En 10 años (2030), el sector Salud enfrentará la presión de 61 mil 376 personas receptoras de un trasplante y sólo estarán disponibles 15 mil 303 donaciones, es decir, habrá un déficit de 46 mil 73 órganos para trasplante, advirtió la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Ello implica que el Gobierno federal no dará una respuesta efectiva a la demanda creciente de trasplantes de algún órgano, tejido o células. “No garantizará la recuperación de la salud de los pacientes que los requieran y su reincorporación a la vida social y productiva”.
El tercero y último informe de la Cuenta Pública 2018, fiscalizó al Subsistema Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos y Tejidos para evaluar el cumplimiento de sus objetivos y metas.
En opinión de la ASF, la Secretaría de Salud, con apoyo del Centro Nacional de Trasplantes, no consolidó el Subsistema Nacional de Donación y Trasplantes, ni subsanó la fragmentación del Sistema Nacional de Salud en lo relativo a la donación y trasplante, debido a las deficiencias en la programación presupuestal; en la coordinación interinstitucional; en la promoción de la cultura de la donación; en la actualización de la información del Registro Nacional de Trasplantes; en la capacitación, acreditación y evaluación del personal de salud.
Tampoco en la supervisión y el seguimiento de la asignación y distribución de órganos y tejidos, lo que incidió en que no se asegurara que las donaciones se realizaran bajo principios de confidencialidad, ausencia de ánimo de lucro, altruismo, factibilidad, transparencia, equidad y eficiencia, y que la escasa vigilancia a los establecimientos de salud dedicados a la donación y trasplante no garantizara la calidad y seguridad de los trasplantes.