Este balance de las autoridades afganas triplica el número debajas reportadas desde el principio, tras la explosión de la bombaGBU-43/B, conocida coloquialmente como MOAB, un poderosa arma nonuclear, jamás antes utilizada en combate.
Funcionarios afganos habían dicho anteriormente que elbombardeo había matado a 36 combatientes del también conocidoEstado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas eninglés).
Entre los fallecidos se encontrarían al menos cuatro altosmandos de la sección afgana del Estado Islámico- Jorasán, segúnel portavoz de la Gobernación de Nangarhar, Ataulá Khogyani,quien ha confirmado la completa destrucción de la zona delimpacto.
Tres túneles que los yihadistas empleaban como depósitos dearmas y otros equipos que los yihadistas empleaban en la localidadafgana Achin (provincia de Nangarhar, en el este del paíscentroasiático) quedo completamente en ruinas.
Así fue la explosión de la MOAB:
Uno de los fallecidos es un hombre identificado como "Hamza",hermano de un alto comandante, también muerto, y otros dos jefesidentificados como "Abubakar" y "Mohammad Abrani", según ladeclaración oficial, citada por la agencia afgana de noticiasPahjwok.
Los expertos en seguridad señalan que ISIS había construidosus reductos cerca de las casas de civiles, pero el gobiernosostiene que miles de familias locales ya habían huido de la zonaen los últimos meses de lucha.
La bomba masiva fue arrojada después de la intensificación delos combates terrestres en la zona entre fuerzas afganas, apoyadaspor elementos del ejército estadunidense, contra yihadistas delEI.
Un soldado estadunidense de las fuerzas especiales fue asesinadoel sábado pasado en Nangarhar mientras realizaba operacionesmilitares contra células de los extremisas islámicos.
La bomba destruyó sus escondites de montaña, un complejo detúneles y cuevas que había sido minado contra ataques terrestresconvencionales, envolviendo la remota zona en llamasimponentes.
Algunos funcionarios cercanos al presidente Ashraf Ghani, quienapoyó el bombardeo, condenaron el uso en Afganistán de lo quellamaron un campo de pruebas para el arma, y contra un grupomilitante que controla sólo una pequeña porción de territorio yno se considera una gran amenaza.
El Estado Islámico, conocido por su reinado de terror en zonasde Siria e Irak, ha hecho incursiones en Afganistán en losúltimos años, atrayendo a miembros descontentos de los talibanespaquistaníes y afganos, así como los islamistas uzbecos.
Pero el grupo ha estado perdiendo terreno constantemente ante lafuerte presión de los ataques aéreos estadunidenses y unaofensiva terrestre dirigida por las fuerzas afganas.
En comunicado emitido a través de su agencia de propagandaAmaq, el Estado Islámico indicó que no hay bajas ni heridos delgrupo tras el ataque de la "madre de todas las bombas".
El máximo comandante militar de Estados Unidos en Afganistánseñaló que la decisión de desplegar una de las mayores bombasconvencionales utilizada alguna vez en combate, era puramentetáctico.
"Esta es el arma adecuada para el objetivo correcto," sostuvo elgeneral estadunidense John W Nicholson, comandante de la OTAN enAfganistán.
Un portavoz del ministerio afgano de Defensa, el general DaulatWaziri, comentó que el ataque era necesario porque el complejo detúneles era extremadamente difícil de penetrar, con algunos a unaprofundidad de 40 metros.es.