Seúl.- Corea del Sur y Japón mantienen viejasdiferencias históricas por el pasado colonial nipón, pero laamenaza nuclear que representa Corea del Norte los ha obligado alintercambio de inteligencia militar.
El gobierno surcoreano aprobó este martes uncontrovertido pacto para el intercambio de información militar conTokio, ante la necesidad de expandir la cooperación de cara a lascrecientes amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte,destacó la agencia Yonhap.
La aprobación del Acuerdo General sobre la Seguridadde la Información Militar (GSOMIA) fue anunciado en la reunióndel Consejo de Ministros presidida por el vice primer ministro paraasuntos económicos, Yoo Il-ho.
La firma será realizada mañana miércoles por elministro de Defensa surcoreano, Han Min-koo, y el embajador deJapón ante Corea del Sur, Yasumasa Nagamine.
El pacto permitirá a los dos países intercambiarinformación sobre Pyongyang sin tener que pasar por EstadosUnidos.
El ministerio de Defensa dijo que las fotografías desatélite de Japón sobre Corea del Norte, además de lainformación de los misiles balísticos de lanzamiento submarino,beneficiarán a las capacidades de defensa de Corea del Sur.
Corea del Sur mantiene la postura de que unintercamio de información más rápido es crítico, ya quePyongyang elevó su amenaza realizando dos ensayos nucleares soloen este año, además de una serie de pruebas de misiles.
Corea del Sur, en lo general, permanece fría haciael acuerdo con Japón, especialmente desde que Tokio, que colonizóla península coreana en 1910-45, ha estado realizando diversosintentos de encubrir o incluso glorificar sus agresiones delpasado.
En tanto, los tres partidos de la oposición delpaís planean entregar una moción conjunta para destituir alministro de Defensa, Han Min-koo, en respuesta a la decisión.
En 1965 Corea del Sur y Japón firmaron el Tratado deNormalización de las relaciones diplomáticas, lo que parecióhaber cimentado las bases de una etapa de concordia entre ambospaíses. Sin embargo esta apreciación resulta engañosa porquepersiste la animadversión histórica, que denota la permanencia delos resabios de un legado de prejuicios y antipatía mutuas.
/afa