/ lunes 22 de junio de 2020

¿Qué viene para mañana?

El impacto de Covid-19 en la vida económica y vida social es enorme. No es lo único que pesa, el que más me preocupa es el laboral, en el terreno de la gente, del trabajo, de la cantidad de empleos que se pierden en la emergencia, porque ya veníamos con un decrecimiento económico. Estábamos en recesión, con crecimiento negativo. Me preocupa muchísimo la parte económica, la falta de inversión, de activación de la economía y la generación de nuevos empleos que va a impactar el ámbito social.

Una cosa que a mi me preocupa mucho como politóloga es cómo se han venido desmantelando las instituciones públicas a partir de los recortes, de esta política de austeridad. Nadie dice que no deben ser austeros los gobiernos, pero lo que no se puede hacer es recortes indiscriminados sin una planeación. Creo que algo urgente después de Covid será planear a largo plazo por el impacto que tendrá que se hayan cerrado muchas empresas, negocios y pymes que representan la gran mayoría del sector económico. Lo que urge es una mirada de mediano plazo. No puede ser que todo lo estemos resolviendo de hoy para mañana.

¿Qué viene para mañana? Viene urgentemente una planeación y no a 10 años sino a 4 o 5 años. Es decir, algo que pueda tener un horizonte de construcción de lo que viene y no solo de estar tapando huecos o reaccionando para que la gente que no tiene recursos use sus afores.

Una de las cosas que ha mostrado Covid-19 es que hay inteligencia acumulada en la sociedad, hay inteligencia social y los grupos de la sociedad han hecho propuestas, han planteado al gobierno algún tipo de salida. Grupos que son especialistas en ciertos sectores y han planteado la creación del ingreso vital, el ingreso universal y, sin embargo, ha habido respuesta negativa del gobierno.

Algo que es muy preocupante es que el Congreso federal ha sido un actor, prácticamente mudo. Un convidado de piedra en todo este tiempo. Hay algunas iniciativas de algunos legisladores, pero son eco de lo que dice el presidente. No han tenido una posición como un poder del Estado, a diferencia del Poder Judicial que sí ha tenido una postura, una línea de cómo enfrentar la corrupción interna.

Lo que sigue es saber urgentemente la ruta por la que vamos a transitar en los distintos campos: el económico, de inversiones, la activación de la economía y el central que es el empleo y también el de la seguridad.

Hasta ahora lo que se observa es que el presidente no está escuchando a todos los sectores, los beneficiarios de la política social, que es la base social del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a esos que están orientadas las principales políticas pública, de alivio a la pobreza. Políticas de ayuda a los sectores más desfavorecidos, que ni siquiera están funcionando porque en las últimas dos giras el presidente ha tenido muchos reclamos de la gente, de su base social.

Un reclamo de la sociedad es que no oye a sus propias bases. Él interpreta lo que dicen las bases, interpreta las necesidades de sus bases. No quiere decir que las este oyendo. El problema es que no veo ningún costo al presidente por no oír, ya no a sus bases, por no oír a distintos sectores de la sociedad. Lo único que estamos viendo son expresiones como las manifestaciones de los que salen en sus autos con los cláxones a decir que se vaya López Obrador, pero tampoco es una salida.

La planeación tiene que ser como un eje y oír a la sociedad, abrir canales e interlocución, de intercambio, no de mayor confrontación, esa ya existe por la polarización.

El gobierno nos ha puesto en la disyuntiva de o estás con el gobierno o estás contra él. Así lo ha dicho López Obrador. Entonces si tú tienes una crítica al gobierno significa que estás en contra de él, eso quiere decir que no hay puentes de comunicación entre muchos sectores que tienen críticas para el gobierno. No es blanco y negro. Por eso creo que el eje debe estar en una planeación y crear canales de comunicación, por ejemplo, con los empresarios.

No puede ser que esté cerrada la vía de interlocución, salvo algunos empresarios que son sus consentidos. Esto va generando focos de conflicto que es lo que estamos viendo ya hacia adentro del propio gobierno.

Hacia adelante si no se hace planeación y no se abren los espacios de interlocución, los puentes de entendimiento, lo que veo es que se acentuará el conflicto social.

No todo lo que se decide en el ámbito público es el gobierno. Ha otros poderes, hay otras instancias y son las que tienen que hablar. La sociedad tiene que hacer su parte y más la sociedad organizada, pero la responsabilidad fuerte es del Estado y no sólo de López Obrador. Él ha concentrado muchísimas atribuciones en sus manos. Pero eso no hace que sea el único órgano del Estado. Que nuestro Estado esté reducido al titular de la presidencia, ¿qué es eso?

El Estado es un andamiaje de conocimiento, de experiencia, reglas y leyes, y ahora todo parece que es la interpretación del señor presidente. Los demás están callados. Por ahí hay algunos representantes de la oposición panista, más bien es una postura débil. No es casual que el líder de Morena, Alfonso Ramírez Cuellar diga que la oposición es irrelevante. Claro, está fragmentada, no hay manera que se pongan de acuerdo para ser oposición, siquiera para planear posiciones, me pregunto: ¿dónde está el PRI?

En todo este entorno creo que sí hay una responsabilidad muy fuerte y es del titular del Ejecutivo, pero el Estado no sólo es él. En política todos los espacios que no se ocupan, alguien los ocupa, y acá los ha ocupado el propio López Obrador.

El escenario para los próximos meses, el próximo año es de un contexto problemático, pero así hemos tenido, por ejemplo: contextos de fuerte conflicto como el del año de 1994, con el levantamiento zapatista y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Había un contexto de conflicto fuerte y las elecciones de ese año fueron un canal que sirvió para despresurizar el conflicto. Fueron elecciones particularmente importantes porque era la primera vez que se votaba con credencial con fotografía y la gente estaba consciente de que tenían una herramienta para que su voto contara bien. El PRI ganó con 27 por ciento de diferencia respecto al PAN, López Obrador ganó la presidencia con 30 por ciento. Esto significa que las elecciones fueron un canal de despresurización social. No quiere decir que siempre sean así pero el canal institucional para que la gente exprese su enojo, sus aspiraciones o lo que quiera, es un canal institucional y pacífico.

Desde luego que vamos a ver enormes tensiones en la búsqueda de las candidaturas, van a ser elecciones en todos los estados, pero al mismo tiempo se presenta como una oportunidad, un canal que despresuriza la tensión. Espero que sirva de medio, de balance y contrapeso frente a los ánimos caldeados para manifestar el enojo, el reclamo y se canalice a través del voto en contra de un partido o a favor de otro.

En todo esto no hay que perder que en el contexto de la emergencia la seguridad pasó a tercer plano. Ese va a surgir rápidamente porque ahorita se habla poco de la violencia e inseguridad. Ahí están todo el tiempo gravitando los feminicidios, los homicidios, la extorsión, los asesinatos de los jueces. Estamos cargados de problemas.

De manera que si el gobierno sólo sigue en la estrategia de reaccionar a todo este contexto del país es poco esperanzador.

El impacto de Covid-19 en la vida económica y vida social es enorme. No es lo único que pesa, el que más me preocupa es el laboral, en el terreno de la gente, del trabajo, de la cantidad de empleos que se pierden en la emergencia, porque ya veníamos con un decrecimiento económico. Estábamos en recesión, con crecimiento negativo. Me preocupa muchísimo la parte económica, la falta de inversión, de activación de la economía y la generación de nuevos empleos que va a impactar el ámbito social.

Una cosa que a mi me preocupa mucho como politóloga es cómo se han venido desmantelando las instituciones públicas a partir de los recortes, de esta política de austeridad. Nadie dice que no deben ser austeros los gobiernos, pero lo que no se puede hacer es recortes indiscriminados sin una planeación. Creo que algo urgente después de Covid será planear a largo plazo por el impacto que tendrá que se hayan cerrado muchas empresas, negocios y pymes que representan la gran mayoría del sector económico. Lo que urge es una mirada de mediano plazo. No puede ser que todo lo estemos resolviendo de hoy para mañana.

¿Qué viene para mañana? Viene urgentemente una planeación y no a 10 años sino a 4 o 5 años. Es decir, algo que pueda tener un horizonte de construcción de lo que viene y no solo de estar tapando huecos o reaccionando para que la gente que no tiene recursos use sus afores.

Una de las cosas que ha mostrado Covid-19 es que hay inteligencia acumulada en la sociedad, hay inteligencia social y los grupos de la sociedad han hecho propuestas, han planteado al gobierno algún tipo de salida. Grupos que son especialistas en ciertos sectores y han planteado la creación del ingreso vital, el ingreso universal y, sin embargo, ha habido respuesta negativa del gobierno.

Algo que es muy preocupante es que el Congreso federal ha sido un actor, prácticamente mudo. Un convidado de piedra en todo este tiempo. Hay algunas iniciativas de algunos legisladores, pero son eco de lo que dice el presidente. No han tenido una posición como un poder del Estado, a diferencia del Poder Judicial que sí ha tenido una postura, una línea de cómo enfrentar la corrupción interna.

Lo que sigue es saber urgentemente la ruta por la que vamos a transitar en los distintos campos: el económico, de inversiones, la activación de la economía y el central que es el empleo y también el de la seguridad.

Hasta ahora lo que se observa es que el presidente no está escuchando a todos los sectores, los beneficiarios de la política social, que es la base social del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a esos que están orientadas las principales políticas pública, de alivio a la pobreza. Políticas de ayuda a los sectores más desfavorecidos, que ni siquiera están funcionando porque en las últimas dos giras el presidente ha tenido muchos reclamos de la gente, de su base social.

Un reclamo de la sociedad es que no oye a sus propias bases. Él interpreta lo que dicen las bases, interpreta las necesidades de sus bases. No quiere decir que las este oyendo. El problema es que no veo ningún costo al presidente por no oír, ya no a sus bases, por no oír a distintos sectores de la sociedad. Lo único que estamos viendo son expresiones como las manifestaciones de los que salen en sus autos con los cláxones a decir que se vaya López Obrador, pero tampoco es una salida.

La planeación tiene que ser como un eje y oír a la sociedad, abrir canales e interlocución, de intercambio, no de mayor confrontación, esa ya existe por la polarización.

El gobierno nos ha puesto en la disyuntiva de o estás con el gobierno o estás contra él. Así lo ha dicho López Obrador. Entonces si tú tienes una crítica al gobierno significa que estás en contra de él, eso quiere decir que no hay puentes de comunicación entre muchos sectores que tienen críticas para el gobierno. No es blanco y negro. Por eso creo que el eje debe estar en una planeación y crear canales de comunicación, por ejemplo, con los empresarios.

No puede ser que esté cerrada la vía de interlocución, salvo algunos empresarios que son sus consentidos. Esto va generando focos de conflicto que es lo que estamos viendo ya hacia adentro del propio gobierno.

Hacia adelante si no se hace planeación y no se abren los espacios de interlocución, los puentes de entendimiento, lo que veo es que se acentuará el conflicto social.

No todo lo que se decide en el ámbito público es el gobierno. Ha otros poderes, hay otras instancias y son las que tienen que hablar. La sociedad tiene que hacer su parte y más la sociedad organizada, pero la responsabilidad fuerte es del Estado y no sólo de López Obrador. Él ha concentrado muchísimas atribuciones en sus manos. Pero eso no hace que sea el único órgano del Estado. Que nuestro Estado esté reducido al titular de la presidencia, ¿qué es eso?

El Estado es un andamiaje de conocimiento, de experiencia, reglas y leyes, y ahora todo parece que es la interpretación del señor presidente. Los demás están callados. Por ahí hay algunos representantes de la oposición panista, más bien es una postura débil. No es casual que el líder de Morena, Alfonso Ramírez Cuellar diga que la oposición es irrelevante. Claro, está fragmentada, no hay manera que se pongan de acuerdo para ser oposición, siquiera para planear posiciones, me pregunto: ¿dónde está el PRI?

En todo este entorno creo que sí hay una responsabilidad muy fuerte y es del titular del Ejecutivo, pero el Estado no sólo es él. En política todos los espacios que no se ocupan, alguien los ocupa, y acá los ha ocupado el propio López Obrador.

El escenario para los próximos meses, el próximo año es de un contexto problemático, pero así hemos tenido, por ejemplo: contextos de fuerte conflicto como el del año de 1994, con el levantamiento zapatista y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Había un contexto de conflicto fuerte y las elecciones de ese año fueron un canal que sirvió para despresurizar el conflicto. Fueron elecciones particularmente importantes porque era la primera vez que se votaba con credencial con fotografía y la gente estaba consciente de que tenían una herramienta para que su voto contara bien. El PRI ganó con 27 por ciento de diferencia respecto al PAN, López Obrador ganó la presidencia con 30 por ciento. Esto significa que las elecciones fueron un canal de despresurización social. No quiere decir que siempre sean así pero el canal institucional para que la gente exprese su enojo, sus aspiraciones o lo que quiera, es un canal institucional y pacífico.

Desde luego que vamos a ver enormes tensiones en la búsqueda de las candidaturas, van a ser elecciones en todos los estados, pero al mismo tiempo se presenta como una oportunidad, un canal que despresuriza la tensión. Espero que sirva de medio, de balance y contrapeso frente a los ánimos caldeados para manifestar el enojo, el reclamo y se canalice a través del voto en contra de un partido o a favor de otro.

En todo esto no hay que perder que en el contexto de la emergencia la seguridad pasó a tercer plano. Ese va a surgir rápidamente porque ahorita se habla poco de la violencia e inseguridad. Ahí están todo el tiempo gravitando los feminicidios, los homicidios, la extorsión, los asesinatos de los jueces. Estamos cargados de problemas.

De manera que si el gobierno sólo sigue en la estrategia de reaccionar a todo este contexto del país es poco esperanzador.

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