La nueva política de Estados Unidos sobre migración redefine la agenda con México y Centroamérica. El cambio se aprecia en la diversidad de temas: gestión migratoria, inclusión laboral, desarrollo, protección legal a menores, mecanismos de control anticorrupción, derechos humanos, seguridad fronteriza, derecho migratorio y atención al Covid-19.
Y para el doctor en Ciencias Políticas, José María Ramos García, el nombramiento de la vicepresidenta Kamala Harris, refleja la prioridad gubernamental a gestionar tal agenda con un enfoque de corresponsabilidad y, en especial, fortalecer el estado de derecho y la institucionalidad en los países centroamericanos.
Manifiesta el profesor investigador de El Colegio de la Frontera Norte (ColeF) que la política de México y los Estados Unidos se enfrenta al reto de promover una gobernanza multinivel y transversal en materia de migración, controles sanitarios y protección de los derechos humanos en la frontera sur.
Señala que la reciente ratificación del Senado de Xavier Becerra como secretario de Salud y Servicios Humanos y su presencia en el nombramiento de la vicepresidenta Kamala Harris, como responsable de la gestión de la política hacia Centroamérica, genera algunas esperanzas de un cambio de enfoque de la política de la pandemia hacia las fronteras.
De las funciones de la vicepresidenta Harris, comentó que serán supervisar la política migratoria con medidas para fortalecer la frontera y programas para que los centroamericanos puedan tramitar sus solicitudes de asilo desde sus países de origen.
También supervisará la colaboración con los países del Triángulo Norte, con la idea de asegurar mayor corresponsabilidad e institucionalidad.
A cambio, los tres países recibirían recursos para incentivar el crecimiento a través de la actualización del Plan para la Alianza de prosperidad para el Triángulo Norte de Centroamérica; alterativas de visas laborales, extensión del Estatus de Protección Laboral (TPS) para Honduras, El Salvador y Nicaragua y la reforma migratoria que beneficiaría a cerca de 11 millones de migrantes irregulares en los Estados Unidos.
Refiere que este cambio se reflejó el martes, en el encuentro del canciller Marcelo Ebrard con Roberta Jacobson, coordinadora de la Frontera Sur y con Juan González, director senior para Asuntos del hemisferio occidental, del Consejo Nacional de Seguridad; Ricardo Zúñiga, enviado especial del Departamento de Estado para el Triángulo Norte y John Creamer, encargado de negocios en la Embajada de EU en México.
Sobre la agenda de política migratoria que aborda varias dimensiones sobre los menores de edad migrantes no acompañados, señaló el profesor del ColeF, que se espera una nueva gestión migratoria para integrar a los cerca de 5,000, que se encuentran en custodia del Custom Border Protection (CBP), mientras que los albergues del Departamento de Salud, acoge a cerca de 15 mil niños y adolescentes que cruzaron la frontera sin la compañía de sus padres.
“Estos menores son la prioridad del gobierno del presidente Biden”, dijo. Comentó que la dificultad de gobierno de EU de atender a un mayor número de menores no acompañados, implicará una gestión trilateral con México y Centroamérica y con ello, una mayor corresponsabilidad.
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Destacó el doctor Ramos que la delegación de alto nivel, este martes se reunió con autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM), para promover un modelo migratorio que concilie los derechos humanos y una migración ordenada, segura y regular.
Recordó que el pasado viernes 19, el congreso estadounidense aprobó dos iniciativas de ley que benefician a los migrantes centroamericanos y les abre nuevas opciones laborales: el Estatuto de Protección Temporal (TPS) y las visas H2-A para trabajadores agrícolas. Se espera se ratifiquen por el Senado.