por un momento que eres una mujer salvadoreña. Las maras asesinaron a tu hijo, luego a tu hermana y ahora amenazan con matarte a ti y a tu pareja. Decides huir. La frontera más cercana y segura es México.

Al llegar acá, pides asilo al gobierno mexicano pero este te lo niega argumentando que todo lo que has pasado en realidad no representa una amenaza para ti y acto seguido te deporta al mismo lugar de donde escapaste porque tu vida estaba en peligro.

La historia no es ficticia. Se basa en una de 45 resoluciones emitidas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) –dependiente de la Secretaría de Gobernación– y analizadas por el Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana (PDH Ibero) y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.

México se ha convertido en un lugar de destino para miles de centroamericanos que buscan vivir en paz, lejos de las pandillas y la destrucción que padecen en sus países de origen. De esto dan cuenta las cifras oficiales.

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Entre 2011 y 2016, las solicitudes de asilo ante la Comar crecieron un 1069%, pasando de 752 a ocho mil 788. Para mediados de este 2017 ya suman seis mil 835 y la dependencia proyecta cerrar el año con 12 mil.

El aumento es impulsado por la gente que huye del Triángulo Norte, un territorio formado por El Salvador, Honduras y Guatemala que muchos llaman el “triángulo de la muerte” dado los crecientes índices de violencia generados por la actividad de las pandillas. Solo el año pasado, 92% de los solicitantes de protección provenían de esa región de Centroamérica.

Pero aunque llegan de los mismos países –lo que implica que enfrentan circunstancias similares– la Comar resuelve favorablemente un tercio de las solicitudes, en el mejor de los casos.

Felipe Sánchez Nájera, investigador del PDH Ibero, alerta que una mala decisión de la dependencia federal puede significar para los migrantes una sentencia de muerte.

“Si [la Comar] determina que alguien no es refugiado pero sí estaba en peligro, lo van a deportar a un lugar donde lo más seguro es que pueda perder la vida”, señaló el abogado.

NIEGAN PROTECCIÓN

Es lunes por la mañana en la ciudad chiapaneca de Tapachula, distante a 15 kilómetros de la frontera con Guatemala. Han comenzado a sentirse los primeros rayos del sol, lo que indica que la temperatura llegará hasta los 36 o 40 grados. Es la ciudad del eterno verano. Aquí se dice que solo hay dos estaciones: la de verano y la del tren, pero la última ya dejó de funcionar.

Frente a una casa de paredes blancas, cercada por un alambre de púas y una valla metálica de color café, decenas de personas comienzan a llegar. El inmueble ubicado en el centro de la ciudad alberga una de las dos oficinas regionales que tiene la Comar. La otra se encuentra en Veracruz.

Cada lunes, extranjeros se forman afuera de las oficinas de la Comar en Tapachula para pedir asilo. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

Hoy, como cada lunes, familias enteras hacen fila afuera con el único objetivo de reiniciar su vida, de dejar atrás la violencia y olvidarse de la falta de oportunidades y empleo en sus países.

En su mente, y en el paladar, permanece el sabor de las pupusas o el tapado, un caldo preparado con pescado y coco, así como el gusto por la pesca, o el trabajo en el campo, actividades que dejaron de realizar por temor a perder la vida, al igual que sus padres, sus hermanos o sus primos, quienes en la mayoría de los casos fueron víctimas de asesinatos a plena luz del día perpetrados sobre todo por las pandillas.

Ahí está Dora, una salvadoreña que debía pagar semanalmente a la Mara Salvatrucha una “renta” de 100 dólares (entre mil 800 y mil 900 pesos) para que pudiera operar su tienda de abarrotes, pero llegó el momento en que el dinero ya no le alcanzó y la pandilla amenazó con arrebatarle a sus hijos. Prefirió huir a ver cumplida la amenaza de los criminales.

La mayoría de los que llegan a la Comar provienen de El Salvador, Honduras y Guatemala. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR.

Junto a ella, Eduardo también espera su turno de entrar. Este joven salvadoreño tuvo que entregar su casa a las maras en menos de 24 horas porque de otra manera lo iban a asesinar a él y a su familia. “Salí de mi casa con lo que ando, con lo que traigo, nada más”, cuenta aún con tristeza y terror.

Mélida escapó de Honduras por razones muy parecidas a las de Eduardo. Como su marido rechazó ser reclutado por los pandilleros, estos le dieron el mismo plazo para dejar su vivienda.

Todos albergan la esperanza de comenzar una nueva vida en México, pero si hacemos caso a las estadísticas oficiales, al menos dos tercios no lo lograrán.

Obtener la calidad de refugiado en México no es sencillo. En primer lugar hay muchos inmigrantes que desconocen su derecho a acogerse a la protección internacional.

Los que sí saben –como Dora, Eduardo y Mélida– no tienen el amparo asegurado, aunque su vida corra riesgo. El informe “Situación de los derechos humanos de las personas solicitantes de asilo y refugiadas en México” coordinado por Sánchez Nájera, revela algunas deficiencias en las resoluciones de la Comar.

De acuerdo con el estudio –como se dijo, basado en el análisis de 45 expedientes– no existe una lógica jurídica en la manera en que el órgano resuelve las solicitudes de reconocimiento: una misma argumentación puede esgrimir para concederle el refugio a uno como para negárselo a otro.

Otro problema es que hace evaluaciones subjetivas y excesivamente discrecionales. “No es raro encontrar resoluciones en donde la Comar reconoce, en primer lugar, que las personas sufrieron o están en riesgo de sufrir daños a su integridad o violaciones a sus derechos; pero, en segundo lugar, concluye que estos no son suficientemente gravosos”, señala el informe.

A ello se suma una política nacional que privilegia la detención y expulsión inmediata de los inmigrantes antes de su protección. Entre enero de 2013 y junio de 2017 se registraron casi 567 mil deportaciones mientras que en el mismo periodo se concedieron apenas seis mil 686 reconocimientos de refugio y protección complementaria.

Aunque vienen de los mismos países, sólo una tercera parte obtiene protección. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

“REFUGIAN PANDILLEROS”

Yanci Araceli Díaz Vázquez era pareja de Juan José Arana Aguilar, alias “El Inquieto” y líder de una clica de la Mara Salvatrucha. Ambos eran salvadoreños viviendo en Tapachula.

Ella lo dejó para sostener otra relación y Juan José no se lo perdonó. Junto con otros cuatro sujetos, irrumpió en el domicilio de Yanci y la asesinó cortándole el cuello. Luego él y sus cómplices tiraron su cuerpo en un río.

El feminicidio quedó asentado en el expediente penal 153/2016 del Juzgado de Control y Enjuiciamiento de Tapachula. El documento en cuestión revela otro dato sorprendente: uno de los secuaces del jefe mara, Pedro Antonio Hernández Rivas, también salvadoreño, contaba con refugio por parte de la Comar, mientras que los otros involucrados estaban tramitando su asilo.

Este caso ocurrido en octubre de 2016 podría no ser el único, de acuerdo con testimonios de defensores de migrantes y autoridades locales entrevistados por este medio.

Olga Sánchez Martínez es fundadora del albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y El Migrante y ganadora del Premio Nacional de Derechos Humanos en 2004. Ha dedicado su vida a ayudar a los migrantes que están enfermos o sufrieron lesiones en su viaje. Ella dice saber de casos en que la dependencia federal concede refugio a miembros de las maras.

–A veces les dan a los pandilleros papeles y a las verdaderas familias que vienen huyendo porque necesitan el espacio se los niegan…

–¿Usted sabe de un caso en el cual a un pandillero se le ha dado refugio? –preguntamos a Sánchez.

–Sí, no solo de uno, de varios.

Olga Sánchez ha dedicado su vida a ayudar a los migrantes que sufren lesiones en su viaje. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

El padre Flor María Rigoni, director del albergue Belén y también ganador del Premio Nacional de Derechos Humanos en 2006, coincide con Sánchez Martínez en que la Comar refugia maras, según testimonios de los migrantes que él protege.

Incluso, el titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en Contra de Migrantes de Chiapas, Alejandro Vila Chávez, indica que han “detenido a maras que tienen refugio como a maras que no lo tienen”.

Este medio preguntó por escrito a la Comar si ha otorgado asilo a personas que hayan pertenecido a la Mara Salvatrucha o Barrio 18, a lo que la dependencia contestó que “no bajo esa óptica en tanto el pertenecer o haber pertenecido a un determinado grupo social no es un supuesto bajo el cual se conceda o se niegue el reconocimiento de la condición de refugiado.”

La dependencia aclaró también que la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político le permite negar el refugio a un solicitante con antecedentes criminales. De hecho, entre 2015 y lo que va de 2017 aplicó una cláusula de exclusión a 60 solicitantes de asilo por tratarse de personas con historial delictivo.

Sin embargo, el padre Flor María advierte que los pandilleros vienen preparados para pasar los filtros que impone el órgano federal. “Los maras que solicitan refugio y que tienen un delito atrás vienen muy preparados, saben el tipo de preguntas que les harán y saben cómo contestar; es gente fría, que no se emociona”, señala.

El fiscal Alejandro Vila asegura que en Chiapas han detenido maras refugiados por la Comar. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR

DETECTAR SIN CRIMINALIZAR

El abogado Felipe Sánchez afirma que la Comar debe realizar sus evaluaciones con bastante precisión para evitar darle refugio a quien no lo merece y negárselo a quien sí lo necesita.

Para eso, el especialista considera que la dependencia debe contar con personal capacitado que pueda identificar posibles casos de delincuentes sin caer en el error de criminalizar a todos los que piden protección.

Flor María Rigoni también pide actuar con inteligencia y no criminalizar a todo migrante que busca rehacer su vida en México. “Esta gente [los maras] ha logrado hacer de la migración un río revuelto; y a río revuelto, ganancia de pescadores. Y pagamos los platos rotos la mayor parte de los migrantes por causa de unos pocos”, lamentó.

El padre Flor María Rigoni pide a la Comar actuar con inteligencia al momento de decidir a quién le concede el refugio. CRÉDITO: DIARIO DEL SUR


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