En promedio, entre 400 y 450 personas al año reciben un injerto de piel a consecuencia de quemaduras o lesiones, quienes son operados en la Unidad de Quemados del Hospital de Traumatología y Ortopedia “Dr. Victorio de la Fuente Narváez”, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con el doctor David Peralta, especialista en cirugía plástica y reconstructiva del IMSS, lo anterior significa que ingresan diariamente a la Unidad entre tres y cuatro pacientes, provenientes principalmente de la zona centro y sur del país, a quienes se procura que su recuperación sea rápida y sean dados de alta en dos semanas.
“El promedio de edad en los niños va desde el año hasta los 10 o 12 años. Y en los adultos, un promedio desde los 19 o 20 años hasta los 60 o 70 años”, dijo el especialista que señaló que las principales causas de lesiones en los niños son por agua caliente y quemaduras ocasionadas por corrientes eléctricas, mientras que en los adultos se debe a ‘flamazos’ o por exposición directa al fuego, ya sea en sus domicilios o áreas de trabajo.
El injerto de piel es un procedimiento realizado por médicos especialistas que retiran un segmento de piel para trasplantarlo a otro, a fin de cubrir heridas por quemaduras de segundo grado profundo y de tercer grado, traumatismos, lesiones, por problemas de úlceras o en pacientes diabéticos. En específico esta Unidad, ubicada en Magdalena Salinas, cuenta con tres médicos y 10 enfermeras especialistas en el manejo de quemados y demás personal médico. También personal de otras áreas como pediatra, psicóloga, tanatología y médicos de rehabilitación.