Valenciana, Juan Pablo, Rehilete o Belén, las nochebuenas son consideradas el símbolo floral de la navidad, originarias de México pero modificadas genéticamente en el extranjero.
En alguna casa podrá faltar un árbol de navidad pero nunca una nochebuena y es que la Euphorbia pulcherrima (nombre científico), es una de las plantas cultivadas y comercializadas con propósitos decorativos que se cultiva en regiones como Morelos, Michoacán, Ciudad de México, Puebla, Jalisco, Estado de México y Oaxaca.
Luis Diego Vivar, trabajador de los invernaderos Mendoza menciona que la crianza comienza en Marzo con mil esquejes; fragmentos de tallo e introducirlos en la tierra, para producir raíces.
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Anualmente, la familia Mendoza invierte un aproximado de 200 mil pesos en materiales tanto químicos como orgánicos para realizar la producción de la flor de navidad.
Rosas, pintitas, enroscadas, rojas, blancas, jaspeadas, así es como llegan a preguntar por las flores en Cuemanco y Patrimonio de la Humanidad, los dos mercados en los que vende la familia Mendoza, pero en sí los nombres provienen de Estados Unidos, quien estudia la genética de la nochebuena y la modifica.
Después estos productos son importados a la región de Morelos, lugar donde se da la mayor producción de esta planta, la cual es vendida por la empresa FloraPlant, encargada de distribuir los esquejes de las nochebuenas de diferentes variedades.
“En Morelos se dan las nochebuenas muy bonitas, pero porque ahí es un lugar caluroso, cuando llegan a la Ciudad de México u otros lugares frios, la flor no soporta el cambio brusco de temperatura y muere”
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El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) menciona que Estados Unidos, Francia, Noruega, Austria y Alemania, donde se han generado variedades cuyas principales características son la resistencia mecánica al transporte, resistencia al frío, color, forma y tamaño de las brácteas novedosos, el porte y el vigor de la planta, reducción a la sensibilidad al etileno y mayor duración de las brácteas.
DESDE EL IMPERIO AZTECA
La flor conocida como cuetlaxochitl, que en náhuatl significa "flor que se marchita”, era considerada un símbolo de pureza, de acuerdo a datos del Conacyt.
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Su rojo intenso produjo admiración por naturalistas que realizaron una expedición en 1825 por tierras mexicanas, por lo que la llevaron a Estados Unidos para su estudio y partir de ese momento se han llevado a cabo investigaciones para modificar sus genes y así convertirse de una flor silvestre a una de interiores.
La nochebuena de forma silvestre, crecen en los bosques tropicales de las costas del Pacífico, desde Sinaloa, en México, hasta Guatemala. También en el norte de Guerrero y Morelos.
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