A pesar de que la lucha contra la corrupción ha sido la principal bandera de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, durante los últimos dos años el país se ha estancado en el lugar 124 de 180 países evaluados por el Índice de la Percepción de la Corrupción (IPC) elaborado por Transparencia Internacional.
“En la edición 2021 del Índice de Percepción de la Corrupción, México mantuvo una calificación de 31 puntos, la misma que en 2020, en una escala que va de cero a 100, donde 100 sería la mejor calificación posible”, señaló la organización a través de un comunicado.
De acuerdo con este Índice, que registra la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero, mujeres y hombre de la academia y los negocios sobre la situación que guarda la corrupción, la principal causa de este estancamiento responde a que ninguno de los casos emblemáticos de corrupción, como La Estafa Maestra, Odebrecht o AgroNitrogenados, han sido sancionados desde la esfera penal.
“Tampoco hay una recuperación de los activos desviados por estos y otros casos de gran corrupción y la reparación del daño a las víctimas, es prácticamente inexistente”, señaló.
A esta situación, según Transparencia Mexicana, se le suma el hecho de que hay “una creciente preocupación por el uso político-electoral en las fiscalías mexicanas, que pese a gozar de muchos casos de autonomía formal, no son vistas como órganos independientes del gobierno. Su situación presenta sesgos favorables o negativos dependiendo del grupo político al que investiga”.
Con esta calificación, México se mantiene de igual forma como el país peor evaluado en términos de corrupción de los 38 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y en el lugar número 18 de los 19 países evaluados en el G20, solo por encima de Rusia, que ocupa último lugar.
De igual forma, en términos generales, México se ubica en la misma posición que países como Gabón, Níger y Papúa Nueva Guinea, que también obtuvieron 31 puntos, y sobre países como Siria, Somalia, que obtuvieron 13 puntos, y Sudán del Sur, que obtuvo 11 y que fueron los países peor evaluados a nivel mundial.
Por todo lo anterior la organización emitió una serie de recomendaciones entre las que se encuentran que las dependencias que conforman el Sistema Nacional Anticorrupción, como lo son la Secretaría de la Función Pública, la Fiscalía General de la República o la Auditoría Superior de la Federación, sean evaluadas de manera periódica en términos de su desempeño individual, sobre todo en los resultados que obtienen.
También “es central mantener la intervención de la Unidad de Inteligencia Financiera y el Servicio de Administración Tributaria”, que de manera formal no forman parte del Sistema Anticorrupción, pero que son necesarias para investigar las cadenas de corrupción y recuperar los activos.
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