Autoridades de México identifican a los Mexicles, una pandilla surgida en el sur de Estados Unidos que echó raíces en nuestro país y que ha aterrorizado a Chihuahua en los últimos meses, como líderes del tráfico de migrantes en esa entidad.
Los Mexicles disputan este negocio a otros grupos del crimen organizado, como La Línea y Los Aztecas, afines al Cártel de Juárez, los cuales, ante el aumento de la llegada de indocumentados a territorio nacional, se han diversificado y además del tráfico de drogas han incursionado en la trata de personas.
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De acuerdo con información de las fiscalías general y estatal, la cual ha sido compartida con autoridades estadounidenses en el marco del Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad, como parte de la cooperación bilateral para golpear a las redes de traficantes y a la cual tuvo acceso El Sol de México, dicha organización emplea la violencia para someter a los migrantes que llegan a ciudades de la frontera, como Juárez, para intentar cruzar de manera indocumentada a la Unión Americana, a quienes mantienen en casas de seguridad, mientras cobran su estancia y extorsionan a sus familias en sus lugares de origen.
En el Norte de México, los Mexicles utilizan líneas de transporte terrestre para el tráfico de migrantes. Además, según informó esta casa editorial, los indocumentados son empleados como “mulas” para pasar droga a Estados Unidos, incluso, en contra de su voluntad.
Los camiones que transportan a migrantes han sido blanco de los ataques de los Mexicles y otros grupos delincuenciales por el control de las rutas.
De acuerdo con cifras del secretario de Seguridad Pública Estatal, tan sólo en agosto se reportó el secuestro o asalto de 26 camiones que transportaban migrantes, casi uno diario. La mayoría de los indocumentados, que ya habían pagado el traslado, fueron rescatados por la Guardia Nacional o dejados en libertad tras haber entregado sus pertenencias. En 10 casos los choferes fueron asesinados.
La participación de los Mexicles en el tráfico de migrantes ha quedado exhibida, según las autoridades mexicanas, en videos grabados en teléfonos de las víctimas, en los que se ven desde negociaciones para cruzarlos de manera ilegal hasta amenazas por presuntos integrantes en casas de seguridad, principalmente en la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas.
GANAN FUERZA
Los pandilleros exhiben en los videos el tatuaje que indica la pertenencia a los Mexicles, un águila similar a la que se empleó hace algunos años en la campaña nacional “Hecho en México”.
“Aunque es verdad que ya se han fragmentado, igual que los Aztecas, los Mexicles nunca han sido tan fuertes como ahora”, reconoce la información ahora en manos de las autoridades estadounidenses.
Además, las autoridades no descartan que “sus tentáculos” se extiendan a tres de las cinco principales rutas migratorias, (Golfo de México, Pacífico Sur, Centro Golfo, Centro Pacífico y Pacífico Norte), e incluso, más allá de la frontera con Guatemala, donde los relacionan con organizaciones dedicadas al tráfico de personas, como los Coloma, que según reportes, involucran a oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes exigen dinero a los migrantes que transitan por territorio guatemalteco para llegar a México y después a Estados Unidos.
También estarían ligados a organizaciones de polleros en El Salvador y Honduras, así como de Chiapas y de la Ciudad de México, así como a otras pandillas en Estados Unidos.
PERFIL CRIMINAL
De acuerdo con un perfil psico-criminal realizado por la Asociación Mexicana en Psicología Jurídica y Derecho Penal, los jóvenes que se adhieren a esta pandilla suelen tener necesidades de pertenencia a un grupo y de reconocimiento, pues regularmente provienen de hogares con familias desintegradas.
Además, debido a su inclinación a conductas delictivas desde temprana edad, estos jóvenes son reclutados en las cárceles; por ello presentan altas posibilidades de reincidencia criminal y gradualmente suelen avanzar hacia delitos de mayor impacto.
EXTORSIÓN, MODUS OPERANDI
De acuerdo con la Fiscalía General de Chihuahua, los migrantes también suelen ser víctimas de extorsión por parte de los Mexicles, la cual mantiene un amplio número de integrantes desplegados en la frontera, según informes de la corporación.
Roberto Fierro Duarte, fiscal general de Chihuahua, afirmó que la problemática surgió hace más de un año en la frontera, cuando se presentó el primer retorno de indocumentados de Estados Unidos a México y estuvieron varados en la zona.
“Es un tema que siempre lo hemos dicho, desde el inicio de la administración (...) lo tenemos aún presente, incluso continuamos con la búsqueda de 13 de ellos (indocumentados desaparecidos) en (el municipio de) Coyame; desde ahí empezamos a investigar varias cuestiones con migrantes”, comentó en una entrevista con El Heraldo de Chihuahua.
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Reconoció que los migrantes son obligados a transportar droga, los extorsionan y en algunos casos les prometen traslado a los Estados Unidos, algunos logran su objetivo, pero otros son abandonados en casas de renta en la frontera y otros municipios.
Los Mexicles son aliados del Cártel de Sinaloa; sin embargo, hubo una división en la banda, y algunos decidieron operar por su cuenta, lo cual se evidenció el pasado 11 de agosto, durante una riña en el Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) número 3 de Ciudad Juárez, en la cual dos reclusos murieron, así como nueve civiles, luego de que los disturbios se extendieran afuera del penal.
Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad Pública, reveló al día siguiente que el conflicto se debió a que “grupos delictivos identificados como Los Chapos fueron atacados por un grupo rival denominado los Mexicles, generando una riña al interior de este centro penitenciario”.
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua
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