Entre enero y octubre de 2022 México sufrió al menos 433 hechos violentos catalogados como “masacres”, lo que representa una disminución del 28 por ciento en los últimos dos años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, de acuerdo con el más reciente informe “Galería del horror: Atrocidades registradas en medios periodísticos” publicado por la organización Causa en Común, la disminución de hechos violentos en el país no acompaña con la reducción del número de víctimas.
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Por el contrario, lejos de disminuir, el número de personas muertas en hechos violentos ocurridos en el país ha aumentado exponencialmente y, aun sin acabar el año, ya es mayor que los registros totales de 2020 y 2021.
Causa en Común define a las “masacres” como aquellos ataques en los que se encontraron por lo menos tres personas asesinadas, esto sin distinguir si el homicida se trató de algún agente del Estado o de un presunto delincuente.
Lo mismo para las víctimas, por lo que si el número es igual o mayor a tres personas asesinadas lo tipifica como una masacre, siendo los estados de Guanajuato, con 53; Michoacán, con 51; y Zacatecas, con 41, los que más hechos de este tipo han registrado en este año.
En los primeros 10 meses de 2020 la propia organización pudo contabilizar al menos 601 hechos de este tipo en todo el país, en 2021 la cifra pasó a 459 y entre enero y octubre del año en curso se encontraron 433 hechos con esta característica, lo que ha supuesto una reducción sostenida en los últimos dos años de la actual administración.
Pero además de estos crímenes, en su análisis la organización de la sociedad civil da cuenta del número de fosas clandestinas encontradas, hechos de tortura, asesinatos de periodistas, homicidios de defensores de derechos humanos, linchamientos y trata de personas, entre otros.
Es en el balance de estas “atrocidades”, como define Causa en Común al “uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo; para causar la muerte de un alto número de personas; para causar la muerte de personas vulnerables o de interés político, y/o para provocar terror”, que el aumento en el número de víctimas sale a relucir.
Lo anterior, ya que mientras en todo 2020 se encontraron al menos seis mil 365 víctimas y en 2021 fueron ocho mil 759, para octubre de 2021 esa cifra creció hasta las nueve mil 97, es decir, 30 por ciento más de personas asesinadas en este tipo de delitos. De seguir la tendencia, el país podría terminar el año con casi 11 mil víctimas directas de las “atrocidades”.
Para lograr un cambio en esta tendencia, la organización civil considera que más allá de generar políticas públicas basadas en enfoques policiacos, “son indispensables las aproximaciones sociológicas (...) que permitan la comprensión de las realidades locales, y que contribuyan a la construcción de políticas de seguridad, de prevención y sociales, que respondan a las realidades de cada comunidad y región del país”.
Esto porque, aunque las masacres mantienen una reducción, lo cierto es que las atrocidades en general han mostrado un aumento del 17 por ciento en comparación con el 2021, y poco más del 50 por ciento se concentran en apenas ocho estados del país. En concreto Baja California, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Estado de México, Guerrero, Veracruz y Jalisco.
