Alan Turing, un símbolo de la ciencia, la informática, la inteligencia artificial y del activismo LGBT+, será el nuevo rostro del billete de 50 libras, el de más alta denominación en el Reino Unido que entrará en circulación en 2021, en un acto que ocurre a 65 años de su suicidio, que fue consecuencia de una sentencia a la castración química por sostener relaciones sexuales con un hombre.
La labor de Turing en la Segunda Guerra Mundial, con la creación de la máquina The Bombe, que fue utilizada para descifrar los mensajes secretos de los alemanes y tener ventaja sobre los planes de ataque, no fue suficiente para que una sociedad británica que condenaba la homosexualidad como crimen, cambiara su forma de pensar ni su sistema judicial.
La vida del matemático y padre de la informática estuvo dedicada casi devotamente al estudio de la ciencia, pues desde temprana edad mostró facilidad y pasión por aprender.
Según el libro Mathemagical Themas, de Douglas Hofstadter, Turing recorrió alrededor de 90 kilómetros en bicicleta durante la huelga general de 1926 para poder ir a la escuela. La condición físico atlética del matemático distó mucho de la definición tradicional de los genios, pues tenía un rendimiento deportivo que rozó el nivel profesional.
El otro amor conocido de Turing fue Christopher Morcom, un compañero de preparatoria, con quien compartía una afición por los códigos y los rompecabezas.
Turing no tuvo oportunidad de confesar su amor a Morcom, quien murió de tuberculosis bovina.
APORTACIONES
La vida del matemático continuó, se graduó de Kings College, de la Universidad de Cambridge, para posteriormente ser reclutado por el gobierno británico y trabajar en descifrar el código Enigma, el velo de las comunicaciones alemanas.
Para ello, Turing tuvo que trasladarse a Bletchley Park, una instalación de alta seguridad donde trabajó en el desarrollo de “The Bombe”, el primer antecedente físico de una computadora, cuya primera versión funcional se llamó “Victory”, según relata el diario británico The Guardian.
Descifrar el código llevó a los aliados a varias victorias contra las fuerzas nazis, lo que llevó el trabajo de Turing a su fin.
Las máquinas no sobrevivieron al fin de la Segunda Guerra Mundial, pues el primer ministro británico, Winston Churchill, ordenó que fueran destruidas para evitar que los soviéticos se enteraran de los avances que logró el Reino Unido en temas de espionaje.
Turing siguió su trabajo como matemático por unos años después del fin del conflicto bélico y alcanzó a esbozar los primeros visos del concepto de la Inteligencia Artificial, un concepto que aún en la actualidad está en sus primeras etapas.
En su artículo de 1950, Computing machinery and intelligence, Turing establece un test en el que una persona interrogaba a otras dos, un hombre y una mujer.
La labor de quien preguntaba era definir quién era del sexo masculino y quién del femenino, la labor de los interrogados era convencerlo de que ambos eran mujer.
Turing cambió a las personas que respondían las preguntas por computadoras para que el interrogador definiera si su interlocutor era un humano o una máquina.
“Una computadora puede ser llamada inteligente si logra engañar a una persona haciéndole creer que es un humano”, dijo el matemático en el artículo.
El futuro de Turing dio un giro, cuando en 1952 fue detenido por las autoridades británicas, por sostener relaciones sexuales con otro hombre. En esa época, esta conducta era considerada un crimen, cuyo castigo consistía en la castración química, a través de la inyección de hormonas femeninas.
Los efectos de la castración química lo llevaron a suicidarse con cianuro en 1954, a los 41 años y las relaciones homosexuales se mantuvieron como un crimen hasta 1967.
EL PERDÓN Y LOS RECONOCIMIENTOS
El trabajo de Alan Turing fue conocido hasta 1970, pero incluso después de que se ventilara su papel en la victoria aliada sobre los nazis, la corona guardó silencio sobre la condena.
Fue hasta 2012, durante la conmemoración del centenario de su nacimiento, cuando una decena de científicos británicos, encabezados por el físico teórico, Stephen Hawking, el astrofísico, Martin Rees, y el Premio Nobel, Paul Nurse, publicaron una carta en el Daily Telegraph, en la que exigían un indulto para Alan Turing.
Esta misiva fue publicada pese a que en 2009, el exprimer ministro británico, Gordon Brown, emitió una disculpa pública por las “atrocidades” cometidas en contra del matemático, pero esto no resultó suficiente para los activistas.
En mayo de ese mismo año, se presentó una iniciativa ante la Cámara de los Lores en el Parlamento británico para conceder un indulto legal a Turing, y en julio de este año ganó el apoyo del gobierno.
El indulto real fue otorgado en diciembre de ese año. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la corona sólo ha entregado cuatro indultos.
El homenaje más reciente que recibe Turing será la impresión de su rostro en el billete de 50 libras.
El gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, fue quien tomó la decisión final sobre la selección de los personajes.
"Como padre de la informática y la inteligencia artificial, así como héroe de guerra, las contribuciones de Alan Turing fueron de gran alcance y pioneras. Turing es un coloso sobre cuyos hombros se erigen ahora tantas figuras", señaló el banquero central, según relata la agencia Reuters.
Además de una imagen de Turing, el billete incluye una tabla y fórmulas matemáticas de un ensayo de Turing de 1936 sobre números computables, una imagen de una computadora piloto y dibujos técnicos de las “Bombas de Turing”.
El billete también incluirá una frase de Turing sobre la inteligencia artificial: "Esto es sólo un anticipo de lo que está por venir y sólo la sombra de lo que va a ser".