/ viernes 27 de mayo de 2022

Maquinista, un oficio que se lleva en la sangre

Jaime García Limón, ferrocarrilero con 40 años de servicio comparte que inició como llamador, era el que como su nombre lo dice, llamaba al personal que iba a salir a camino

Orizaba, Ver.-Para Jaime García Limón ser ferrocarrilero es algo que se trae en la sangre, es para lo que se está destinado. Al menos en su caso considera que así fue, porque después de que de pequeño le daba miedo el tren, llegó a ser maquinista. Ese era su destino. Está por cumplir 40 años de servicio.

Sentado cómodamente en una silla de plástico, relata que por lo regular casi todos los que entran a trabajar a Ferrocarriles son familiares de hombres del riel de tiempo atrás, hasta huérfanos ingresan.

Ser ferrocarrilero, dice, no requería de mucho estudio, la capacitación la recibían ya en la práctica, en el trabajo, para poder desempeñar la labor que les correspondía, sobre todo si eran trenistas.

Te puede interesar: Ferrocarriles de carga en México cumplen 162 años

El trabajo estaba catalogado en varias especialidades. En transportes hay una especialidad que se llama similares, está dividida en maquinistas, proveedores y llamadores; aglutinaba a los garroteros, conductores, cambiadores, jefes de patio.

Las otras ramas eran oficinas, talleres y vía. El taller de Orizaba ya casi desaparece, las locomotoras las arreglan en Tierra Blanca, Veracruz o Xalapa, porque es donde están los talleres particulares que prestan sus servicios para la empresa Ferrosur, en esta zona.

Comenzó como llamador y llegó a ser maquinista

El llamador era el que como su nombre lo dice, llamaba al personal que iba a salir a camino, llevaba un libro en el que se anotaban las salidas de los trenes. El llamador veía el libro y decía el mayordomo a quién avisar.Apuntaba y me iba en bicicleta a buscar al personal”, apunta.

Como ayudante de proveedor abastecía las locomotoras de agua, diésel y arena, todo lo que necesitaban. Siendo proveedor, ayudaba en todo eso, pero también se llevaba las máquinas para engancharlas en el furgón que iba a salir y también iba por las que llegaban, para llevarlas a la Casa de Máquinas.

El trabajo más pesado era el de vía, pues tenían que meter los durmientes para armar la vía y eso hacía que los trabajadores estuvieran fuertes, “si entraban ahí ya sabían lo pesado que era el trabajo”, señala. Ahora con la tecnología hay maquinarias de vía y es un poco menos que hace el trabajo que hace la persona en esa especialidad.

A lo mejor quienes sí tienen un trabajo pesado, de alguna forma son los trenistas, porque se desvelan y mal pasan, además porque pueden tener algún susto al arrollar un carro o agarrar a alguna persona que camina en la vía. “No es un trabajo de hacer fuerza, pero conlleva otro tipo de presión”, refiere.

Antes de la transición, recuerda, había un cambiador. Estaba solo en una caseta a la entrada del patio de trenes. Él, mediante señales le decía al maquinista si podía acercarse o no; “cuando venía el tren, éste siempre pedía señales, entonces el cambiador salía y le hacía las señales y las interpretaban".

El cambiador solo se dedicaba a eso y a hacer los cambios para que el tren pasara a determinada vía, pues están numeradas. Esa figura ya desapareció, ahora, el jefe o mayordomo de patio, a través de radio, dice al maquinista a qué vía debe ir y ellos mismos los alinean.

Nota publicada en El Sol de Orizaba

Orizaba, Ver.-Para Jaime García Limón ser ferrocarrilero es algo que se trae en la sangre, es para lo que se está destinado. Al menos en su caso considera que así fue, porque después de que de pequeño le daba miedo el tren, llegó a ser maquinista. Ese era su destino. Está por cumplir 40 años de servicio.

Sentado cómodamente en una silla de plástico, relata que por lo regular casi todos los que entran a trabajar a Ferrocarriles son familiares de hombres del riel de tiempo atrás, hasta huérfanos ingresan.

Ser ferrocarrilero, dice, no requería de mucho estudio, la capacitación la recibían ya en la práctica, en el trabajo, para poder desempeñar la labor que les correspondía, sobre todo si eran trenistas.

Te puede interesar: Ferrocarriles de carga en México cumplen 162 años

El trabajo estaba catalogado en varias especialidades. En transportes hay una especialidad que se llama similares, está dividida en maquinistas, proveedores y llamadores; aglutinaba a los garroteros, conductores, cambiadores, jefes de patio.

Las otras ramas eran oficinas, talleres y vía. El taller de Orizaba ya casi desaparece, las locomotoras las arreglan en Tierra Blanca, Veracruz o Xalapa, porque es donde están los talleres particulares que prestan sus servicios para la empresa Ferrosur, en esta zona.

Comenzó como llamador y llegó a ser maquinista

El llamador era el que como su nombre lo dice, llamaba al personal que iba a salir a camino, llevaba un libro en el que se anotaban las salidas de los trenes. El llamador veía el libro y decía el mayordomo a quién avisar.Apuntaba y me iba en bicicleta a buscar al personal”, apunta.

Como ayudante de proveedor abastecía las locomotoras de agua, diésel y arena, todo lo que necesitaban. Siendo proveedor, ayudaba en todo eso, pero también se llevaba las máquinas para engancharlas en el furgón que iba a salir y también iba por las que llegaban, para llevarlas a la Casa de Máquinas.

El trabajo más pesado era el de vía, pues tenían que meter los durmientes para armar la vía y eso hacía que los trabajadores estuvieran fuertes, “si entraban ahí ya sabían lo pesado que era el trabajo”, señala. Ahora con la tecnología hay maquinarias de vía y es un poco menos que hace el trabajo que hace la persona en esa especialidad.

A lo mejor quienes sí tienen un trabajo pesado, de alguna forma son los trenistas, porque se desvelan y mal pasan, además porque pueden tener algún susto al arrollar un carro o agarrar a alguna persona que camina en la vía. “No es un trabajo de hacer fuerza, pero conlleva otro tipo de presión”, refiere.

Antes de la transición, recuerda, había un cambiador. Estaba solo en una caseta a la entrada del patio de trenes. Él, mediante señales le decía al maquinista si podía acercarse o no; “cuando venía el tren, éste siempre pedía señales, entonces el cambiador salía y le hacía las señales y las interpretaban".

El cambiador solo se dedicaba a eso y a hacer los cambios para que el tren pasara a determinada vía, pues están numeradas. Esa figura ya desapareció, ahora, el jefe o mayordomo de patio, a través de radio, dice al maquinista a qué vía debe ir y ellos mismos los alinean.

Nota publicada en El Sol de Orizaba

Finanzas

Inflación repunta a 4.63% en primera quincena de abril

Se trata del nivel más alto para la inflación desde la segunda quincena de enero, cuando el indicador fue de 4.87 por ciento

Metrópoli

Tardan perros maltratados hasta 4 años en hallar una familia

Las autoridades capitalinas batallan para colocar en hogares a los perros rescatados desde 2020

Finanzas

Prevén reducción de viajes entre México y EU por disputa diplomática

Si se disuelve la alianza de las aerolíneas, los afectados serán los pasajeros, indicaron directivos

Elecciones 2024

Debate chilango: difieren candidatos sobre transparencia en construcciones en la BJ

Las acusaciones de corrupción entre la candidata de Morena y del candidato de Va x la CDMX protagonizaron el debate chilango por la alcaldía Benito Juárez

Justicia

Trasladan al Altiplano a Don Rodo, hermano del Mencho y presunto integrante del CJNG

El sábado próximo un juez de control determinará si es o no vinculado a proceso

Mundo

América, un peligro para activistas: Amnistía Internacional

Gobiernos y otros grupos impiden el trabajo de los periodistas; ven retroceso para mujeres y minorías