Jorge Sandoval G / Corresponsal
ROMA, Italia (OEM-Informex).- Fidel Castro “murió confortadopor la religión”. El rumor, circulado de manera subterráneatras la muerte del líder máximo fue confirmado por Anna MaríaTraglia, la cual conto que había conocido al comandante Fidel alos 27 años y que tuvo con él un “grandísimo amor” que durómuchos años. La señora, que actualmente tiene 69 años, en unaentrevista a la televisión de los obispos italianos, dijo quealgunos sacerdotes jesuitas amigos suyos le aseguraron que“Castro murió cristianamente”.
La señora, católica prácticante, vive en la capital italianay era sobrina del cardenal Luigi Traglia, fallecido en 1977 y quefue vicario del Papa Pablo VI en Roma. “Estuve por última vez enCuba hace un año y medio y Fidel ya estaba mal. Nos hablamos porteléfono hasta mayo del año pasado. Me dijeron que un sacerdoteacudía todos los días para estar con él”, explicó a la“TV2000”.
Anna dijo que la última vez vio muy cambiado al líder cubano.“Un día me dijo. Pienso con frecuencia en tus palabras(aludiendo a la fe cristiana de ella) y me doy cuenta que en tantascosas tenias razón y yo no”.
El primer encuentro con Fidel, en La Habana, fue facilitado porla amistad de Anna con la entonces primer secretario de la embajadacubana en Roma, Margarita Alcalde, pariente de Castro.
La diplomática gestionó una invitación a Anna Traglia delGobierno cubano para visitar la isla en 1975. Margarita quisopresentar a su amiga italiana al pariente líder de la revolución.“Fidel fue al encuentro con pocas ganas –dijo Anna- y dado queMargarita en esa época tenía 65 años pensó que era una viejita.Pero yo tenía 27 anos... Cuando entré estaban los dos sentados enun diván. Fidel se levanto rápidamente y exclamó !La primaverade Botticelli¡”.
Así comenzó el largo y “grandísimo amor” que se prolongósegún Anna hasta el final de la vida de Fidel.
La relación sobrevivió al veto absoluto del padre de la joven.Anna habló con su tío, el cardenal Traglia, “que era un hombreiluminado, culto e inteligente”. Le presentó a Margarita, peroel purpurado fue tajante: “Anna María debe quedarse con sufamilia...dígaselo a Castro”.
En la entrevista Anna también contó haber logrado que en LaHabana reabrieran una parroquia, a la que iba todos los domingos amisa, a las cinco de la tarde, con su amiga Margarita. “Afuera,cuando salíamos, estaba Fidel esperando en un coche que tenia laplaca: “comandante 1”.
Casualmente Anna fue testigo de un encuentro no programado entreFidel y el legendario cardenal Agostino Casaroli, que tiempodespués fue secretario de Estado (el primer ministro del Papa).“Había sido invitada a cena por el nuncio. Las monjascanadienses que servían le avisaron que estaba llegando elcomandante... El nuncio quedó muy impresionado y dijo que nopodía recibir a Castro porque no había instrucciones vaticanassobre ese eventual encuentro”.
“En cambio -narró Anna-, Fidel se presentó y me tocó a mípresentarle a Casaroli, el cual se encontraba en misióndiplomática en la isla... Debo decir que entre los dos hubo deinmediato una gran simpatía”.
Fidel tuvo una vida amorosa muy activa a lo largo de suexistencia. De sus dos matrimonios nacieron seis hijos y en otrasrelaciones del líder máximo nacieron otros cinco hijos. Con AnnaMaría Traglia no tuvo descendencia y su relación era pococonocida. Fidel siempre trató de evitar la publicidad en torno asus historias familiares y sentimentales, incluso, como decía“por razones de seguridad, porque a mi ya trataron de matarmeunas 600 veces”.