Jorge Sandoval G / El Sol de México
Corresponsal
ROMA, Italia. (OEM-Informex).- Roma, la Ciudad Eterna, seencuentra hundida en un caos político e institucional tras larenuncia, por otro lado esperada, del alcalde Ignazio Marino,arrasado por una serie de errores y pasos falsos, culminados con laacusación, fundada, de haber utilizado la tarjeta de créditooficialmente otorgada para gastos ligados a su cargo, para pagar encambio cenas personales. El “caso Marino” involucradirectamente al partido mayoritario italiano, Partido Democrático(PD), cuyo secretario general es el primer ministro Matteo Renzi,dado que, no obstante las denuncias y el malcontento general de loshabitantes de Roma, no dejó, hasta ayer, de apoyar al alcalde, noobstante la situación cada vez más precaria.
En base a la ley, el presidente de la República, a finales deeste mes, tendrá que nombrar un “comisario extraordinario”, elcual presidirá la “normal administración” del municipio de lacapital italiana, hasta la próxima primavera (abril o mayo) cuandose procederá a las elecciones para elegir el nuevo Gobierno de lacapital italiana.
Después de 27 meses de “reinado”, Ignazio Marino se vioobligado a izar la bandera blanca cuando su partido, después delabandono de varios asesores municipales, le retiró oficialmente laconfianza.
La gota que derramó el vaso fue la denuncia, presentada por laoposición, de algunas cuentas pagadas en restaurantes de lacapital de cenas con amigos y familiares con la tarjeta de créditoque oficialmente debía utilizar únicamente para gastosinstitucionales. Es decir, usó dinero público para usopersonal.
Precedentemente, Marino había sido protagonista de una serie deepisodios que habían provocado las críticas y las protestas degran parte de la población: multa a un coche suyo por no haberpagado el obligatorio seguro automovilístico; relación, si bienindirecta, con un personaje, actualmente en prisión, culpable dehaber corrompido a políticos y asesores municipales desde hacemuchos años; frases poco elegantes contra la prensa (“losperiódicos los uso para envolver los huevos y el pescado”); laofensa a una señora que en un acto público lo criticaba(“evidentemente sus neuronas no conectan”); la homologación dematrimonios homosexuales en ausencia de una ley nacional y, noobstante, la firme contrariedad del Vaticano; el “majestuoso”funeral de un “boss” mafioso en Roma como si se tratase de unrey mientras estaba de vacaciones en Estados Unidos, negándose aregresar y la desmentida (neta y firme) del papa Francisco dehaberlo invitado a Filadelfia al Encuentro Mundial de lasFamilias.
El “acto final” fue el descubrimiento de las cuentas pagadascon la tarjeta de crédito que oficialmente debe utilizarse engastos estrictamente relacionados con su cargo institucional. Sincontar con una situación, cada vez más precaria, de la ciudadeterna: calles llenas de agujeros (más de dos mil entreautomovilistas y motociclistas fueron hospitalizados a causa deeste problema), serios retrasos en la recolección de basura envarias zonas de la ciudad, además de un servicio de transportepúblico cada vez más ineficaz, etcétera.
El jefe del Gobierno (y líder del PD), Matteo Renzi, dijo bastay de hecho obligó a Marino a dimitir.
Ahora, se asistirá a una cotidiana campaña electoral con lasconsiguientes maniobras políticas de los diversos partidos paraformar alianzas y designar a los candidatos a ocupar el sillóndejado vacante por Marino, de frente a una ciudadaníacomprensiblemente desilusionada y a dos meses del inicio del AñoSanto, con millones de visitantes y la consiguiente problemáticalogística.
A este respecto, el Osservatore Romano, diario de la Santa Sede,escribió significativamente: “hay solo una certeza: losescombros de Roma”.