Torreón, la Comarca Lagunera y sus alrededores no serían lo que hoy son sin la presencia del ferrocarril el cual vino a dar una hegemonía de trascendencia nacional en todos los rubros, los más de 20 mil kilómetros de vías férreas que cruzaban el país a finales del Porfiriato fueron bondadosas con una tierra desértica que figura en las páginas de la historia de México aderezadas por la etapa revolucionaria.
Al final del periodo, por lo menos cinco líneas importantes la cruzaban: el Ferrocarril Central Mexicano, el Ferrocarril Internacional Mexicano, el Ferrocarril Lerdo-San Pedro, el Ferrocarril Coahuila y Pacífico y el Ferrocarril Lerdo-Torreón, además de un gran número de kilómetros que unían a muchas empresas locales con alguna o con varias de las líneas citadas.
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Pero el hecho que transformó radicalmente a la zona fue la llegada del Ferrocarril Internacional Mexicano. En 1888, esta Compañía, la primera en construir sin subvención, llegó procedente de Piedras Negras, Coahuila, a la Comarca Lagunera. Atravesó las vías del Ferrocarril Central Mexicano en su ruta hacia Durango y Mazatlán, y propició uno de los fenómenos de crecimiento urbano más grandes del Porfiriato: Torreón.
José Israel Pinto Salazar, guía del Museo del Telegrafista en el Museo del Ferrocarril, comparte que la red ferroviaria constaba de 900 kilómetros de vías otorgadas por Benito Juárez que conformó la línea de México-Veracruz, don Porfirio Díaz expandió 950 kilómetros más que es precisamente el tren 78 México – Juárez en total fueron poco más de 20 mil kilómetros construidos a finales de 1888.
“Para 1910 que comienza la Revolución se construyen 5 mil 800 kilómetros más y al final la red ferroviaria contó con 800 mil kilómetros de vías desde Benito Juárez hasta los ramales actuales. Se trata de las líneas por ejemplo del Golfo que va de México hasta San Luis Potosí – Tamaulipas, la División Laguna que corresponde a Durango, San Pedro, Chávez, Matamoros, la División Pacífico conocida como Chepe que tuvo su Tren bala de México, Guadalajara, Sonora y rodeaba a baja California, existe aún la terminal del Valle de México que está trabajando de la mano con Ferro Sur”.
Cabe recordar que hoy en nuestros días la red ferroviaria pasó a ser propiedad al ser privatizada y concesionada a Grupo México Ferrocarriles Mexicanos (FERROMEX): “Es San Juan de Ulúa, México, Guanajuato, Zacatecas, México Aguascalientes, Zacatecas, Fresnillo, Torreón, una parte de Durango, Chihuahua Jiménez, Delicias Camargo, Villa Ahumada”.
Los Ferrocarriles transformaron a Torreón en un nudo estratégico en materia de transporte y lo convirtieron en una de las ciudades mejor comunicadas del país. Podemos concluir que la Comarca Lagunera es hija del ferrocarril y del algodón, y Torreón es uno de los ejemplos más claros de progreso debido a la influencia del ferrocarril. Pues sabemos que para 1880, el boom agrícola de la Laguna requería un centro urbano regional bien comunicado, que diera salida a la producción regional. Necesidad que se vio favorecida por el paso del Ferrocarril Central por sus tierras, en el año de 1883; y cinco años después (18881, el Ferrocarril Internacional Mexicano atravesará la línea anterior, originando que surgiera Torreón como el principal centro ferrocarrilero del país en el porfiriato.
Nota publicada en El Sol de la Laguna